Editorial

¿Qué buscan?

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Por Alejandro Sciarra ///

Son 135 los trabajadores de la empresa Friopan. Según su propietario, Adolfo Fernández, el sindicato existe desde 2004 y durante 10 años, no tuvieron más que un par de paros. Hasta que cambió la dirigencia del sindicato.

Era un buen viernes hasta que “como una patota” (según palabras de Fernández) entraron 38 trabajadores de la empresa, con aproximadamente el triple de personas ajenas, echando a los gritos a los trabajadores que hacían el turno de la noche. Palabras más, palabras menos, asaltaron la planta. Una vez tomada la empresa, los extras se retiraron y dejaron dentro a los sindicalizados durante casi cinco días.

La motivación de los trabajadores sindicalizados y de los asaltantes (que nada tenían que ver con la empresa) fue la sospecha de despidos debidos a una reestructura por la compra de una máquina. Así. La sospecha de despidos, que según los propietarios, nadie había planteado.

Una vez liberada la fábrica, se dio luz a un video que mostraba el estado en el que había quedado. Desolador. Quilos de masa tirados en el suelo, desperdiciados. Alimento pisoteado y echado a perder. Pero no sólo (como si fuera poco) 2.000 quilos de masa. También quedaron los distribuidores cuatro días sin poder cumplir con su tarea. La empresa perdió ventas, perdió clientes. Y como si fuera poco, 77 personas fueron impedidas de trabajar durante cuatro días.

Comenzaría entonces la pesadilla para el trabajador que difundió el video. Comenzó a recibir insultos y amenazas por parte de un dirigente sindical por audio de WhatsApp. “Mañana te voy a hacer sentir el rigor, a vos y al que sea”.

Me pregunto qué es lo que buscan realmente. Cuando en el país comienza a calar el desempleo, cuando la cosa se empieza a poner difícil. Cuando más se necesita recurrir a la unidad, a la civilización, al diálogo, a la conservación de los puestos de trabajo, ¿por qué dinamitar todos los puentes con violencia, atropello e intransigencia?

Uruguay ha realizado un camino hacia la protección del trabajador. Nadie lo duda. Existen hoy vías suficientes para evitar una revolución del proletariado. Existen recursos y procesos de conciliación para hacer valer los derechos y las causas justas. ¿Por qué ir directo a la guerra que no deja más que destrucción?

Friopan es una empresa nacional, amasada a fuerza de brazos de una familia uruguaya durante más de 20 años. Viví la experiencia de trabajar en una panadería tan solo durante un par de noches en Asunción del Paraguay. Cuánto sudor, cuánto cansancio, cuánto sacrificio y cuánto cariño le pone el panadero a su trabajo.

Friopan compite con Pagnifique. Una multinacional con presencia en Estados Unidos, México, Paraguay y Uruguay. ¿Qué estamos haciendo? Estamos poniendo en riesgo una empresa que da trabajo a más de 100 familias uruguayas por una sospecha. Estamos jugando con la paciencia de quienes arriesgan su capital para invertir en nuestro país. Estamos enviando al mundo el mensaje de que en Uruguay puede entrar un malón de ajenos a tu empresa, y de un momento a otro destrozar tu patrimonio.  Y me pregunto: ¿sin consecuencias?

Da mucha rabia. Sin duda. Alguno incluso puede pensar que vale más bajar la persiana. Pero prefiero quedarme con las palabras y el ejemplo de Adolfo Fernández: “El lunes vamos a arrancar nuevamente, y a seguir, que esto no termina acá”.

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Emitido en el espacio Tiene la palabra de En Perspectiva, miércoles 05.06.2019

Alejandro Sciarra es abogado de formación, pero a los 30 años dio un giro hacia la psicología positiva aplicada al ámbito educativo y empresarial. Desde los 18 años participa en política, integró en más de una oportunidad La Tertulia de En Perspectiva, es colaborador del Semanario Voces y en Radio Oriental. Desde hace un año está radicado en Italia con su esposa, desde donde sigue de cerca la realidad política y social uruguaya y europea.

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