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La política a escena
¿Todos unidos?

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Por Mariana Wainstein ///

 

“No estoy preocupado por el impacto en las elecciones, sino por el impacto en las familias, los equipos de rescate, nuestra economía y el transporte… Las elecciones sabrán cuidar de sí mismas. Ahora mismo nuestra prioridad número uno es salvar vidas”
Barack Obama, presidente de los EEUU, ante la llegada del huracán Sandy a Nueva York, octubre 2012,
un mes antes de las elecciones presidenciales

 

 

El efecto llamado “rally around the flag” (que se podría traducir como “concentración alrededor de la bandera”) alude al incremento de sentimiento patriótico y de apoyo al gobierno en caso de catástrofes, y puede llegar a suscitar eventos dramático-políticos importantes.

Las investigaciones, casi todas enfocadas en los EEUU, suponen que las crisis militares, terroristas o las tragedias naturales graves que suceden de forma repentina, como huracanes o terremotos, provocan una ansiedad en la población que ve en peligro su bienestar, generando sentimientos de solidaridad y unidad.

Estos acontecimientos de gran dimensión provocan que los ciudadanos confíen más en su Gobierno y se solidaricen con las decisiones oficiales, a la vez que la oposición silencie sus quejas públicas como signo de unidad y de apoyo ante la adversidad.

El periodista español Diego García Crego escribió una investigación titulada Carisma, catástrofes naturales y el efecto “rally around the flag” en la que se cuestiona si este efecto es inherente a la idiosincrasia estadounidense o si puede suceder también en otros países.

En Uruguay, por ejemplo, en lo que va de 2016 se registraron dos hechos que podrían servir como casos de análisis: a comienzos de este año, la confirmación de la presencia del virus del dengue, que se transmite a través del mosquito Aedes aegypti, se convirtió en nuestra “catástrofe”, y luego, hace apenas unas semanas, las inclemencias climatológicas, sobre todo el tornado que arrasó Dolores, en Soriano.

Tanto el primero como el segundo generaron las condiciones para y casi que provocaron, aquí en casa, el efecto rally around the flag, pero en ambos acontecimientos la unión del pueblo uruguayo solidarizándose unido frente a un problema duró poco.

La audiencia mira hacia el escenario y ve desfilar diversos temas. Los temas se iluminan o se enfocan más o menos por diferentes intereses. Hace años ya que se estudia el fenómeno del framing, el “encuadre”, en las noticias y la relación entre la agenda política y la agenda mediática. En el caso de las tormentas e inundaciones que azotaron a buena parte del territorio nacional, parece que la escena cambió rápidamente a un enfrentamiento entre el Gobierno y sus planes y algunos Gobiernos departamentales.

Varios temas luchan por salir: que si hay discriminación política en las ayudas, que si Mujica era más cercano al interior del país que Tabaré. Un efecto depresivo envuelve la atmósfera de la obra que estamos viendo. La escena luce desorganizada y poco eficiente para dar respuestas a los que están pasando mal.

Allá a lo lejos, en un lugar secundario del tinglado, un intendente, en el departamento de Treinta y Tres, propone concentrarse en transformar a su ciudad en una “ciudad creativa”, de acuerdo a cánones internacionales, lo cual podría a largo plazo implicar un cambio en la cultura y en la matriz de producción de ese departamento que está lejos de ser protagonista de nuestra ficción de país.

Da ganas de que la audiencia estalle en aplausos: alguien tuvo una buena idea en plena crisis, y no está basada en recortes sino en mirar más alto. Da ganas de que todos se unan alrededor de esta bandera. Sin embargo, los medios no parecen atender ni presentar ese tema con mucho énfasis.

Cabría preguntarse si en Uruguay el fenómeno rally around the flag tiene posibilidades de existir frente al escepticismo crónico que parece más poderoso que cualquier amenaza. Quizá la indiferencia endémica de nuestra sociedad sea la verdadera catástrofe.

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La política a escena es el blog de dramaturgia política de Mariana Wainstein. Actualiza los jueves.

Sobre este blog
Politólogos y sociólogos hacen uso (y a veces abuso) de la jerga teatral para reflexionar sobre la política: “actores políticos” y “escenario político” son solo dos ejemplos de una costumbre por demás extendida. Desde este espacio se profundizará en los elementos de ese mundo y se intentará descubrir cómo se construyen determinados escenarios, textos y personajes. Esto implica profundizar en temas que conciernen a la mediatización de la política, sus características y consecuencias. En suma, este blog estará dedicado a la “dramaturgia política”, es decir, al análisis político desde un enfoque teatral.

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