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Desde el ciclo electoral anterior se habla de que Uruguay está atravesando una renovación de su liderazgo político.
En las primeras dos décadas de este siglo los principales referentes de los partidos fueron básicamente los mismos, y por lo tanto fueron teniendo progresivamente una edad cada vez más avanzada:
- Jorge Batlle asumió la presidencia en el 2000 a los 72 años, y recibió la banda presidencial de Julio María Sanguinetti que tenía entonces 64.
- Tabaré Vázquez cuando asumió por primera vez, en 2005, tenía 65 años, y 75 al comenzar su segundo período, en 2015.
- En 2009, José Mujica tenía 74 cuando derrotó en segunda vuelta a Luis Alberto Lacalle, de 68 años.
Incluso líderes que no llegaron a la Presidencia pero tuvieron un fuerte peso político, como Danilo Astori, Lucía Topolansky o Jorge Larrañaga, se mantuvieron durante décadas en la competencia política y la actividad pública.
Era raro ver caras nuevas en posiciones de relevancia en la política uruguaya.
El recambio generacional comenzó a observarse en 2019, cuando se enfrentaron en el balotaje Luis Lacalle Pou, con 46 años, y Daniel Martínez, con 62.
Y la renovación se ve más todavía ahora, cuando tenemos 16 precandidatos sin que ninguno supere los 70 años de edad y con un promedio de 56 años entre todos.
Más adelante nos detendremos en esos números, pero más allá de ellos, el recambio se grafica hoy en la ausencia de aquellas “caras de siempre”: en 2019 todavía los referentes históricos se movían en roles de peso, con Sanguinetti compitiendo en la interna colorada y Mujica y Astori coqueteando con la posibilidad de lanzar precandidaturas (los tres terminaron en el Senado).
De aquellos líderes, casi todos ellos provenientes de la política pre-dictadura, han fallecido Batlle, Vázquez y Astori, además de Larrañaga, mientras que Lacalle Herrera aparece mayoritariamente alejado de la vida política. En tanto, Sanguinetti y Mujica se retiraron del Parlamento en esta legislatura y ahora, en esta campaña electoral, si bien tienen alguna participación, la cumplen de manera lateral, desde el costado.
Ahora sí, las edades
Para terminar estos apuntes miremos ahora sí al elenco de precandidatos presidenciales y sus edades:
En la franja de los 60 están, en escala de menor a mayor:
- Roxana Corbran (PN), de 60 años
- Carlos Iafigliola (PN) de 61
- Gabriel Gurméndez (PC) de 62
- Carolina Cosse (FA) de 62
- Pablo Mieres (PI) de 64
- Guido Manini Ríos (CA) de 65
- Jorge Gandini (PN) de 66
- Tabaré Viera (PC) de 69
Les siguen en la franja de los 50 años de edad el frenteamplista Andrés Lima, que tiene 50 años; Laura Raffo (PN), 51; el colorado Robert Silva, de 53; el nacionalista Álvaro Delgado, 55; y Yamandú Orsi (FA), que tiene 56 años.
Y en la franja de los 40 años, o sea los precandidatos más jóvenes de estas elecciones internas, son todos colorados: Andrés Ojeda con 40 años, Carolina Ache con 43 años, y Zaida González con 45.
Cierre y preguntas
Así que en el liderazgo político uruguayos estamos asistiendo, por lo menos, a dos grandes transformaciones: renovación y rejuvenecimiento. Y al mismo tiempo se abren preguntas.
La edad de los precandidatos suele mirarse para considerar la experiencia, la energía y la capacidad que tienen para representar de manera efectiva a la población. Ahora, ¿de qué manera inciden estos liderazgos un poco más jóvenes? ¿Permiten ver un cambio en la forma de hacer política respecto a sus predecesores? ¿Ponen otros temas en agenda? ¿Muestran otras sensibilidades, otro tipo de conexión con la sociedad? ¿O estos otros factores recién tendrán cambios con generaciones siguientes?
Seguramente los próximos meses serán una buena instancia para sacar conclusiones sobre estos puntos.