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La política a escena
A modo de prólogo

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Por Mariana Wainstein ///

 

“El político es un actor condenado a no fingir”
Richard Sennett, El declive del hombre público (1974)

 

 

La lágrima de Obama en primera plana de varios medios de comunicación nos impacta, no solo porque sorprende enterarnos que el presidente de los EEUU llora, sino porque en 24 horas apareció en todos los medios más importantes del mundo y la imagen de su cara llorosa se hizo viral en las redes. Esto implicó que durante varias horas un tema importante de la agenda política de Obama como es el control de armas lograse ingresar a la agenda mediática y ser tema de debate de millones de personas, apelando a sentimientos como la tristeza y a la frustración ante la muerte de niños inocentes. Observando la transmisión de su discurso donde se captó la imagen de su cara y la lágrima cayendo del ojo derecho podemos ver que el presidente se toca ambos ojos varias veces como asegurando que el “efecto lágrima” aparezca en escena.

En un país como Reino Unido, el personaje de Tony Blair abriendo el living de su casa a los medios mientras jugaba con sus hijos cambió drásticamente el tratamiento hacia el cargo de primer ministro por parte del periodismo. La vida privada del líder político comenzó a cobrar casi tanta importancia como sus decisiones políticas. Tanto es así que a su sucesor Gordon Brown le resultó muy difícil congeniar y comunicar al pretender retornar los límites de la vida privada a donde siempre habían estado en el imaginario colectivo británico.

Este aspecto, denominado en varios artículos académicos “la politización de la vida privada”, se refleja muy bien en la película La Reina (The Queen, 2006, dirigida por Stephen Frears), donde se enfrenta el estilo de comunicación calculadamente espontáneo de Blair al tradicional acartonamiento de la Reina Isabel II.

Constantin Stanislavsky (Moscú, 1863-1938), el actor y director ruso cuyas reflexiones sobre la preparación del actor aún hoy sirven de base a escuelas de teatro en el mundo, creó un método para facilitarle al actor el proceso de transformarse en otro ser durante la representación de la manera más realista y natural posible. De ahí su éxito en el teatro, el cine y la televisión norteamericana, donde el género realista tiene un espacio relevante.

En su método de construcción del personaje le exigía al actor que trabajase con su memoria emotiva, con sus recuerdos y que comprendiese y asimilase las circunstancias dadas que rodeaban al personaje para conseguir la tan ansiada verosimilitud. Todos queremos que nos crean, pero posiblemente al político le va la vida en ello.

Los ejemplos citados de Obama y Blair son una muestra de las construcciones –de personajes y de relatos– que cotidianamente apelan a convocar la atención de un público por parte de la clase política.

¿Qué está pasando actualmente con la comunicación política? ¿Por qué la jerga teatral se utiliza tanto en el análisis político? Todos parecen estar hablando de actores, escenarios e historias. Apenas terminado el proceso electoral en Argentina los medios se preguntaban cuál será ahora el “relato” kirchnerista, o explicaban el “relato” de Macri, más “zen y sensible” que lo que el ciudadano medio podía esperar de un empresario argentino.

¿Verdad, manipulación o todo a la vez? ¿Cuánto influye la creatividad de un equipo de comunicación de un Gobierno, de un partido o de un político? ¿Cuánto influyen los medios de comunicación, que también necesitan construir buenos relatos para llegar a su público? ¿Cuánto importa la cultura política de cada sociedad y su “mitología” a la hora de recibir y creer en esos relatos? ¿Los ciudadanos están alerta, o consumen estas historias como quien consume ficción? ¿Son las redes sociales una especie de teatro circular donde todos se ven las caras, o sigue habiendo un “detrás de bambalinas” donde se prepara lo que aparecerá en escena?

Les propongo en este espacio observar la política desde un enfoque teatral. Recorrer diferentes teorías sobre la construcción de personajes, de textos, de espectáculos, unir mitos populares y ejemplos del teatro mundial con hechos políticos contemporáneos. Uno de los libros más interesantes del teatrólogo argentino Jorge Dubatti –sí, existe la disciplina de “teatrólogo”– se titula El teatro teatra. Desde este espacio la intención es observar si la política “teatra”. Y si “teatra”, pues que teatre, pero que seamos espectadores lúcidos y alertas y no adormilados consumidores de imágenes y cuentos.

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La política a escena es el blog de dramaturgia política de Mariana Wainstein. Actualiza los jueves.

Sobre este blog
Politólogos y sociólogos hacen uso (y a veces abuso) de la jerga teatral para reflexionar sobre la política: “actores políticos” y “escenario político” son solo dos ejemplos de una costumbre por demás extendida. Desde este espacio se profundizará en los elementos de ese mundo y se intentará descubrir cómo se construyen determinados escenarios, textos y personajes. Esto implica profundizar en temas que conciernen a la mediatización de la política, sus características y consecuencias. En suma, este blog estará dedicado a la “dramaturgia política”, es decir, al análisis político desde un enfoque teatral.

Sobre la autora
Mariana Wainstein nació en Montevideo, el 28 de octubre del año del dragón. Es directora, productora de teatro y gestora cultural. Ha obtenido maestrías en Liderazgo Democrático y Comunicación Política y Estudios Avanzados en Comunicación Política por la Universidad Complutense de Madrid. Trabajó como coordinadora académica de Comunicación Audiovisual en la Universidad ORT Uruguay, productora ejecutiva de la Temporada de Ópera 2008 del Teatro Solís y entre 2007 y 2010 coordinó los Fondos de Incentivo Cultural del Ministerio de Educación y Cultura. Actualmente dirige la obra De algún tiempo a esta parte, de Max Aub, que se estrenará próximamente en el Teatro Alianza.

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Foto en Home: Retrato de Mariana Wainstein, autora del blog La política a escena. Crédito: Veronika Marquez/EnPerspectiva.net.

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