Editorial

El jardín de siempre

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Por Rosana Malaneschii ///

Hay un proverbio chino muy interesante. Dice: Si quieres ser feliz diez años, cásate. Si quieres ser feliz 25 años, toma vino. Si quieres ser feliz toda la vida, cultiva un jardín. Para nosotros es difícil entender la felicidad como una línea de larga duración; entendamos por ella, entonces, un cierto bienestar manifiesto a través de las horas.

Lo prudente, en principio, parecería ser esperar hasta los 80 como si fuesen el infinito y más allá. Entonces, con mucho hecho y toda la vida por delante, uno, una, se dedicaría al jardín. Enteramente. Pero, hoy, el tiempo cuarentena insiste y se puede vivir la vida como si se tuviesen 80 años. Entonces, se va al jardín.

Pero llegar allí, puede ser tarea compleja. Nuestro estilo de vida es el de la abundancia, basta ver un súper para darse cuenta. Frutos y verduras ofrecidos, casi, como si no existiese el tiempo. Y, sin embargo, en jardines no abundamos. Por lo menos, en ciertas zonas.

Hacia los bordes de Montevideo, el paisaje cambia. Aparecen la vereda con pasto, la fragancia estacional, la madreselva en flor o sin flor, los jazmines o la glicina. Aparecen los coquitos del eucalipto, por ejemplo, y las texturas de los distintos troncos. Son parte de lo cotidiano. En otros lugares, no.

En otros lugares, en el cuadrado ocupado por el árbol de la calle, alguien hace un jardín. Y prosperan, por ese acto de fe y alzados desde los plásticos, la planta de la plata, malvones, lazos de amor, cretonas. Es bravo, porque a algunas, como los áloes, por ejemplo, se las van llevando de a poquito. Como si fueran flores. Ahí, en el espacio público invadido, el jardín es mezcla de esperanza y memoria.

Y en otros lugares hay balcones, ventanas, terrazas, azoteas. Un tragaluz, al menos. Un patiecito. Y el jardín es las macetas. Supongamos ese el jardín accesible. No tendrá, seguramente, senderos que se bifurquen. Son simples macetas con mayor o menor grado de alineamiento. Es cierto. Pero si las semillas prenden, si van creciendo en ellas y el sol ayuda, un día, será un vergel.

Ese día, el día de la abundancia colorida y verde, el proverbio chino cobra vigencia. Sea en el Jardín Botánico, sea un rinconcito arrabalero con toldo de estrellas. Puede ser un poco obvio decir por qué, pero lo diré: el cultivo de un jardín es el cultivo de la belleza. Y la belleza da felicidad. Lo hace con o sin pandemia y tengamos o no tengamos 80.

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Rosana Malaneschii para el espacio Voces en la cuarentena de En Perspectiva

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Rosana Malaneschii Delgado
 (Montevideo, 1965) es una escritora,​ socióloga y profesora uruguaya, nacida en Montevideo.

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Foto
: Jardín Japonés en Montevideo. Crédito: Wikimedia Commons.

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