FA interpelará a Heber por “tendencia al alza” de homicidios
Foto: Javier Calvelo / adhocFOTOS
El Frente Amplio decidió interpelar al ministro del Interior, Luis Alberto Heber. La decisión se anunció horas después del asesinato, durante una rapiña, del encargado de un supermercado de la cadena Ta-Ta ubicado en el Parque Rodó.
El miembro interpelante será el diputado Sebastián Valdomir, del MPP, quien remarcó que, en los primeros 150 días de este año se llevan contabilizados 148 homicidios, casi uno por día. Agregó que, pese a una leve baja observada en el primer trimestre de este año, la tendencia al alza de los homicidios parece haberse retomado. Y sostuvo que las medidas implementadas por el Ministerio del Interior no alcanzan para llevar tranquilidad a la población.
El legislador frenteamplista reconoció que el llamado a sala a Heber además buscará «chequear» el respaldo con el que cuenta el ministro en la coalición de gobierno, en una alusión a las diferencias que ha mostrado Cabildo Abierto con la política de seguridad ciudadana.
A raíz de estos cuestionamientos, el ministro Heber aclaró que el mes de mayo cerró con 23 homicidios en todo el país, poco más de la mitad que los que se habían registrado en el mes mismo mes de 2022. Heber enfatizó que hay que mirar los homicidios “en un período más largo que un fin de semana, una semana o un mes”, para confirmar que hay una escalada.
“Hay que mirarlos en un período más largo para ver si estamos ante una ola o un crecimiento. Hasta ahora los datos no indican eso, por el contrario, indican que vienen en descenso. Pero nos faltan unos meses para decir si esto es una tendencia o es simplemente una situación coyuntural de un mes a otro».
La Mesa de los Lunes con Martina Casás, Leonardo Costa, Agustín Iturralde y Santiago Soto.
Continúa en: ¿Cómo sigue la crisis del agua en la zona metropolitana?
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1 Comentario
Tengo la firme impresión de que, desde hace varios años a esta parte, la gente se ha tornado más violenta, más intolerante, más dispuesta a reclamar derechos propios y desconocer los ajenos. Esto trae como consecuencia que percibamos actos de violencia que antes eran inconcebibles. ¡A quién se le hubiera ocurrido, años atrás, asaltar una unidad de emergencia médica, o un local de enseñanza? ¡A qué varón, por más macho que se creyera, le hubiera pasado por la cabeza asesinar a una mujer por ahogamiento por no querer tener relaciones con él, y luego ultrajar su cadáver y tirarlo a un basurero, como supimos ayer que ocurrió en Rivera? Pero incluso pensemos en lo que son las acciones de las hinchadas de fútbol, de un tiempo a esta parte (y también de básquetbol) . En un tiempo ya lejano, íbamos a los partidos todos juntos, sin importar de qué cuadro éramos hinchas, y salvo alguna «cargada» momentánea, no había peleas (y si llegaba a haber, los propios acompañantes se ocupaban de separarlos). Un día, a algunos se les ocurrió ir disfrazados de «hinchas», con banderas y colores y un líder que dirigía el grupo; eran los «barras bravas». Y a partir de algún momento empezaron los cánticos agresivos entre barras, y a tirarse objetos contundentes; entonces optamos por separar las hinchadas. Y establecimos una zona «pulmón» de separación, para que los objetos contundentes no se alcanzaran. Y cuando eso no alcanzó, empezamos por prohibir el ingreso de las hinchadas de tal o cual club. Entonces, los hinchas se agolpaban a la entrada del estadio y desde allí causaban desórdenes. Yo recuerdo que, en uno de los gobiernos anteriores, cuando aún se jugaban los clásicos en el Centenario, se movilizaron una vez mil doscientos policías para prevenir los desórdenes. ¡Por favor! Yo creo que esa cantidad de agentes no se movilizó ni cuando los tupamaros coparon Pando en 1969. Y así también, vimos un día que fueron de Montevideo a Santa Lucía a matar a un hincha de otro cuadro, o que esperaron a un hincha en una esquina para liquidarlo, o que quisieron tirar una garrafa de supergás para que explotara y deshiciera una tribuna, o que ingresaron a una casa particular donde festejaban un cumpleaños y había una bandera de otro club y agredieron a varias personas… ¿Hasta dónde va a llegar esta locura?
Y así como pasan esos disparates por el deporte, ocurren también otras barbaridades, en las relaciones personales, y así vemos cómo creció la violencia de género o la interfamiliar a extremos que antes eran inconcebibles.
Y ante este estado de situación, es poco lo que puede hacer un Ministerio del Interior. Aumentar la vigilancia callejera hasta el nivel de un estado policíaco, aguzar los servicios de inteligencia para detectar intentos de acciones delictivas… Además del sentimiento de represión que eso conllevaría, no asegura que vaya asaltar alguna otra locura no detectada, amenos que logremos reinstalar en nuestra sociedad el sentimiento de pertenecer todos a una misma comunidad, de lo que antes nos ufanábamos.