La monarquía española quedó sumida en una nueva crisis esta semana, cuando el rey emérito Juan Carlos I, que está siendo investigado por corrupción, anunció su decisión de irse de España para ayudar a su hijo, el rey Felipe VI, en el "ejercicio de sus responsabilidades".
El presidente del gobierno, el socialista Pedro Sánchez, dio a entender ayer que fue el rey Felipe VI quien empujó a su padre al exilio, en razón de las sospechas de corrupción que pesan sobre el rey emérito.
Sánchez, además, defendió a la Casa Real española ante quienes plantean reabrir el debate sobre la existencia de la monarquía:
En este país ha habido casos supuestamente de corrupción vinculados a partidos políticos, a agentes sociales, y no se ha cuestionado ni el sistema de partidos políticos ni a los agentes sociales. ¿Qué quiero decir con esto? Lo que se juzgan son personas y no instituciones, y en este caso, don Juan Carlos ha dicho claramente que está a disposición de la justicia si fuese necesario.
El partido de izquierda Unidas Podemos, socio de Sánchez en el gobierno, calificó de “huida indigna” la decisión de Juan Carlos I. El líder del Partido, Pablo Iglesias, afirmó que la situación deja a la monarquía en una situación “muy comprometida” en una España que ya no tolera la “corrupción ni el privilegio”.
La oposición de derecha, conformada por el Partido Popular, Ciudadanos y Vox manifestó su “respeto” por una decisión que entienden “defiende el buen nombre” de la Casa Real.
¿Cómo queda parada la monarquía tras este escándalo?
La Mesa de Análisis Internacional con Gustavo Calvo, Leo Harari y David Torrejón.
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Foto en Home: Rey emérito Juan Carlos I de España. Crédito: JAIME REINA / AFP
