¿Es moral la prisión perpetua? ¿Qué sentido tiene esa pena?
En Argentina tendrá lugar hoy la audiencia que definirá la pena en un caso muy mediático: el homicidio de Lucio Dupuy, un niño de cinco años asesinado por su madre y la pareja de ella, otra mujer. La fiscal pidió prisión perpetua.
El mes pasado llegó a su fin otro caso que también capturó la atención pública, incluso en nuestro país: cinco jóvenes fueron condenados a cadena perpetua por el asesinato de Fernando Báez Sosa, que murió en una golpiza a la salida de un boliche.
Mientras tanto, en Italia transcurre el segundo juicio contra el exmilitar uruguayo Jorge Tróccoli, quien ya fue condenado a cadena perpetua por un proceso anterior culminado en 2021, por su rol en el Plan Cóndor.
El denominador común en estos tres ejemplos es el tipo de pena: la perpetua. Una condena que no existe en nuestro país, donde la condena máxima es de 30 años en la cárcel, con la posibilidad de extenderlo 15 más por las llamadas “medidas de seguridad eliminativas”.
A propósito de este tema se pueden plantear varias preguntas: ¿es moral la cadena perpetua? Condenar a un joven a prisión para toda la vida, ¿es más humanitario que condenarlo a muerte? O, del otro lado de la discusión: ¿Debería evaluarse en nuestro país la prisión perpetua? ¿Hay mucha diferencia entre la cárcel de por vida y una pena de 45 años como la que se puede dar hoy en Uruguay?
La Tertulia de los Viernes con María Josefina Plá, Alejandro Abal, Juan Grompone y Gonzalo Pérez del Castillo.
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1 Comentario
Interesante discusión. Asociada al principio constitucional de que las cárceles sirven para la reeducación del preso y la profilaxis del delito, cabe preguntarse qué se entiende por profilaxis. Este término no es de la jerga del derecho, sino de las ciencias de la salud. La profilaxis consiste en «preservar de la enfermedad¨. según el diccionario RAE. En medicina normalmente se asocia, por ejemplo, a las normas de higiene tendientes a evitar infecciones.
¿Qué es la profilaxis del delito? Mi interpretación de esto es que tanto las acciones que se toman con fines de reeducación como la propia reclusión son profilácticas. Un delincuente mientras está preso no debería poder delinquir y si sale reeducado*, entonces la profilaxis ocurre incluso con el individuo en libertad. Es la situación ideal. ¿Qué se sabe de las estadísticas de reincidencia? Si las cárceles no reeducan, la profilaxis sólo la puede asegurar la reclusión mientras la reclusión dura. Esta es una de las tantas cosas en las que el Uruguay de papel prevalece en los discursos, en general muy bien intencionados, pero alejados de los medios materiales que consagramos a esas buenas intenciones. Las cárceles son malas porque no tienen medios para hacer las cosas bien, pero discutimos si a pesar de eso tenemos que hacer de cuenta que reeducamos a los presos y largarlos igual o peor de lo que entraron y cruzar los dedos para no ser su próxima víctima.
Por último quiero mencionar, acodado en el mostrador como corresponde a una tertulia, que pienso que los delitos contra la propiedad tienen una naturaleza muy diferente a los delitos de sangre o delitos violentos que buscan el sometimiento del otro. Un homicida, un violador, un agresor contumaz no son lo mismo que un ladrón. En un caso el móvil es irracional, lo que se busca es hacer sufrir o directamente matar a otra persona. En el otro se persigue un fin ilegal pero racional, que es apropiarse de bienes materiales. Mi impresión es que es mucho más razonable tratar de reformar a un ladrón dándole herramientas para trabajar, buscándole un empleo al salir y manteniendo una vigilancia posterior que muestre que se reformó que reformar a un tipo que mata a otro a patadas porque le provoca ira y sed de venganza. La reeducación de Thomsen, yo que sé, no digo que sea imposible, pero yo no me lo quisiera encontrar nunca por la vida. No tendría la seguridad de poderlo contradecir o incluso enojarlo con un gesto involuntario, como tirarle un vaso con un trago. Con gente que actúa como Thomsen libre, todos somos un poquito menos libres.
La perpetua tiene la enorme ventaja de que la pena se ejecuta a lo largo del tiempo y, por lo tanto, se puede siempre reconsiderar frente a evidencias de cambio o de un juzgamiento equivocado. La pena de muerte tiene otra naturaleza muy diferente, porque se ejecuta toda en un instante y es irreversible. USA, país bárbaro en varios aspectos, está sembrado de casos de ejecutados que fueron luego exculpados.
*Noten que la constitución habla de reeducar y no de rehabilitar, como es el uso de moda hoy día. La reeducación pone el problema en el preso, que tendría una educación equivocada que debe ser cambiada por otra. La rehabilitación parece ser una propiedad del sistema, algo que hace referencia a cómo el delincuente y el sistema penal interactúan, poniendo al preso en un rol pasivo en el que debe ser «rehabilitado» por alguien que lo «inhabilitó».