Editorial

China: El régimen 996

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Por Jana Rodriguez Hertz ///

Hacía poco que había empezado a trabajar en la Universidad de Ciencia y Tecnología del Sur, en China, cuando me invitaron a asistir a un “seminario estratégico” del Departamento de Matemática. La invitación, por supuesto, era con asistencia obligatoria. El seminario tendría lugar en un hotel muy bonito, en Dapeng, sobre la playa, en las afueras de Shenzhen; y sería un fin de semana, sábado y domingo. Fui. Más allá de momentos inolvidables, como la cena con mariscos sobre plataformas flotantes de listones de madera en el mar, seguido de una noche de karaoke con todos los colegas del departamento, no pude evitar sentir que fue una pérdida de tiempo: pasamos jornadas de 8 a 9 horas trabajando, en realidad, asistiendo a sesiones interminables de exposiciones en chino sobre datos -muchas veces burocráticos- del funcionamiento de las clases, números de estudiantes, etc. Nada que un mail con un PDF no hubiera podido reemplazar. Fue más que una pérdida de tiempo, me quitó el necesario tiempo de reposición para encarar la jornada de la semana siguiente y también el tiempo del fin de semana para compartir con mi familia.

Pensé que sería una cosa excepcional, pero no. Una vez al mes tenemos un seminario estratégico del departamento, y dos veces al año uno de la facultad, con la asistencia de todo el personal docente. Finalmente pude negociar dejar de ir al menos a los seminarios estratégicos de mi departamento. Conversé de este asunto en un congreso internacional con un colega japonés, y me dijo que eso es muy asiático, el tema de la compulsión al trabajo. Tienen problemas con el concepto de ocio. Eso lo pudimos verificar cuando pedimos licencia reglamentaria. En el formulario nos pedían completar qué íbamos a hacer durante nuestra licencia. “Nada” pusimos mi marido y yo. Horror. No se puede poner “nada”. ¿Por qué no? Es mi licencia reglamentaria, hago lo que tengo ganas, no tengo que rendir cuentas. No, no se puede. Diplomáticamente, nuestros asistentes nos sugirieron que pusiéramos el más aceptable “visitar a la familia”. La familia -sobre todo los mayores- es un valor superior en China, por lo que visitarlos está bien visto.

Todo esto viene a cuento porque desde al menos el año pasado, las empresas tecnológicas de China han comenzado a adoptar el sistema 996, es decir, se trabaja de 9 am a 9 pm 6 días a la semana, sin pago extra ni bonus. Hubo naturales protestas, pero los jefes de los gigantes tecnológicos, como Jack Ma, de Alibaba, o Richard Liu, de JD.com, han salido públicamente a defender este sistema, incluso sugiriendo que quienes no lo aceptan son unos haraganes, y que son libres de buscar trabajo en otro lado (donde los explotarán de igual manera).

No es fácil protestar por condiciones laborales en China, pero la comunidad tecnológica es un grupo humano especialista en encontrar atajos. Los techies están usando la plataforma de repositorios Github, usada por desarrolladores para compartir, contribuir y testear códigos, para organizarse y protestar. En las páginas de repositorio 996.ICU y en su sitio oficial, pueden encontrarse los puntos que este grupo reclama, y mostrar apoyo de forma anónima. El Gobierno chino no puede censurar estos sitios, porque son necesarios para que el área tecnológica avance. Por otro lado, Bloomberg sugiere que el Gobierno tampoco desea meterse con los desarrolladores, porque es un grupo de trabajadores que desea mantener feliz. Según la misma nota, el diario del estado Youth Daily reportó en 2014 que 600.000 mueren por año por exceso de trabajo en China.

Personalmente creo que la falta de descanso atenta contra la productividad. El ocio, aunque a algunos no les parezca, es enormemente productivo. Para los que tenemos trabajos vinculados a la creatividad, el ocio es indispensable. El exceso de trabajo mata la inventiva. Pasar tiempo con los afectos, leer, jugar, incluso aburrirse, es la materia prima de nuestra imaginación.

En un momento donde la automatización amenaza la existencia de muchos empleos, fomentar un esquema laboral que embrutece la mente no parece ir en el sentido inteligente. Siempre podremos tener robots que trabajen 996, pero pasará mucho tiempo hasta que uno tenga la chispa de la empatía y el genio.

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Emitido en el espacio Tiene la palabra de En Perspectiva, miércoles 08.05.2019

Enlace externo
‘996’ Is China’s Version of Hustle Culture. Tech Workers Are Sick of It., en The New York Times, en inglés

Sobre la autora
Jana Rodríguez Hertz es una matemática uruguayoargentina radicada en Shenzhen, China. Profesora en la Universidad de Ciencia y Tecnología del Sur, SUSTech. Vicepresidenta por América Latina y el Caribe de la Organización de Mujeres en Ciencia para el Mundo en Desarrollo (OWSD por sus siglas en inglés), dependiente de Unesco.

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