"Otro de los mitos es que Montevideo tiene uno de los boletos más caros de la región. No es así. En Argentina hay un subsidio muy fuerte, por eso hay la tarifa que hay…”
Juan Salgado
Pte. CUTCSA
América Latina es la región urbanizada más grande del mundo según UN-Habitab y, según sus propios cálculos, el 90% de la población vivirá en una ciudad para 2020 (http://bit.ly/1pXLEQS). Tener en cuenta estos aspectos demográficos y de urbanización es imprescindible a la hora de analizar los sistemas de transporte a nivel global y específicamente en Sudamérica, pero no son los únicos, sino que implica la consideración de un número importante de factores.
Una pregunta disparadora que debemos hacernos es: ¿basta con comparar las tarifas en un mismo tipo de cambio? De acuerdo a los expertos consultados, el análisis debe comprender no solo el costo de los boletos o tickets sino también otro tipo de información, como el número de usuarios, quiénes de ellos realmente pagan esas cifras y, por sobre todo, cuánto representan 50 boletos en un salario mínimo real.
Por otro lado, hay quienes entienden que, a la hora de comparar, además de las variables ya mencionadas, se debe considerar el precio del combustible de transporte, conocer los subsidios que ellos reciben, aspectos geográficos y de organización administrativa en cada una de las ciudades. Lamentablemente hay carencia en materia de datos o estudios que comparen un número importante de países o ciudades, o simplemente están desactualizados.
Las tarifas
Un trabajo académico, del año 2004, titulado “Transporte urbano y globalización. Políticas y efectos en América Latina”, señalaba las tarifas del transporte público de algunas de las principales ciudades latinoamericanas. En el mismo se destaca a Caracas como la ciudad más barata, contando con un boleto de alrededor de U$S 0,26 de aquel momento. En el otro extremo, Sao Paulo alcanzaba los U$S 0,60. Montevideo era la sexta ciudad más barata, compartiendo ubicación con Bogotá. El precio del boleto era entonces de U$S 0,45.
En el año 2010, con datos del año 2007, el Observatorio de Movilidad Urbana (OMU) del Banco de Desarrollo de América Latina-CAF presentó un trabajo que aborda la temática desde diversas variables relacionadas a la movilidad para 15 áreas metropolitanas de la región. Según el informe del organismo, la tarifa mínima más barata de las metrópolis latinoamericanas se encontraba en Ciudad de México, costando un boleto U$S 0,18, seguido por San José de Costa Rica con U$S 0,19.
Dentro del contexto sudamericano, Buenos Aires era la ciudad con menor precio: U$S 0,29. Por su parte, Montevideo ocupaba el quinto lugar como el más barato, con un boleto correspondiente en 2007 a U$S 0,58 (http://bit.ly/1w3E75P). El extremo superior lo ocupaba San Pablo con tarifas que alcanzaban U$S 1,28.
Gráfico I: Tarifa de autobús por ciudades para 2004 y 2007 (U$S)
Fuentes: http://bit.ly/1w3DZ6m y http://bit.ly/1w3E75P.
¿Hay informes más actuales? Los expertos consultados por UYCheck manifestaron no conocer estudios comparativos en esta materia. El presentado por OMU-CAF es el último de envergadura. Si, como ciudadanos interesados en la materia, se propusieran navegar en internet en busca de los datos, ciudad por ciudad, notarían la complejidad del tema. Por ejemplo, en el caso de Bogotá, hay dos sistemas: Busetas y el Sistema TransMilenio. En el primer caso, la diversidad del costo del boleto varía entre tarifas diurnas, nocturnas, dominicales y festivas, así como también la antigüedad del bus o buseta, siendo más barato viajar en aquellos mayores a 10 años. En el otro caso, el Sistema TransMilenio, tiene diferentes tarifas, dependiendo de si es “horario pico” semanal, o no lo es semanal, así como también una tarifa de fin de semana.
Otros factores
Como fuera mencionado, existen un conjunto de factores que son pertinentes de considerar. Por ejemplo, es relevante tener en cuenta cuánto representa el gasto del transporte en los salarios de los usuarios. Para realizar esta comparación se utiliza el salario mínimo. En los datos disponibles para 2007, en Montevideo el gasto en boletos representaba el 20,2%, ubicándose en sexto lugar desde el menor porcentaje al mayor entre las 11 ciudades seleccionadas. En Buenos Aires se registraba el menor porcentaje de gasto, con un 4,6% (http://bit.ly/1w3E75P).
Gráfico II: Porcentaje del gasto en boletos como parte del salario mínimo
Fuente: http://bit.ly/1w3E75P
También resulta interesante profundizar en los usuarios, en particular aquellos que reciben bonificaciones. Para 2007, la única ciudad sudamericana que no realizaba ningún tipo de descuento a los pasajeros era Bogotá. En el resto, todas tenían alguna diferenciación entre ellos. En general, las bonificaciones se otorgan a ancianos (A), estudiantes (E), personas con capacidades diferentes (D) y otro tipo (OT) de población como policías (http://bit.ly/1w3E75P). El cuadro a continuación muestra las ciudades y sus bonificados.
Cuadro: Población bonificada en las tarifas (2007)
Fuente: Observatorio de Movilidad Urbana (http://bit.ly/1w3E75P)
Por último, uno de los factores centrales son los subsidios que reciben las empresas de transporte, en caso de que los reciban. Un subsidio es básicamente un apoyo económico por parte del Estado para que las empresas se mantengan en funcionamiento. En general, en gran parte de América Latina hacia 2007, los subsidios se entregaban a las empresas ferroviarias, aunque existen algunas grandes ciudades en las que los autobuses también son subsidiados, como Buenos Aires, San Pablo, Santiago y también Montevideo.
Caso Argentino
Reafirmando el concepto de subsidio, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), los define como: “el resultado de una acción de gobierno que confiere una ventaja a los consumidores o productores con el objetivo de complementar sus ingresos o reducir sus costos” (http://bit.ly/1I1bNq5).
La implementación de los subsidios se puede llevar a cabo desde múltiples formas, donde se destacan las extensiones y rebajas impositivas, acceso preferencial a mercados, exoneraciones selectivas de estándares regulatorios o transferencias monterías directas tanto a las empresas prestatarias de servicios como a los consumidores finales, es decir los usuarios (http://bit.ly/1I1bNq5).
Concretamente en el caso de Argentina, según un informe del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC), el último dato disponible data del año 2011, en el cual el subsidio al transporte fue de $17.000 millones de pesos argentinos. Esto equivalía, en dicho año, a alrededor de 1% del PBI argentino y el 30% si observamos su peso en el total del gasto en subsidios por el Estado (http://bit.ly/1I1bNq5).
El estudio de CIPPEC también analiza la evolución del subsidio al transporte en el tiempo, donde constata que el gasto en subsidio al transporte aumentó más de cuatro veces, más específicamente 415%, como porcentaje del PBI entre 2005 y 2012.
Este subsidio tiene un peso significativo y en constante crecimiento en los ingresos de las empresas que prestan servicios. Según los datos de CIPPEC, en el año 2002 los subsidios representaban solo el 7% de los ingresos de las empresas, en el año 2010 se constató que alcanzaron el 77% (http://bit.ly/1I1bNq5). Esto sitúa a Argentina como uno de los países que recibe los subsidios más elevados de América Latina.
En lo que refiere a los subsidios destinados a los autobuses, Buenos Aires los tenía del 95,7% sobre lo recaudado, en tanto que en Montevideo eran del 10,9%, y en San Pablo eran 9,3% (http://bit.ly/1LWXLDJ).
Si observamos lo que sucede en algunas de las principales ciudades de Europa, el transporte en Bruselas estaba subsidiado en un 69% en tanto que en París el subsidio era de 61%, Madrid 57%, Londres 49%, Berlín 47% y Barcelona 44% según el reporte de la European Metropolitan Transport Authorities (ETMA) del año 2009, con valores de 2006
Conclusión
Como vimos la frase contiene dos partes claramente delimitadas. Una primera parte, donde Salgado menciona que es un mito que Montevideo tiene uno de los boletos más caros de la región, y una segunda donde menciona que en Argentina hay un subsidio muy fuerte y que por ese factor se explica su tarifa.
En lo que refiere a la primera parte, como se analizó, la comparación es compleja y es necesario la inclusión de una infinidad de variables que terminan influyendo en la composición de la tarifa. Lamentablemente, como señalamos en párrafos anteriores, no hay estudios actualizados que abarquen esta diversidad de factores.
En la segunda parte, como señala Salgado, existe un fuerte subsidio al transporte en Argentina, el cual ronda el 1% de su PBI. Pero, como vimos en la primera sección, el subsidio no es el único factor que influye en la determinación del costo del transporte. Por todo lo expuesto en esta nota, consideramos que la frase es una Verdad a Medias.