El 1 de marzo entró en vigencia el decreto que obliga a la colocación del rotulado frontal de alimentos, para indicar si tienen exceso de azúcares, grasas, grasas saturadas y sodio.
Y recientemente una encuesta de la Universidad de la República y Unicef encontró que más del 90 % de los uruguayos apoya la implementación de esta política.
Sin embargo, el etiquetado frontal está en suspenso.
Diez días de asumir, el nuevo gobierno dio una prórroga de 120 días a las empresas para colocar el etiquetado, y ahora estudia suspender la fiscalización hasta fin de año o hasta mediados del 2021. Cancillería y los ministerios de Economía, Industria y Educación apoyan esa postura. Solo el Ministerio de Salud Pública propone comenzar a fiscalizar el mes que viene.
Ante este panorama, el lunes pasado la Organización Panamericana de la Salud, la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura y Unicef emitieron un comunicado respaldando la posición del MSP, contraria a una nueva prórroga.
Para profundizar en esto, conversamos con la licenciada en Nutrición Isabel Bove, oficial de Salud de Unicef Uruguay.
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