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El libro de Jorge
Objeto: Aire

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Traducciones del alemán

Objeto: Aire

El aire envuelve todo, por eso es la única cosa del mundo que no tiene cáscara; es el envase de los envases. El aire tampoco tiene color horizontal, aunque si se mira desde el suelo hacia arriba, se ve azul intenso. También carece, esta tela asombrosa, de consistencia; y sin embargo empuja velas, frena balas, sube papeles y, en forma de huracán, se enrula y hace tales tirabuzones que destapa casas como si fueran botellas de champán, pero sin festejo. En el Caribe, por esos caracoles remontan las palmeras llevando cocos y monos.

Desde un punto de vista biogeológico puede afirmarse, sin lugar a dudas, que el aire es un océano desbordado en todas sus partes y que los terrestres son animales de fondo de mar, nadadores en agua ligera. Aún el cóndor más alto vuela sumergido, lejos de asomar a la superficie; tan soberbio y tan ingrávido y, pese a todo, aplastado desde arriba, como los demás, por la terrible opresión atmosférica.

Este planeta gira, pues, enteramente desierto, como corresponde a los cuerpos silenciosos del espacio; pero, al igual que muchos otros, está minado por el susurro de seres subterráneos, subacuáticos y, sobre todo, subaéreos. Quien lo observara a primera vista, inofensivo y pulcro, no imaginaría hasta dónde esa pulida superficie blanca (esfera de espejos, pelota de tenis, bola de tul) está contaminada, enteramente infectada de vida en sus capas profundas. Una vez más se ratifica la afirmación de Johnson, William (1932): ‘‘Los mundos neumáticos resultan muy engañadores”. Y es lógico: se trata de un globo inflado al revés (por afuera) y que hierve adentro, relleno de fuegos volcánicos y orgánicos.

Pero más allá de los detalles que apuntan las ciencias descriptivas, según la feliz expresión de Aristóteles, el aire es la sustancia insigne; todo cabe en él y él está en todas partes y su carácter divino se prueba porque carece, en forma absoluta, de memoria. Puede quedar, infinitamente en blanco, sin cansarse nunca de su inocencia inicial.

El aire es el molde de todas las estatuas, el estuche detallado del cuerpo de todos los que han sido: Supo cuajar amorosamente, con todo cuidado, la belleza y la fealdad de cada uno y más aún: acompañar los gestos y los caminos de bestias y señores, de esclavos y ángeles, sin distinguir entre soberbios y las alimañas más ínfimas.

En el vaciado del aire se estampó toda la historia de todas las cosas, y ese trabajo incontable se realizó sin dejar huellas, mágicamente, como en el alma transparente de Dios, que nunca lleva cuentas.

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El libro de Jorge es el blog de Carlos Maggi en EnPerspectiva.net. Actualiza los viernes con uno de los textos de El libro de Jorge, volumen que editó originalmente el Club del Libro del programa radial Discodromo en agosto de 1976. El próximo viernes 9 de octubre publicaremos Objeto: Clavo.

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