¿Qué cualidades valoran los uruguayos a la hora de elegir o cambiarse de trabajo?
¿Qué le demandan las personas a las empresas en las que trabajan? ¿Qué factores consideran para quedarse allí y no irse a otro lugar?
Dos estudios realizados por la consultora Advice el año pasado, mostraron que las nuevas generaciones que ingresan al mercado laboral buscan trabajos lo suficientemente flexibles como para poder conciliar su vida laboral con proyectos personales. Según los estudios, la búsqueda de estas características en los empleos, prima sobre otras cualidades que eran más valoradas por generaciones anteriores, como el salario o la estabilidad laboral.
¿Qué dicen estos cambios en el mercado laboral? ¿Qué buscan las personas en las organizaciones que trabajan para estar cómodas allí y no querer irse?
La Tertulia de los Miércoles con Gabriel Budiño, Leonardo Costa, Eleonora Navatta y Fernanda Sfeir.
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2 Comentarios
Son las mipymes las grandes proovedoras de trabajo en el país, el grueso no exige habilidades muy especiales.
La elección de puestos laborales depende mucho de la clase social del postulante.
El de abajo suele estar urgido, agarra lo que encuentre y su preocupación es el salario, que el salario le alcance.
Son la mayoría.
Al del medio, que son bastantes, mas o menos preparado, se le alivia algo el ancla del menú, además de sueldo, busca condiciones y proyección.
El de arriba no depende del trabajo sino del patrimonio familiar y la herencia, son poquitos.
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Se extinguirán trabajos y se crearán otros, puede suceder o no o mas o menos.
Lo que no se dijo en la tertulia y no es un detalle aledaño, es quien y porqué dicta que empleos desaparecen, y si es el mismo que decide que empleos necesita y si los necesita y para qué.
En éste ítem, nada menos, se definen, civilización, cultura, convivencia; se establece el futuro.
Según el Cuesta Duarte, medio millón de trabajadores sobre una PEA de 1.700.000 gana menos de 25.000 pesos. Son casi un tercio. Si subimos a 30.000 el límite, son 700.000. Esa gente no quiere otra cosa que ingresos y estabilidad, porque ya con lo que tienen «les sobra mes al final del sueldo». Cuando se llaman un puñado de cargos en el Estado y se presentan decenas de miles de personas a concursar, esa gente toda quiere un buen empleo, seguro y estable, con ingresos fijos y posibilidad de ascender.Los empleos que sólo da el Estado y un puñadito de empresas privadas de la vieja guardia.
Vaya si la clase alta, los profesionales vinculados al mundo de las grandes empresas y los políticos de derecha se quedan estupefactos y despotricando cada vez que la realidad les pone arriba de la mesa que ese amor por el riesgo que predican «no prende». La razón por la que no prende no es porque la gente sea cómoda y sin ambición, como muchas veces se sugiere culpándolos de no arriesgarse a terminar en la calle. Hay algo que antes llamábamos el «método Tarzán»: soltar la liana cuando uno ya se agarró de otra. La gente cuando tiene oportunidades, trata de cambiar para avanzar y crecer. Pero nadie en su sano juicio arriesga lo que tiene seguro si no tiene la seguridad de que siempre va a tener con qué revolverse. Eso no es comodidad, es madurez. Los jóvenes abogados que trabajan para Costa y largan todo para tener la «experiencia» de irse a cosechar kiwi en NZ, tienen seguramente un hogar con todas las necesidades cubiertas al regresar. Fue Budiño que aterrizó esta discusión en la realidad del Uruguay del ciudadano común.