La Tertulia de los Miércoles con
Pablo Díaz, Miguel Fernández Galeano, Elena Grauert y Patricia González
El gobierno dio por finalizada la alerta roja para personas en situación de calle, que había entrado en vigor el 26 de junio luego de que se registraran varias muertes por hipotermia en distintos puntos del país.
La herramienta de la alerta roja, prevista en la ley de creación del Sistema Nacional de Emergencias (Sinae) no restringe la movilidad ni implica el cese de actividades, como las clases, pero permite la “evacuación obligatoria” de personas y animales en situación de vulnerabilidad o riesgo.
En una conferencia de prensa que encabezaron ayer el ministro de Desarrollo Social y Leandro Palomeque, director del Sinae, se informó que durante más de tres meses el operativo implicó un despliegue interinstitucional sin precedentes: se habilitaron refugios 24 horas y centros de evacuación en coordinación con intendencias y organizaciones sociales, se brindaron atenciones médicas en terreno y hasta se acondicionaron espacios para recibir mascotas.
Otros datos: hubo 19.802 traslados voluntarios, se gestionaron 22 internaciones compulsivas y 99 detenciones.
El ministro Civila sostuvo que el sistema llegó a duplicar su capacidad habitual, creciendo más de un 140% respecto al inicio del invierno.
Con la mejora de las temperaturas, se da por concluida esta etapa de emergencia y comienza otra: la del proceso de “desevacuación”, es decir, el retorno de quienes pasaron por los centros a los refugios habituales del Mides o a programas como los vales habitacionales y los dispositivos de rehabilitación.
“Hoy podemos decir que más de 100 personas de las abarcadas por los centros de evacuación, pudieron ingresar en comunidades terapéuticas, en propuestas de rehabilitación para consumo problemático de drogas, y eso para nosotros es una muy buena noticia porque da cuenta de que hay experiencias que pueden ir más allá de un lugar para pernoctar, un lugar para pasar la noche o para pasar el día, en el caso de las personas que no tienen una vivienda a la que poder acceder”
La pregunta ahora es: ¿cómo se sostiene la atención a las personas en situación de callle cuando el frío ya no es la urgencia? ¿De qué manera se abordan las causas estructurales de este fenómeno? ¿Alcanza con los refugios y los programas existentes para dar una respuesta de fondo?
Viene de: Salle y Perrone proponen que Fuerzas Armadas se involucren en cuestiones de Seguridad
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