El ministro de Trabajo y Seguridad Social habló en la sede de la OIT en Ginebra, luego de que el organismo pusiera el caso uruguayo a estudio; la raíz es una queja presentada por las cámaras empresariales hace una década, vinculada con la ley de negociación colectiva
DISCURSO
“Buenas tardes a todas y todos, autoridades y delegados a la Conferencia del Centenario
Venimos de un pequeño país del sur: Uruguay
Esperamos y trabajamos para que en este centenario contribuyamos a una OIT con más concreciones que declaraciones, con más convenios internacionales y más aplicaciones de los mismos en cada país, con más trabajo decente y justicia social.
Apoyamos expresamente el Informe de la Comisión Mundial “Trabajar para un futuro más prometedor” y esperamos que su contenido sustancial se mantenga y que los pueblos del mundo trabajemos para llevarlo adelante y cumplir sus objetivos con planes concretos. Es tiempo de hacer, acá y en cada país.
Apoyamos el convenio sobre violencia y acoso en el trabajo y apoyamos que la OIT sea Premio Nobel de la Paz. Y apoyamos el derecho de huelga, hoy extrañamente en discusión en la OIT. En Uruguay lo establece nuestra Constitución de la República, en su artículo 57.
Nuestro país, Uruguay, se ha caracterizado por su democracia (es de las pocas plenas del mundo y primera en América Latina), por su transparencia, Estado de derecho y seguridad jurídica, libertad de expresión y de asociación, paz, baja corrupción, inclusión y progreso social, protección laboral y protección social, prosperidad, calidad de vida, igualdad, producto bruto per cápita y su distribución, nivel de salarios y pasividades, negociación colectiva y participación social en la elaboración y gestión de políticas públicas y, por primera vez en la historia, 16 años continuos de crecimiento económico. También en nuevos derechos, en género y libertades de opción y oportunidades.
Sin embargo, se nos ha incluido en la lista de casos a considerar en la Comisión de Normas. Nuestro país no debería estar ahí. Pero, con tranquilidad de conciencia, defenderemos nuestras ideas, principios, programas y políticas.
Sabemos que hay países que nos apoyan. Les agradecemos.
Fuimos incluidos luego de 76 años de vigencia de un sistema de negociación colectiva creado en 1943. Nunca antes de nuestro gobierno (el cual, por primera vez en la historia, iniciamos en 2005) este sistema fue cuestionado por los empresarios, lo hacen ahora, llama la atención. La nueva ley de 2008, cuestionada por los empresarios, simplemente hizo suya la experiencia de décadas de práctica de negociación colectiva en el país.
Ese sistema es anterior al CIT 98, como también Uruguay tuvo su ley de 8 horas antes que la OIT en 1915 y recientemente fuimos primeros en ratificar el último convenio aprobado, el 189, sobre trabajo doméstico, pero ya teníamos una ley al respecto, que ha dado muy buenos resultados para estas trabajadoras.
Somos cuestionados y aprovechamos esta oportunidad para informar y que se conozca más qué hacemos en este paisito del sur.
En Uruguay, se puede negociar en forma bipartita o tripartita. Existe libertad. Pero las cámaras y los sindicatos, prefieren ir al ministerio a hacerlo. Está culminando en estas horas la ronda de negociaciones más grande de la historia: 231 unidades de negociación. Y, en ella, un 90 % de acuerdo entre empresarios y trabajadores. Muchos de los firmantes están acá, presentes en la Conferencia. Y ese 90 % incluye una tercera parte de los casos, en que libremente empresarios y trabajadores acuerdan por encima de las propuestas del Gobierno, y eso es válido.
Hubo años en que otros gobiernos no promovieron la negociación colectiva, como lo hacemos nosotros. ¿Y qué pasó, por ejemplo, en la década de 1990 ? Solo el 20 % de los trabajadores tenía negociación colectiva. Hoy es el 100 %. Y si no se promueve la negociación colectiva, se perjudican los trabajadores, en particular los más débiles, los más alejados, los menos sindicalizados. Caen los salarios y las pasividades, como pasó en Uruguay, y entonces también se perjudican las empresas por la caída del consumo y por la competencia desleal entre ellas. Un estudio independiente reciente en base a datos de la Universidad Católica muestra que hubo más conflictos cuando no había negociación colectiva que ahora.
También se nos cuestiona por el derecho de huelga y las ocupaciones.
Las ocupaciones son absolutamente excepcionales, minoritarias, y es el Poder Judicial el que en tres días resuelve, además de las acciones que desde el ministerio realizamos y que le constan al sector empresarial, como, por ejemplo, en sucesos de estos días, en los que han reconocido nuestra actuación.
Ahora bien, entendemos que el sistema de negociación colectiva y la prevención de conflictos pueden ser modificados. Estuvimos, estamos y estaremos abiertos al diálogo y a la negociación.
Escuchamos y atendemos propuestas de los empresarios y trabajadores y de los organismos de la OIT, que respetamos y saben que cumplimos, con las normas internacionales y su aplicación y con las instancias de diálogo y respuesta.
Hemos hecho varias propuestas de modificación. Las últimas, en 2015, 2016, 2017 y 2018. Fueron rechazadas por los representantes de las cámaras empresariales aquí presentes.
Sin embargo, un anterior ministro de Trabajo, de otro gobierno diferente al nuestro, las ha valorado positivamente. También empresarios, y podemos afirmar que las inversiones no se detienen por nuestra legislación laboral, entre ellas la más grande de la historia, que esperamos se concrete en estos días.
Y destacamos que en los acuerdos realizados en esta ronda de negociaciones se aprobaron cláusulas de paz y prevención de conflictos, expresamente promovidas por el Gobierno y enriquecidas con el aporte de empresarios y trabajadores
Reiteramos enfáticamente: queremos más y mejor negociación colectiva y queremos más y mejores mecanismos de prevención de conflictos.
Seguiremos estando dispuestos al diálogo y la negociación para mejorarla, no para reducirla y menos para eliminarla. Seguiremos estando dispuestos a mejorar la prevención de conflictos respetando el derecho de huelga y los derechos del empresariado, también con diálogo y negociación.
Viva el centenario, por más justicia social y trabajo decente en los hechos en cada lugar”.
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Fuente: Presidencia