FOTO: Nunca Discutimos
De una humilde mesita en las ferias ambulantes de la edad media hasta lujosos edificios en las avenidas más importantes del mundo. Hicimos un brevísimo recorrido de la acepción más temible de la palabra. Neco Costa nos dio las instrucciones para construir un banco sólido: subir encajes y dar seguridad a los depositantes.
Nacho habitualmente elige los bancos de plaza para pasar el rato, contemplar, descansar. También los elige para citas. Particularmente recuerda una en los bancos de la explanada del Palacio Legislativo que terminó con unos besos en los recovecos del mármol.
Agustín nos explica que para el diseño hay varios factores a considerar. Ergonomía, materiales disponibles, sistemas de producción. El confort no es solo físico también es visual y también sociocultural. El mobiliario urbano tiene que pensar en todo.
Las dinámicas de los lugares juegan, si quiero que circules y saltes a la pista, el banco de la barra no será tan cómodo.
Otros muy conocidos son los bancos de suplentes. De esos nos habló Diego Olivera, suplente de una senadora. Siempre pronto para entrar en sala donde los bancos, o mejor dicho bancas del senado son amplias y cómodas. No así las de los diputados. Hay clase ejecutiva y turista parece.
Y cómo lo surgió esto, cómo llegamos hasta acá, con un no te banco (más).