Por Ricardo Pascale ///
El covid-19 continúa dejando un saldo creciente de infectados y fallecidos.
Conforme a la Johns Hopkins University, el total mundial de infectados es de 114 millones en 219 países, con 5,3 millones de fallecidos. En Estados Unidos, que en la Segunda Guerra Mundial perdió 418 mil personas entre civiles y militares, el Covid-19 ya mató 514 mil vidas.
Se trata, por tanto, de un problema grave, con repercusiones en otras áreas como la económica.
Una buena noticia hay que resaltar: ya hay varias vacunas de distinta eficacia. Es un hecho muy importante.
Me detengo un instante en este punto. Una vacuna como Sinovac puede tener un 50 % de eficacia para no infectarse, pero tiene una cifra cercana al 100 %, como señala el Ministerio de Salud Pública, “para evitar complicaciones que desencadenen un cuadro grave”. Es muy importante que la población tenga claro este punto, que a mí me parece central.
Lo importante, por encima de todo, es evitar muertes, y eso lo logra la citada vacuna, como también otras que están en el mercado.
Yendo a uno de los tantos defectos que el Covid-19 trajo, resalto una disrupción masiva en la fuerza laboral. Los resultados de los estudios enfatizan algunos puntos.
Uno es la dimensión física del trabajo como nuevo factor que interviene en su futuro, traído a primera plana por razones de salud y seguridad. El impacto a largo plazo se concentra en cuatro campos de trabajo con altos niveles de proximidad, como son los lugares de ocio y viajes, incluídos restoranes y hoteles, clientes con interacción in situ y venta minorista, trabajo de oficina con alto uso de computación, así como la producción y almacenamiento.
Naturalmente, ocupaciones menos densas como la producción al aire libre tendrán menos efectos en el trabajo.
Un segundo punto que quiero señalar es que el Covid-19 aceleró la presencia de algunas tendencias previas que podrían persistir luego de la pandemia con distintos grados, según las áreas y los países.
Una de ellas es el trabajo remoto, que se estima que podrá persistir entre un 20 % y un 25 % en los países avanzados y algo menos en los países emergentes. Se espera un híbrido de trabajo presencial y remoto. Esto significa cuatro o cinco veces más que antes de la pandemia. Algunas repercusiones serán la menor demanda de transporte público, de restoranes y de hoteles. Las otras dos tendencias que se verán presentes son el e-commerce y la automatización por medio de robots. Estas tres tendencias pueden afectar hasta el 70 % de la fuerza laboral en países como China y la India. Todo esto afectará más seriamente a las ciudades grandes que a aquellas más pequeñas.
Un tercer punto a destacar tiene relación con las transiciones que se producirán en la fuerza laboral, que puede ser de una escala mayor que la inicialmente pensada.
Dependiendo de los países, entre un 12 % y un 20 % de los trabajadores pueden reentrenarse y ganar mejor. Los estudios señalan que los trabajadores sin titulación universitaria, las mujeres, las minorías étnicas y los jóvenes pueden ser de los más afectados. Asimismo, el empleo en ocupaciones de bajos salarios puede disminuir en tanto que los salarios de la salud y los STEM -que son la ciencia, la tecnología, la ingeniería y la matemática- seguramente seguirán creciendo.
En este contexto, los dirigentes de las empresas, así como los dirigentes políticos, tienen que acelerar y poner en marcha los imperativos que impone el trabajo de hoy. Algunos de ellos muy claros antes del Covid-19.
Las empresas tienen una oportunidad para reimaginar cómo y dónde se hace el trabajo pensando en áreas específicas de ocupación.
Será así mismo necesaria la redistribución rápida y eficiente de los trabajadores, basada, por ejemplo, en las capacidades y experiencia, a veces antes que en los títulos universitarios.
Por otra parte, los responsables de hacer e implementar políticas públicas, deben poder asegurar a los trabajadores el acceso a la infraestructura digital, y facilitar la movilidad ocupacional. Como el número de trabajadores independientes crece, también deberá innovarse para asegurarles los beneficios.
Eventualmente, todos esperamos que la pandemia se desvanezca, pero la productividad, la creatividad y la agilidad de los dirigentes privados y públicos, muy evidente durante la crisis, deberá continuar para encontrar respuestas efectivas a los inminentes desafíos de la fuerza laboral.
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Ricardo Pascale para el espacio Tiene la Palabra de En Perspectiva