Foto: AFP PHOTO / AL JAZEERA
Los talibanes volvieron a controlar Afganistán desde el domingo de noche, luego de haber sido desplazados del poder hace 20 años tras una incursión militar liderada por Estados Unidos.
Ayer, en el aeropuerto de Kabul, miles de personas invadieron la pista de aterrizaje, las escaleras y las pasarelas, buscando huir del país.
Unos 2.500 soldados estadounidenses están apostados en la terminal aérea para ayudar a organizar la evacuación de miles de diplomáticos y de afganos que trabajaban con las fuerzas de ocupación oficiando como traductores y en otras tareas de apoyo.
Ayer, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, terminó con varios días de silencio respecto al colapso en Afganistán. En un mensaje que dirigió a la nación desde la Casa Blanca, Biden defendió la decisión de retirar a las tropas estadounidenses luego de 20 años de guerra.
Según Biden, Washington les dio a los afganos "todas las oportunidades para determinar su propio futuro", pero no pudo darles "la voluntad" de pelear por eso. "Las tropas estadounidenses no pueden ni deben luchar y morir en una guerra que las fuerzas afganas no están dispuestas a luchar por sí mismas", enfatizó.
Biden reconoció que el gobierno afgano cayó más rápido de lo esperado. Pero dijo que el objetivo de Washington nunca fue construir una nueva nación democrática. "Nunca se suponía que la misión en Afganistán fuera construir una nación. Nuestro único interés nacional vital en Afganistán sigue siendo hoy lo que siempre ha sido: prevenir un ataque terrorista en la patria estadounidense", señaló el mandatario.
Horas después de tomar el Palacio Presidencial en Kabul, un portavoz talibán se comunicó con la cadena británica BBC, donde garantizó que habrá una transferencia pacífica del poder y aseguró que el movimiento busca instaurar un “gobierno islámico inclusivo” sin pretensiones de “venganza”.
La Mesa de Análisis Internacional con Gustavo Calvo, Leonel Harari y Susana Mangana.
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