Blogs

Mis películas favoritas de los 2010

Facebook Twitter Whatsapp Telegram
Por Gastón González Napoli ///

Una lista sin orden de calidad, con destaques de una década muy transformadora en términos de distribución y donde la burbuja de Hollywood se infló hasta tal punto que probablemente explote en el corto plazo

Una lista con mucho de comercial, algunas rarezas, y muchísimas que faltan porque, con sinceridad total, quien escribe no las vio. Es medio redundante aclarar esto en una lista, que por definición es subjetiva y arbitraria, pero esto de ninguna manera es abarcativo. No pretende listar las mejores de la década, si no las que más me gustaron a mí.

Sin más preámbulos…

Películas familiares

Las dos Paddington

Entré a ellas sin vínculo previo con el personaje, importante en el canon infantil inglés. Me encontré con dos películas muy graciosas y tiernas, perfectamente estructuradas y muy emotivas, con una actuación magistral de Hugh Grant en la secuela. Y además, el diseño del muy bien educado oso protagonista es espectacular. No hubo personaje más entrañable en diez años de cine.

Toy Story 3 e Inside Out

Pixar, ama y señora de los 90 y los 2000, tuvo una década bastante medio pelo, cargada de secuelas innecesarias e incluso alguna película olvidable (lo lamento, Un gran dinosaurio). Pero la abrió con una de sus obras cumbre, Toy Story 3, y tuvo un punto altísimo en 2015, con Inside Out (Intensamente), una película de animación súper detallada, de una imaginación impresionante para diseñar el interior de la mente de una niña y las emociones que la manejan, y con uno de los golpes bajos emocionales más duros desde de la muerte de Mufasa.

Cómo entrenar a tu dragón

La corona animada de la década, sin embargo, seguramente se la lleve la trilogía de Cómo entrenar a tu dragón, en particular la primera, una sorpresa de un estudio en decadencia (Dreamworks) que, como su oscuro escupefuego protagonista, parece una cosa y se convierte en otra: una obra infantil sin miedo a dar giros adultos.

Otras menciones: la obra del estudio Laika y La gran aventura Lego

La de Phil Lord y Christopher Miller parecía una jugada de marketing berreta a la Angry Birds, pero resultó una película no solo divertidísima e inventiva sino también inspirada en su comentario social. Las de Laika (ParaNormanKubo y la búsqueda samurái) se llevan una mención por su trabajo de obrero en la animación stop-motion y una búsqueda distinta, menos saturada, más fantasiosa, que sus pares.

Películas de superhéroes

El género de la década, que tuvo picos altísimos y pozos muy hondos, que absorbió a la industria, hizo terminar de descarrillar las películas de medio y pequeño presupuesto (empujadas a servicios de streaming) y que terminó agotando (la falta de principio ni final de Spiderman: lejos de casa es el ejemplo perfecto de ese cansancio).

Tres de Marvel: Thor: RagnarokAvengers: Infinity War Guardianes de la Galaxia

Lo que hizo Marvel desde 2008 hasta 2019 es inédito y bien puede entrar en una categoría distinta a la de película, más parecidas a una extensa y carísima serie. Son muy formuleras, quizá demasiado, pero las que salieron un poco el molde entran entre lo mejor de la década. Ragnarok con sus visuales y su humor desatado, la mano de Taika Waititi detrás; Infinity War porque fue un evento pocas veces visto y una empresa prácticamente imposible de llevar a cabo que sin embargo rompió las expectativas; y Guardianes de la Galaxia, una comedia con elementos bizarros, que nunca habría funcionado sin el respaldo de Marvel, con una banda sonora de primera y la secuencia más emotiva de la saga.

Logan

Las películas de X-Men son una moneda al aire, pero esta -entre sus elementos de nostalgia y sus pretensiones de wéstern- cayó del lado de las buenas. Además es un buen drama, y una despedida elegante para Hugh Jackman, uno de los hombres clave para la existencia misma de la oleada de superhéroes.

Spiderman: Into The Spiderverse

Visualmente es distinta de cualquier otra película del género, y no porque sea animada. Planos para encuadrar, ruptura (en varios sentidos) de lo que uno esperaría de Spiderman y humor meta (sus creadores fueron lo bastante inteligentes como para confiar en que la audiencia ya conocía el origen del personaje) completan el combo.

Ciencia ficción

Aniquilación

De Alex Garland, que también nos dio Ex Machina. Nunca vi nada como la secuencia del clímax en que Natalie Portman se encuentra con una criatura extraña que la imita. Una de las películas que más he pensado desde que la vi (y eso que por estos lares solo la distribuyó Netflix, un crimen porque merecía verse en la sala más grande posible).

Upgrade

La historia de un hombre que queda cuadripléjico en el mismo acto en que asesinan a su esposa, y que se encuentra la posibilidad de recuperar el movimiento gracias a un implante de última tecnología. Arranca como una de acción y humor negro (con recursos visuales sorprendentes para Leigh Whannell, que no había tenido mayores destaques como director), pero va virando hacia algo bastante más oscuro.

Inception

Nunca la volví a ver entera, pero en ese primer visionado en el cine me voló la cabeza. No preciso más.

Gravedad

Si se la ve en una tele probablemente no tenga el mismo impacto (la historia es tirando a demasiado flaca) aunque sí lo vale por la actuación de Sandra Bullock como una astronauta que queda varada sola en el espacio, a orillas de la Tierra. En pantalla grande, en 3D y con un equipo de audio de primera, fue mi experiencia cinematográfica más fuerte de la década.

Looper

Rian Johnson antes de dividir las aguas con su Star Wars: Los últimos Jedi. Una de viajes en el tiempo con Bruce Willis y Joseph Gordon-Levitt que confía en su público.

Terror

Un género que tuvo una gran década gracias a películas pequeñas, pero al que le entré poco por mi miedo paralizante. Destaco dos que sí vi:

El conjuro

Tiene la escena más terrorífica que he visto, y sin mostrar nada (la de las niñas en el cuarto, cuando una ve algo que ni su hermana ni los espectadores pueden ver). Tiene, además, el mejor tráiler de la década.

Un lugar en silencio

Los fans del terror de van a reír de que la incluya en este apartado, pero, de nuevo, cosas más fuertes no las aguanto. Y Emily Blunt prueba que puede hacer cualquier cosa.

Acción

Creed

No daba dos pesos por el regreso de Rocky y terminó con una nominación al óscar para Sylvester Stallone (que tendría que haber ganado). El director Ryan Coogler le imprime un estilo visual refinado, lejos de los montajes ochentosos de las anteriores que hoy dan un toque de vergüenza ajena.

Las Misión Imposible

Una saga que parecía bastante agotada tuvo una revitalización. Protocolo fantasma de 2011 debe de ser la mejor de todas las Misión Imposible, gracias al humor y la sensibilidad del director Brad Bird, y a una performance temeraria de Tom Cruise (de verdad se colgó de la ventana del Burj Khalifa en Dubái). Las dos siguientes, Nación secreta y Fallout (traducida como Repercusión), con la dirección de Christopher McQuarrie, están apenitas un escalón por debajo. En secuencias de acción, nada las iguala.

La trilogía de John Wick

Revivió a Keanu Reeves y entregó la mejor película de venganza de la década. Las secuelas están buenísimas, pero a la acción estilizada que ya es marca registrada, la primera le suma el dolor de una premisa súper deprimente (al tipo se le acaba de morir la esposa, entonces lo entran a robar, le dan una paliza, le matan su cachorro y le roban el auto, entonces se revela que es un asesino de élite en retiro). La secuencia en el boliche es para ver una y otra vez.

Al filo del mañana

Otra de Tom Cruise, haciendo un personaje menos típico que en las Misión Imposible, y una fiera Emily Blunt. Cruza con ciencia ficción. El final roza lo incomprensible, pero lo que viene antes roza la perfección.

Dramas

Nebraska

Tal vez la obra cumbre de Alexander Payne, con un Bruce Dern maravilloso y tres actuaciones brutales de June Squibb, Will Forte y el enorme Bob Odenkirk.

Red social

Estrenada en 2010, cobró otra dimensión con el crecimiento peligroso de las gigantes tecnológicas, y el cambio en la concepción pública de Silicon Valley. El guionista Aaron Sorkin y el director David Fincher son una dupla de antología; por separado ninguno llegó a las mismas alturas en el resto de la década.

Hell or High Water

A este neo wéstern árido, contundente y con conciencia social, hay que entrar sin mirar el tráiler, que spoilea más de lo que debería.

Her

Un drama romántico al borde de la distopía tecnológica en plan Black Mirror (no se siente tan futurista), en el que Spike Jonze logra extraer de Joaquin Phoenix una actuación por fuera de su intensidad habitual, que tan buenas expresiones tuvo en la década (GuasónYou Were Never Really Here) pero que también puede cansar un poco.

Drive

Economía de lenguaje, violencia estilizada, un Ryan Gosling que dice mucho sin decir nada, y la mejor banda sonora de la década.

El lobo de Wall Street

Marty Scorsese arrancó 2010 con un hit oscuro y enrevesado como La isla siniestra y con El irlandés la cerró con una obra maestra en uno de sus géneros favoritos, la mafia. Salvo por Silencio, que pasó más desapercibida, el veterano tuvo un período fructífero creativamente y además exitoso. En ese plan, ninguna más que El lobo de Wall Street, el ataque más ensañado a la cultura de los tiburones financieros desde Psicópata americano, tan bien hecha -y tan divertida- que hay quienes empatizan con el Jordan Belfort de Leonardo DiCaprio, en una actuación desacatada, e incluso lo idolatran.

Había una vez… en Hollywood

La mejor de las tres que Quentin Tarantino estrenó en la década es también una de sus obras más divisorias: Django sin cadenas en general gustó (y dejó otro trabajo fantástico de DiCaprio) aunque terminó bastante olvidada, y Los ocho más odiados generó bastante consenso en que era demasiado larga. Con Había una vez… en Hollywood la cosa es más variada, porque es el colmo de muchas de las manías del director (las referencias culturales, los pies femeninos descalzos) y a la vez escapa del canon clásico tarantinesco, al ser una de sus obras menos violentas (hasta un final literalmente encendido). Para algunos, por momentos parece que no va para ningún lado; otros no podíamos despegar los ojos de DiCaprio, Brad Pitt y Margot Robbie.

Roma

El problema de Roma fue que la estrenó Netflix: llegó a gente que no la habría visto de otra manera, gente que no era el público objetivo, y se construyó cierto runrún de que era un embole. Lo lamento por ellos: Cuarón se mandó con esta película melancólica una obra dura y visualmente bellísima que enamora desde el primer plano (esos baldazos de agua que reflejan un avión).

45 Years

Un drama romántico sobre el amor (y el desamor) en la tercera edad. La actuación de Charlotte Rampling en la última escena la sigo pensando casi cinco años más tarde.

Victoria

Alemana, con protagonista catalana, filmada en un plano secuencia sin cortes ocultos. Un logro técnico de proporciones. Pero además es un thriller oscuro, una noche que lo cambia todo de verdad.

Documentales

The Act of Killing

Quizá la película más rara que vi en la década. Difícil de ver, larga, pero magnética. El director Joshua Oppenheimer consigue que los responsables de una serie de masacres en Indonesia durante los años 60 confiesen con total liviandad, y luego va más allá y consigue que los tipos actúen esas mismas atrocidades como si fueran películas antiguas. El momento en que uno de ellos comienza a hacer arcadas es de esos que no se olvidan.

Caras y lugares

El documental de la vieja cineasta francesa Agnès Varda y el fotógrafo JR abrió el festival de Cinemateca de 2018. Ese formato, la pantalla grande, es el ideal para ver las intervenciones artísticas a gran escala que JR va realizando por el interior de Francia mientras Varda lo sigue. Hasta ahí es una road movie imprevista. Pero lo más fuerte de Caras y lugares es la trama melancólica que tiene a la directora revisitando (literalmente) memorias de su pasado con la Nouvelle Vague de los años 50, momento en que se convierte en una película entrañable.

20 Feet From Stardom

Pone el foco en los y sobre todo las coristas de algunos de los grandes músicos del siglo XX. La escena en que Mick Jagger escucha, despojada, la pista de Merry Clayton grabando su intervención en "Gimme Shelter": él mismo no lo puede creer. Eso es la música. Y, además, 20 Feet From Stardom es un acto de justicia.

Going Clear

Una mirada a fondo a la Iglesia de la Cienciología, con ribetes incomprensibles. Tom Cruise sale tan mal parado que por suerte tuvo las Misión Imposible para que no lo deje de querer.

La flor de la vida

Adriana Loeff y Claudia Abend partieron de la idea de buscar una historia de amor de ancianos y se encontraron con uno de esos personajes que los angloparlantes llamarían "más grandes que la vida". El resultado es hilarante, aunque deja un retrogusto amargo.

Comedias

Scott Pilgrim vs The World

Nadie filma como Edgar Wright, pero ni él ha filmado nunca como en esta comedia musical fantasiosa, donde le saca humor a cada recurso que el cine le pone sobre la mesa.

Fe de etarras

La dupla de director-guionista Borja Cobeaga y Diego San José, ambos vascos, tuvo su punto más alto en esta mirada satírica sobre una célula de ETA que prepara un atentado mientras transcurre el Mundial de Sudáfrica. Cobeaga también dirigió la excelente Negociador, que mira con humor el proceso que llevó al desarme del grupo separatista; y junto con San José escribieron Ocho apellidos vascos, que a pesar de ser más bien de mitad de tabla vale la pena. Nadie en España se había animado a jugar así con las particularidades de las comunidades autónomas.

Easy A

La comedia que más veces he revisto de la década. El momento en que Emma Stone se convierte en estrella.

Game night

Una comedia de pocas pretensiones que sorprende por lo lejos que está dispuesta a ir, y por algunos recursos visuales que este tipo de cine parecía haber abandonado en favor de la improvisación y el humor verde.

Relatos salvajes

Nada me hizo reír tan fuerte como el corto del casamiento en toda la década.

Medianoche en París

Sí, a Woody Allen lo cancelamos poco después. Igual no le resta calidad ni a esta ni a Blue Jasmine.

La balada de Buster Scruggs

Otra antología de cortometrajes, igual que Relatos salvajes, en este caso situada en el Viejo Oeste estadounidense y con los hermanos Coen al mando. Para algunos es demasiado largo, pero quien escribe se declara fan del corto que protagoniza Zoe Kazan.

La La Land

A poco de que salió, se construyó un discurso hater alrededor de este musical de Damien Chazelle. Nunca voy a entender por qué. No será perfecta, habrá prácticamente que plagiado musicales anteriores en plan homenaje (por cierto, algo de lo que son culpables muchas películas en una década consumida por la nostalgia) pero poca cosa se acercó a los cinco minutos finales de La La Land.

Parasite

Podemos discutir en qué categoría entra, pero mayoritariamente la última de Bong Joon-Ho es una comedia negra, una sátira social cruenta, a la que uno le sigue dando vueltas durante días.

***

Foto: Keanu Reeves como John Wick.

Etcétera es el blog de Gastón González Napoli en radiomundo.uy

Comentarios