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Caravanas: El nuevo de Buarque

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Video: Biscoito Fino

Por Eduardo Rivero ///

Mi viejo amigo Carlos da Silveira, gran guitarrista y gran tipo, con una enorme trayectoria en la música popular uruguaya (integró Los que iban cantando y fue durante décadas acompañante de Eduardo Darnauchans), guarda como un tesoro en su memoria el haber acompañado en guitarra a Chico Buarque, en un acto frenteamplista en el Estadio Centenario, hace muchos años, en los albores de la restauración democrática.

Me contó, una y otra vez a lo largo de todo este tiempo, que le impresionó lo buen tipo que es Buarque y el pánico escénico que tenía antes de subir al escenario, encerrado en el vestuario del Centenario.

También el gran Hugo Fattoruso, acompañante del propio Buarque en Brasil y viajando por el mundo (toca, por ejemplo, en el disco en vivo que el artista grabó en París), me dijo “Buarque es un caballero de la c a la o”.

El hecho es que más allá del testimonio de esos dos músicos que han logrado el honor de tocar con Buarque, los uruguayos que aman su música y respetan su inmenso y múltiple talento-es poeta, cantautor, dramaturgo y novelista-son innumerables y a la vez, decididamente fanáticos.

¿Cómo no ser fanático del más grande cantautor brasileño de la historia? ¿Cómo no atesorar su impresionante discografía? ¿Cómo no reconocer sus canciones de inteligente y decidida resistencia ante la dictadura brasileña, que fue especialmente brutal?

Si hay dos autores de canciones que definen al Brasil, ellos son el enorme Antonio Carlos Jobim, maestro del priopio Burque en todos los planos, como él mismo lo ha reconocido, y Franciso Buarque de Hollanda, con sus melodías jobinianas y la hondura mágica de sus letras.

Suele decirse -gravísimo error en mi opinión- que Chico no es un gran cantante. Es cierto que no es una gran voz, pero es falso que no sea un gran cantante. So voz de tesitura grave es absolutamente musical y cargada de expresividad.

Su trayectoria es incomparable. Saltó a la fama en 1964 con A banda, un tema que nadie en Brasil dejó de cantar o tararear. Fue preso por la dictadura en 1968. Se exilió en Italia en 1970. Y aún corriendo enormes peligros,regresó a Brasil en 1971.

A partir de allí combatió al régimen con el arma más peligrosa: inteligencia. Con enomre lucidez y un lenguaje cargado de sobreentendidos, temas como Cáliz, A pesar de voce o Vai passar anticipaban la caída de la dictadura. Sus canciones que están en las antípodas de lo panfletario, desafíaron al régimen con elegancia y belleza.

Su discografía está cargada de ítems fantásticos: A pesar de voce (1970), Construção (1971), Caetano e Chico juntos e ao vivo (con Caetano Veloso) (1972), Sinal fechado (1974), el exitosísimo Meus caros amigos (1976), Chico Buarque (1978), Vida (1980), Almanaque (1981), Opera do Malandro (1985), Para todos (1993), As cidades (1998), Carioca (2006), entre decenas más. Una discografía que incluye canciones imperecederas como Construção, Olhos nos Olhos, Samba de Orly, Trocando em miudos, Homenagem ao malandro, Bye bye Brasil, Vida, Para todos

Tras varios años sin grabar y sin presentarse en vivo, en 2017 Buarque volvió a los estudios para registrar su último y excelente Caravanas. La anécdota cuenta que Chico, cansado del robo intelectual de la piratería imperante, hizo guardar el máster original en la caja fuerte del estudio donde se grabó su disco, Biscoito Fino, hasta el momento de fabricar los ejemplares que saldrían a la venta.

Conocido el disco, la crítica deliró, y el público lo ha apoyado como siempre. Venciendo su legendario pánico escénico, Buarque ha decidido impulsar su disco con una importante gira por Brasil y eventualmente también el exterior.

El disco, que es breve, no tiene desperdicio: Tua cantiga, que abre la placa seduce por su jobiniana melodía, Blues para Bia es otra belleza, lo mismo que A moça do sonho, coautoría con otro grande como Edú Lobo; seduce totalmente el valsecito Dueto, que Chico canta con su hija Clara Buarque y que tuviera una primer aversión en 1980 nada menos que junto a la musa de la bossa nova, Nara Leão, Massarundupio, escrita y cantada junto a Chico Brown es otro punto fuerte, As caravanas es un exquisito samba lento y recibimos el regalo de un tema en español precioso como Casualmente, coautoría con Jorge Helder.

Caravanas presenta siete temas inéditos y dos grabados previamente, ya que además del dúo con su hija, A moça do sonho había sido grabada previamente por Edú Lobo.

En lo personal Buarque, en todos sus discos, incluyendo este último, me genera respeto, admiración y diría que amor. Es tanta la belleza que le ha dado a la música de nuestro continente que el corazón lo escucha con tanta dedicación y placer como los oídos.

El gran actor cómico norteamericano Groucho Marx, comediante sin igual y alma mater de los impresionantes Marx Brothers, cuenta en su libro autobiográfico-tan imperdible como desopilante- Groucho y yo una tierna anécdota que aplica perfectamente a la admiración y el sentimiento que alguien de la estatura creativa de Burque provoca.

Relata Groucho que una tarde, ya anciano, estaba sentado leyendo en un banco del Central Park neyorquino cuando una chica joven se le acercó y le preguntó: “¿Es usted Groucho Marx?”. Al recibir la respuesta positiva, agregó: “Por favor, no se muera nunca”.

Buarque me provoca esa misma reacción: quisiera que estuviese siempre, que no envejeciera -pese a sus 74 años-y, lógicamente, que fuera inmortal. Pensándolo bien, no es un loco deseo: Chico ya es inmortal.

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Urquiza esq. Abbey Road es el blog musical de Eduardo Rivero en EnPerspectiva.net.

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