Foto: En Perspectiva
En los últimos 25 años Uruguay ha tenido avances en términos de igualdad, reducción de la pobreza, crecimiento del PIB per cápita y mejora en el índice de desarrollo humano de las Naciones Unidas.
¿Pero eso es suficiente? ¿Alcanza con esos datos para decir que hemos progresado?
El economista Fernando Esponda se plantea esas preguntas en la última columna que publicó en La Diaria este sábado, titulada “Interpelación del progreso: la paradoja del desarrollo uruguayo”.
Allí Esponda destaca que Uruguay tuvo mejoras en los indicadores clásicos para medir el desarrollo. Sin embargo, advierte que esos índices se quedan cortos para abarcar todo el panorama social y económico de un país.
Es allí que decide enfocarse en otras estadísticas: la cantidad de suicidios, las personas en situación de calle y la tasa de personas en prisión. Y encuentra que en esos rubros, los que refieren a los “márgenes” de la sociedad, Uruguay ha tenido retrocesos importantes en el último cuarto de siglo. Por eso plantea una medición alternativa del desarrollo y, sobre todo, una reflexión nueva sobre ese concepto, especialmente pensando en el futuro del país y dónde deben poner el énfasis las políticas públicas.
La nota de Esponda tuvo mucha repercusión en el fin de semana en redes sociales, donde hubo comentarios, respuestas y más contribuciones.
En los últimos meses venimos reflexionado En Perspectiva sobre el desarrollo de Uruguay en la entrevista central, con distintos enfoque, por ejemplo, de Ricardo Pascale, de Ignacio Munyo de Ceres y de Hernán Bonilla del CED.
Hoy sumamos la mirada de Fernando Esponda.
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