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Entrevista del 31 de enero de 2022: Pablo Carrasco

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Audio y video de la entrevista en este link

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Lunes 31.03.2022

EMILIANO COTELO (EC) —¿Sigue siendo beneficiosa para la economía la exoneración de impuestos a grandes inversiones?

El tema volvió a instalarse en la agenda política la semana pasada, a raíz de la proclama que el movimiento Un Solo Uruguay (USU) difundió el domingo 23, cuando se reunió para conmemorar los cuatro años de su creación.

En ese texto, USU criticó los beneficios tributarios a las grandes empresas, por ejemplo a la segunda planta de celulosa de UPM, y reclamó más apoyos del Estado a pequeños y medianos productores rurales.

(Audio USU.)

Leyes de protección de inversiones y leyes de promoción de inversiones para grandes empresas. Pero siempre dejando de a pie a la mayoría de los criollos, aquellos que son, nada más ni nada menos, que el 97 % de las empresas del país. Aquellos que son los que realmente mueven la economía.

(Fin audio.)

EC —El lunes pasado en la Tertulia comentamos ese y otros planteos de USU en una mesa en la que uno de los integrantes era Julián Cabrera, productor agropecuario en Durazno, que ha sido orador en varios actos de la organización.

Pablo Carrasco, que integra esa misma mesa cada dos semanas, escuchó desde su casa el intercambio y escribió un mensaje muy desconforme con la imagen que quedaba allí del campo uruguayo. “Esa visión del interior y del agro no me representa, ni a mí ni a muchos colegas”, decía fuera de micrófonos.

¿Cuáles son sus discrepancias con USU?

Lo conversamos con él.

PABLO CARRASCO (PC) —Muchas gracias por darme un micrófono para dar esta opinión, porque antes de que se enfríe el tema me importa bastante que se conozca otra forma de mirarlo.

EC —Los oyentes te conocen de las tertulias, sobre todo últimamente. Tú sos ingeniero agrónomo y empresario en el sector agropecuario. ¿Cómo completamos la descripción para situarte en el agro uruguayo?

PC —Mi vida fue la de un estudiante de agronomía, me recibí de agrónomo, seguí en la Facultad de Agronomía diez años en Paysandú como docente de la cátedra de Cereales. Luego en el 92 me fui y me puse a trabajar como asesor particular y en 1999 con un socio que se llama Gustavo Bazo fundamos esta empresa que se llama Conexión Ganadera que canaliza ahorros de personas de la ciudad que no tienen por qué tener nada que ver con el negocio ganadero, se les compran animales y se los coloca a producir en un campo.

EC —Creo que ese fue el momento cuando te conocí. Te hice una entrevista a propósito de ese negocio, de esa propuesta que era muy innovadora.

PC —Sí, y muy arriesgado de tu parte. Tuvo un período de maduración muy largo, de diez años, y hoy es algo muy grande. Si fuéramos al número de Dicose (División de Contralor de Semovientes) y sumáramos todos nuestros inversores, seríamos el registro ganadero más grande del Uruguay, el rodeo más grande del Uruguay, todos estos pequeños inversores que van poniendo de a 30.000, 40.000, 15.000 dólares para formar esta masa de ganado que ha tenido y tiene después consecuencias como marcas de carne, exportaciones a Estados Unidos y otros negocios, porque cuando tenés ese tamaño te ocurren ese tipo de cosas.

EC —Además sos votante del Partido Nacional (PN) y del sector del presidente Lacalle Pou en particular.

PC —Completamente, no pertenezco a la orgánica, soy un poco el tábano del partido, en el sentido de que cuando veo que se pone perezoso para hacer los cambios que hay que hacer se lo recuerdo. Este lugar seguramente es testigo de eso. Pero sí, completamente fiel al partido que más libertad ofrece históricamente.

EC —Después de esta nueva proclama de USU, después de la Tertulia del lunes pasado, tú decías que los planteos de USU no te representan. Y no solo eso, entendés que le hacen mal a la imagen del sector agropecuario. ¿Por qué?

PC —Porque en esta historia apretada que te acabo de contar acabamos de hablar de 1999, seguramente recuerdas que el 13 de abril de 1999 hubo una marcha, un tractorazo hacia el Palacio Legislativo con la consigna “Rentabilidad o muerte”. Ese mismo año, pero el 16 de setiembre, arrancamos con esta idea de Conexión Ganadera y fue muy difícil convencer a la gente de la ciudad de que teníamos algo para ofrecer que podía ser rentable. Yo te decía diez años y nos mirábamos las caras, porque fue un trabajo muy duro. Hoy tenemos una oferta de pequeños ahorristas muy grande, una demora importante en cumplir, pero nada de eso fue gratis.

EC —¿En qué sentido una demora en cumplir?

PC —Cuando dicen “voy a invertir”, de repente demoro tres o cuatro meses en concretar la inversión. Tengo más problema de lugares para poner vacas que de dinero que se me ofrece.

EC —Pero aquel contexto era completamente diferente.

PC —Aquel contexto era el contrario: la avidez de los productores por recibir ganado era enorme porque la crisis por el endeudamiento, el atraso cambiario, la huida de los bancos como asistentes financieros era enorme. Por eso en ese momento teníamos la situación contraria, mucha demanda de ganado y poca oferta, por la desconfianza clara. Siempre pongo este ejemplo: si yo trabajo en una oficina y hablo mal de mi auto todos los días, el día que lo voy a vender no se lo puedo vender a mis compañeros, es bastante obvio. Después de que se han abierto las puertas para que las inversiones empiecen a llegar a este sector, esto es una recaída, una marcha atrás, que por supuesto me recuerda tiempos muy oscuros.

EC —Citabas un antecedente, 1999, otro tipo de movilizaciones. ¿Las de USU se emparentan con aquellas?

PC —Creo que sí, se emparentan en lo ideológico. La situación hoy no tiene nada que ver con aquella, absolutamente nada que ver, pero creo que USU es una especie de confederación de sentimientos populistas. Y cuando digo populista no me quiero ir a consideraciones teóricas, me refiero a esa posición en la cual lo que te pasa a ti es culpa de otro. Esa forma de ver tu negocio es muy fatalista, porque si no depende de ti es muy difícil que puedas cambiar tu situación.

En este caso acusan al Estado por su tamaño, cosa que suscribo, pero básicamente han puesto la culpa de los problemas de desarrollo de los pequeños productores en las inversiones extranjeras, que yo creo que son la salida para este país, estoy convencido de eso, en particular UPM y la forestación en general. Esto es como la violencia en el fútbol, siempre tenés un loquito, tenemos cinco focos del último incendio que fueron intencionales. ¿Qué buscaban esos incendios? Matar al culpable de que yo esté como estoy. Eso es lo que yo llamo populismo.

EC —Tú entendés que hay un partido…

PC —No importa si hay un partido o no, lo que hay es esa forma de tercerizar la culpa de mis problemas.

EC —Dijiste al pasar que algunos de los focos de incendio fueron intencionales, de eso se habló, pero ¿suponés además que podrían haber sido causados por productores perjudicados o que se sienten perjudicados por la forestación?

PC —No, cómo voy a acusar… Pero cuando hay un asesinato en la Vía Blanca de 8 de Octubre tal vez sea la manija de declaraciones de periodistas o dirigentes que a alguno que no tiene cerebro lo terminan llevando a eso. Me parece que la rebeldía contra UPM… por eso digo, no importa si tienen partido o no tienen partido, la proclama de USU y la posición del economista Eduardo Ache en una entrevista con Eduardo Blasina son exactamente iguales, un calco. Decir que el problema es que no me pueden prestar a mí o que no me pueden exonerar a mí porque exoneran a otros. Vamos a demostrar que eso no es verdad.

EC —¿Qué visión tenés tú a propósito de lo que dice USU? Voy a repasar el texto de la proclama del otro domingo:

“Asistimos una y otra vez a la promoción de inversión de las grandes empresas a través de beneficios tributarios y hasta subsidios abundantes. Parece que cuanto más poder económico tienen las empresas, mayores son los sacrificios recaudatorios del Estado y más la plata que desembolsa la sociedad para unos pocos y mayoritariamente extranjeros. Miremos, por ejemplo, el contrato con UPM 2, para muestra solo falta un botón. Leyes de protección de inversiones y leyes de promoción de inversiones para grandes empresas, pero siempre dejando de a pie a la mayoría de los criollos, aquellos que son nada más ni nada menos que el 97 % de las empresas del país. Aquellos que son los que realmente mueven la economía, los que no acumulan nada y reinvierten todo lo que perciben, y a veces más, a través de créditos. Esto, que para nosotros es una realidad, ya no debería hacer dudar a nadie. Si no, miremos la evolución de la actividad económica y del empleo desde el comienzo de la pandemia hasta ahora.”

Ese es el núcleo del cuestionamiento. ¿Cuál es tu discrepancia ahí?

PC —Decir que hay exoneraciones exageradas para la inversión extranjera, caso que conozco mucho porque esto no lo planteo en este gobierno, lo vengo planteando desde que Tabaré Vázquez se puso al hombro ese proyecto, apoyándolo… Tanto decir que UPM tiene un tratamiento especial como decir que los pequeños productores están olvidados son afirmaciones que no tienen fundamento, no son verdades.

EC —Mencionaste el gobierno de Tabaré Vázquez. ¿Estás de acuerdo básicamente con el esquema con el que se terminó firmando el contrato con UPM 2?

PC —Sin dudas; como te imaginarás, no tengo opiniones jurídicas sobre el contrato, porque no está a mi alcance. Lo que sí sé, por el lugar donde se instaló, que es un lugar que conozco mucho por mi actividad, es que aquello para quien quiera ir verlo es un milagro, es un milagro para gente que no tenía la menor esperanza. Lo soñé desde el primer día e hice lo que pude desde mi lugar para que el combate a UPM no prosperara. Básicamente te puedo contar por qué la falsedad de ambas cosas, que UPM no está tratada diferente y que los pequeños productores no son los olvidados en este episodio.

EC —Vamos por partes.

PC —En cuanto a lo impositivo, se encuentra en una zona franca. Podemos estar en contra de las zonas francas, terminamos con ellas y asumimos las consecuencias: algunos no vendrían o se irían y otros capaz que vienen igual. Desconozco eso porque es contrafáctico. Pero, primero, para tener un parque industrial, según la ley uruguaya, la inversión tiene que ser de arriba de 800 millones de dólares, no podés pedir una zona franca para inversiones menores de 800 millones de dólares, que no es poco dinero. Así que tiene que ser alguien que realmente confíe en el país.

Segundo, el argumento de que está exonerada del impuesto a la renta es nominativamente correcto, no se le aplica el impuesto a la renta. (De paso te digo que impuesto a la renta tampoco se le aplica a Conaprole, la empresa exportadora uruguaya más grande, le acaban de dar un premio por eso. Y me parece muy bien, es una decisión del Uruguay.) Entonces si vamos a decir cosas bien ciertas, nominalmente es verdad, UPM no tiene impuesto a la renta. Pero ¿qué le pusieron en la zona franca? Un canon de 6 millones de dólares por año. Para hacerlo comparable, la planta de celulosa requiere 250.000 hectáreas de bosque y pongamos las mismas 250.000 hectáreas mandando ganado a un frigorífico. El impuesto a la renta que pagan los integrantes de la cadena del frigorífico es aproximadamente diez veces menor que lo que aportan los montes más los cánones de la industria. Entonces no se llama impuesto a la renta, se llama canon, pero desde el punto de vista fiscal para el Uruguay la recaudación es muy cercana a entre siete y diez veces más, depende de cada liquidación.

EC —Una diferencia enorme.

PC —Enorme, por eso cuando dicen “queremos el mismo tratamiento” tendríamos que incorporar eso a nuestra actividad ganadera.

El otro gran reproche es el impuesto al patrimonio, se dice “subsidio”, pero eso no existe desde 2007, pagan contribución inmobiliaria, impuesto a primaria, como cualquier hijo de vecino. Pero el impuesto al patrimonio, primero, empezás a pagarlo a partir de cierto tamaño de empresa; después que entraste en ese tamaño –ponele que sean 4.000 hectáreas– vas a pagar el 1,5 % del valor catastral de tu campo. En grandes números, el valor catastral de los campos es 500 dólares por hectárea y pagás el 1,5 %. UPM solicitó al gobierno que la trataran igual que a los productores ganaderos y le dijeron que no, que el pago del impuesto al patrimonio se calcula por el valor de mercado de la tierra. Y también en grandes números…

EC —… el valor de mercado es mayor que el valor catastral.

PC —Digamos 3.000 dólares contra 500. Es decir que el mismo 1,5 pagado por UPM y por un ganadero, si los dos pagan, uno paga seis veces más. Una prueba de ello es que el impuesto al patrimonio recauda unos 50 millones de dólares por año, de los cuales UPM sola paga 14 millones. También quiero que se sepa que esa igualdad de tratamiento que pidió UPM respecto al impuesto al patrimonio se la dieron a Montes del Plata y además la exoneraron del impuesto al patrimonio. Así que solo UPM paga impuesto al patrimonio, y lo paga con este encarecimiento de seis veces, pero no lo paga Montes del Plata. Entonces si nos trataran igual, nos iría pésimamente mal desde el punto de vista impositivo.

Y lo tercero que se afirma, con lo que también discrepo, es que se le está regalando a UPM una infraestructura que es absolutamente imprescindible para el Uruguay si se quiere que el borde norte-este exista.

EC —Estás aludiendo a la obra del Ferrocarril Central.

PC —A la obra del Ferrocarril Central más la obra del puerto Tacuarí del amigo Foderé. A quienes sabemos del ostracismo en el que estaba esa zona y conocemos ahora el lugar nos viene una enorme alegría. Pusieron el puerto de Montevideo en el puente del río Negro, se lo acercaron a esas personas. Era inviable llevar la soja a Nueva Palmira, salvo que ahora empieces a sembrar cerca de Paso de los Toros.

EC —¿Estás convencido de que el Ferrocarril Central va a tener otros usos aparte del traslado de la celulosa producida por UPM 2? Te lo pregunto porque de eso se desconfía, los críticos dicen “es el tren de UPM y punto”.

PC —Sí, “el tren de UPM”. Los países en serio tienen trenes. Paso de los Toros, Paraguay y Bolivia estaban más o menos iguales. Esto le da una salida al mar a la cuarta parte del país, una parte que no es demasiado conocida ni relevante, pero funcionando el capitalismo nadie va a perder una oportunidad de hacer más dinero si tiene una forma viable de mandar su producto al puerto de Montevideo.

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EC —Te detuviste en tu discrepancia con el cuestionamiento que hace USU al trato que el Estado, los últimos gobiernos, le ha dado a UPM para la instalación de su segunda planta de celulosa. Pero la crítica es más amplia, es al régimen de beneficios tributarios a las grandes inversiones, a un trato desparejo que existiría con los pequeños y medianos productores, con una imposibilidad de estos de tener del Estado un trato equivalente, etcétera.

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EC —Veamos ahora la cuestión más general que critica USU: el sistema de promoción de inversiones por la vía de beneficios tributarios, que, dice, en general terminan beneficiando a grandes empresas. O sea, más allá del caso UPM, ¿estás de acuerdo con ese régimen?

PC —Estoy de acuerdo. Me parece que tiene que tener un plazo, no es que suscriba todo, no puede ser para siempre y demás. Pero creo que no ver que las zonas francas están generando riqueza fuera de ellas y en las cantidades en que lo están haciendo… Quién sabe si algún día no tenemos el dato de cuánto tendría el Uruguay si no existieran las zonas francas. Me parece que son una herramienta fabulosa y que el Uruguay, que está quedando solo como pista de aterrizaje de inversiones en América Latina –porque se nos va Brasil con Lula, quedará algo de Ecuador y Argentina ya sabemos cómo está–, tiene que estar muy bien preparado para recibirlas, y las zonas francas son una de las formas. Pero es un tema mucho más técnico y complejo de lo que yo puedo opinar. Lo que sé es que necesito que vengan capitales extranjeros y que los tenemos que recibir con los brazos abiertos.

EC —Estaba la otra cara también, que era el reclamo sobre qué pasa con los productores, con los pequeños productores. Dice la proclama de USU:

“¿Cuántos productores chicos y medianos, de los más de 20.000 que cerraron en estos últimos 12 años, no hubiesen abandonado la actividad por la imposibilidad de aumentar su escala? ¿Y cuántos puestos de trabajo directo e indirecto se hubiesen conservado? No tenemos la bola de cristal ni inventamos datos, pero lo que es seguro es que el desarrollo o crecimiento productivo es para afuera pero también para adentro. Para terminar con el despoblamiento rural y lograr revertir esa tendencia, el Estado debe involucrarse a la inversa de lo que ha hecho históricamente. Y no es romanticismo, entendemos que en el interior y en la tierra hay lugar para mucha más gente, con una calidad de vida infinitamente superior a la de las ciudades grandes y obviamente a la de los asentamientos o cantegriles”.

¿Cuál es tu discrepancia en ese punto?

PC —Primero, suscribo la preocupación, están denunciando un hecho absolutamente real. El dato último que tengo de Digea (Dirección General de Servicios Agrícolas) es que el 80 % de las operaciones de venta de campos del segundo semestre del año 2021 fueron de predios de menos de 200 hectáreas. Así que es correcta la denuncia y es correcta la preocupación.

Pero quisiera hacer cierta distinción que tal vez tendría que haber hecho al comienzo. Este no es el lenguaje de los agricultores, los agricultores están trabajando al límite de lo que la tecnología les deja, los maltrata enormemente el clima porque ellos no tienen revancha, tienen que tener lluvia en tres meses –los ganaderos si no la tenemos ahora la tendremos después– y hay una parte del sector de la lechería que también está trabajando para dentro de sus porteras, no solo para dentro del Uruguay, para sacar la cabeza. En ese sentido creo que los que estamos atrás somos los ganaderos, el Uruguay hace 80, 90 años que produce los mismos kilos de carne por hectárea, 100 kilos por hectárea. Hemos incorporado poquísima inversión en tecnología, esto es culpable de muchas cosas, entonces tenemos que mirar mucho más para adentro que para afuera.

EC —Ahí hay una autocrítica con respecto a tu sector directo.

PC —A mi sector directo. Básicamente es el que está hablando, esta proclama es de ganaderos…

EC —De ese tema tenemos que hablar: ¿qué es USU, a quiénes representa?

PC —Dame por bueno que son ganaderos, no le vas a errar mucho. Cuál es la propuesta de USU de atención a estos productores: la escala. No es el párrafo que tú leíste, dicen que si los escalaran, si les dieran tamaño a estos pequeños productores saldrían adelante. ¿Cuál es la herramienta para dar escala sin cambiar otra cosa? Es, coherentemente con lo que ha hecho USU, Colonización; no conozco otro que le pueda regalar tierra.

EC —El Instituto Nacional de Colonización.

PC —El Instituto Nacional de Colonización, que ha sido defendido a capa y espada por USU; yo he considerado que hay tener una solución digna, pero hay que salir de ese mecanismo del siglo XIX. Entonces cuando se enojan tanto por el tamaño del Estado –y están hablando con un confeso– lo que están pidiendo es que el Estado se achique por otro lado pero que a Colonización le siga dando para que ese apoyo termine en esos pequeños productores que van a ser más grandes y así salvarán su vida. Esa no es una salida, eso no va a cortar la sangría, porque esto va a terminar cambiando, de dos maneras posibles: o cambian los propios pequeños productores de hoy, se transforman, o vienen seguidores de la ciudad a ocupar esos lugares. Tengo la convicción de que esas son las alternativas.

EC —En el documento ellos hablan de otra cosa, ponen el centro en el riego, colocan como ejemplo el riego, un rubro en el que se necesitaría invertir. Dicen:

“Pensemos en el Uruguay en el riego, por ejemplo, cuánto cuesta cada sequía, cuánta reducción de fletes, servicios, venta de insumos, venta de productos, cuántos puestos de trabajo se pierden o no se sustentan o no se generan. No es solo sacar la cuenta cuánto menos grano comparado con el promedio, cuántos terneros menos o cuánta faena menos con respecto al promedio. Hay una infinidad de actividades que dependen directa o indirectamente del sector agropecuario, que para y hasta cierran ante cada una de estas situaciones climáticas cada vez más frecuentes y severas”.

PC —Sí, me extrañó esta mezcla de reivindicaciones casi ideológicas con una recomendación agronómica. Al redactor se le despertó el ingeniero agrónomo y puso lo que le parece una herramienta fabulosa. Es respetable su idea, pero si me preguntan –y los productores que me están escuchando van a asentir con la cabeza–, yo no conozco a nadie que haya crecido como empresa porque riega. La gente no hace plata por regar, la gente que tiene plata riega, eso es lo que pasa en Uruguay. Cuando vas a Florianópolis a veranear y todos los días a las seis de la tarde te llueve, te das cuenta de que el precio internacional del maíz lo va a fijar aquel al que le sale más barato. Entonces para tener los mismos rendimientos que ellos tienen gratis tenés que hacer una inversión en un pívot, que riega muy poquito y cuesta 250.000 dólares por hectárea. Cuando hay dos mil millones de cosas antes de eso, tengo una discrepancia como para una tertulia agropecuaria, no para esto.

EC —Allí ponen énfasis en que para los pequeños y medianos productores sería muy bueno, sería necesario, conveniente, acceder a financiamiento a planes blandos que les permitieran avanzar en inversiones en riego.

PC —Totalmente de acuerdo, creo que el camino para que esos pequeños productores surjan no es aumentar su escala en base a Colonización, el camino es que le pongan un segundo piso al campo y que tengamos la capacidad de financiarlo. Discrepo en que la herramienta sea el riego cuando su producción de pasto debe ser un tercio de lo que pueden producir sin riego en base a fertilizantes, pasturas artificiales y demás.

Me chocó mucho eso de “nosotros los del agro esperábamos –con cómo fue entregado el país el 1 de marzo, con el déficit fiscal que tenía, con la pobreza subiendo, con el desempleo subiendo– estar primeros en la lista para recibir la ayuda del gobierno”. ¿Pensamos que los únicos que no paramos, que fuimos los agropecuarios, mientras los hoteles cerraban, las radios entraban en crisis, íbamos a ser la prioridad? Ahí hay una cosa que en el grupo que trabajamos para el PN teníamos hiperclaro: las injusticias sí, que son por ejemplo impuestos ciegos, que son el 60 %, eso va a terminar saliendo, pero este país tiene urgencias mucho más importantes, niños pobres. Me chocó ese ponerse primero en la lista de víctimas de lo que está pasando.

Fuera de eso, a pesar de que no éramos la prioridad, sí se desarrollaron herramientas muy importantes. Faltan, y me van a ver protestando para que ese camino se concrete, protestándole a mi gobierno, pero sí hay hoy formas de acceder a ganado como Conexión Ganadera, los fideicomisos del Banco República, Ganadería Tres Millones del banco Santander. Hoy cualquiera tiene a valor real el ganado, se le presta con la propiedad. Porque para poner un segundo piso al campo van a tener que producir tres veces más de lo que producen de pastura, y para producir esa pastura van a tener que hacer una inversión de 500 dólares por hectárea por lo menos, en campos que valen 3.000. Entonces van a necesitar los 500 dólares por hectárea el día uno, van a necesitar no errarle en esa inversión, que los 500 dólares se transformen en prosperidad. Y ahí tengo toda una cosa con el INIA (Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria) y su vaguedad a la hora de jugársela llave en mano.

EC —Estás hablando del asesoramiento que el INIA les brinda a los productores.

PC —Sí, porque en ganadería tenemos una adolescencia tecnológica en la cual hay dieciséis mil libritos. En países realmente agropecuarios como Nueva Zelanda están discutiendo el tercer decimal después de la coma de un paquete que ya está laudado. Acá no te imaginás la variedad de posibilidades de usar esos 500 dólares que tendría un ganadero en su casa. Y la zanahoria final es que me van a devolver esa inversión a través de la Comap (Comisión de Aplicación de la Ley de Inversiones), cuando tenga que pagar mi IRAE puedo descontar hasta el 90 % de aquellos 500 dólares que invertí en del día uno. Tenemos un problema de tiempo, porque me vas a devolver algo que no tengo para poner, eso lo trabajaré todo lo que pueda para que sea posible. Pero tenés sistemas de garantía del SIGA, tenés la Comap devolviéndote dinero.

Ahí USU me va a decir que los que tienen… Porque todos los productores, todo el sector agropecuario tributa IRAE. Los que tienen menos de 1.250 hectáreas o facturan menos de 2 millones de UI, que son unos 250.000 dólares, tienen la opción de salir del impuesto a la renta y su declaración y albergarse en el Imeba, que es un impuesto automático del 2 %; cada vez que venden una vaca les sacan el 2 %, muy cómodo de recaudar, muy cómodo para el productor, pero que te deja fuera de usar el IVA como crédito fiscal, te deja fuera de usar el impuesto a la renta como crédito fiscal, que es esa devolución de tu inversión que podés tener prácticamente al 100 %. Entonces, la opción que tienen es tomar coraje, tener un camino claro y volver al IRAE, por pequeños que sean. Resolvamos esos tres requisitos para sacar a estos pequeños productores, porque yo tengo la convicción –lo hacemos con nuestros empleados, los estamos promoviendo para que sean pequeños productores exitosos, que esa sea su jubilación– de que 200 hectáreas bien trabajadas, en un campo más o menos bueno, es una forma muy digna de vivir.

EC —¿Estás diciendo que hay un sector de estos pequeños, medianos productores ganaderos que son demasiado conservadores?

PC —Tienen toda la razón para serlo porque han visto fundirse a gente que compró riego al lado de la casa de ellos. El costo es seguro, el pívot cuesta 250.000 dólares, pero cuánto voy a recibir por haber llevado el pívot es un misterio en Uruguay y me parece que no es la etapa en que están esos pequeños productores. Podrá ser la frutilla de la torta cuando ya la fotosíntesis no dé más, pero nunca el comienzo. Así que tengo un problema agronómico, tengo un problema con cosas que el gobierno todavía nos está debiendo para que ese camino sea un camino aceitado, que es transformar los 200 productores actuales en 200 productores que ganen 10.000 dólares por mes de salario. Porque de eso podemos estar hablando cuando llegás, como se puede, a 500 kilos de carne por hectárea.

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EC —Antes de cerrar la entrevista, algunas consideraciones más políticas. Tú eras muy severo recién en el análisis de lo que es USU, te chocaba el hecho de que se victimicen, que sean un grupo de productores, básicamente ganaderos…

PC —… llorones, como nos dicen.

EC —Ahí está. Cuando nació USU hace cuatro años, en aquel acto en Durazno, ¿qué visión tuviste?

PC —Fui, me entusiasmó enormemente…

EC —A eso iba, en el sector agropecuario despertó mucha expectativa.

PC —Enormemente. Primero, como liberal, cada vez que habla la sociedad civil, sin intermediarios, con la gente, me parece sensacional. Fui entusiasmado aquel día, que además hacía un calor que nunca más olvidaré…

EC —Ahí no había solo pequeños productores, al revés…

PC —Sí… me parece que más o menos estaban los mismos. Pero yo tengo la idea de que esto de las elecciones del BPS es una ilusión óptica, no está en lo bueno de USU, sino en lo malo de los que perdieron. Tengo esa sensación, no lo puedo demostrar, pero me desilusionó absolutamente cuando una oportunidad de que la sociedad civil tuviera su propia voz se terminó asociando a Salles, Hoenir Sarthou, Raúl Viña en una corrida básicamente contra UPM, pero todo el modelo de desarrollo forestal. Como yo vivo por la ruta 5 para arriba y para abajo., no puedo entenderlo, entonces dejé de entender a qué se iba.

EC —Ese proceso de pérdida de apoyo de USU en el propio agro o en el ambiente agropecuario fue silencioso, no fue algo que se discutiera mucho.

PC —No nos despedimos, salimos por la puerta de atrás.

EC —En aquel momento USU hasta jugó un rol en la campaña electoral que se venía, criticaba al Frente Amplio (FA), a los gobiernos del FA, sus políticas vinculadas con el agro. Entonces jugó un papel y después… ¿qué pasó?

PC —Me parece buenísima pregunta para USU. Cambiaron la agenda.

EC —Pero iba a que –capaz que estoy simplificando– con USU básicamente han discutido la izquierda o una parte de la izquierda y el PIT-CNT, por ejemplo.

PC —Sí; no se pueden ver.

EC —Pero no se observa, no se escucha este otro debate dentro mismo del campo, el agro y los partidos que hoy integran el oficialismo.

PC —Correctísimo, hay un silencio piadoso del gobierno que maneja los equilibrios de los apoyos y de su relación con el agro con una delicadeza que obviamente yo no tengo. Pero no tengo dudas de que alguno de los senadores y diputados de mi partido que me está escuchando está asintiendo con la cabeza. Por eso no soy político, porque ellos pueden manejarse callándose la boca… Este discurso les molestó a todos en el PN.

EC —Vamos por partes. En el acto de Durazno de este año, por lo que dicen las crónicas, hubo dos senadores de Cabildo Abierto (CA) y del PN el diputado Gonzalo Mujica y el senador Sebastián da Silva. Sebastián da Silva hizo declaraciones después en el diario El Observador, dijo “será necesario optimizar el diálogo con Un Solo Uruguay, así como con otros movimientos representativos del rubro agropecuario. Siempre se puede mejorar”, reconoció. Dijo que “en el oficialismo se comparten las proclamas históricas de Un Solo Uruguay” y que “desde que asumió la nueva administración se han modificado rumbos en ese sentido”, por ejemplo.

PC —Sí, totalmente de acuerdo. ¿Querés algo más mediano que esa declaración, “siempre se puede mejorar”, “vamos a hablar”?

EC —Dijo algo más, respecto de los reclamos señaló: “Gobernar es recibir críticas y cuando estas son constructivas ayudan y mucho, la agenda que proponen no nos es ajena”.

PC —El Negro da Silva es un hábil declarante e hizo lo que tenía que hacer porque está en un lugar donde no puede pelearse con el sector ganadero. Yo soy una mosca blanca, he sido crítico de mi gobierno, he sido crítico de mi sector y no creas que todo esto que dije hoy en esta entrevista les cae mal a mis correligionarios.

EC —¿Es un sentimiento que tú percibís que existe en el PN?

PC —Sí, alguien se tiene que suicidar y en eso yo juego un papel importante; suicidar en el sentido de choque. Y costo político, alguien tiene que pagar ese costo político y yo lo hago con mucho gusto porque me siento muy bien conmigo, acá no hay ninguna jugada secreta hacia ningún lado. Por lo menos en mi carrera como político que nunca tendré.

EC —¿Y CA cómo juega en este partido o en este tablero? Porque uno de los senadores de ese sector, Guillermo Domenech, estuvo con el propio Manini allí, pero escribió en Twitter que era bueno que USU levantara la misma bandera que su partido: “Ya no estamos solos en el reclamo de una reforma tributaria que termine con el sistemático beneficio de exoneraciones tributarias y zonas francas para unos y el peso de la tributación para otros”, señaló en un mensaje en redes sociales.

PC —Y agregale la ley que vetó el presidente, prohibir la forestación. Está difícil distinguir el discurso de CA y el de USU. Tienen ese punto ideológico de encuentro, que yo opino que es “ustedes están mal porque hay otros que están bien, ustedes son pobres porque hay otros que son ricos”. Eso es lo que llamo una definición clara de populismo, para mí los tiene como primos hermanos, y si seguimos un poquitito, vas a ver que gente del MPP también está en ese conjunto de intersección populista, porque el populismo es mucho más importante como populismo que como izquierda y derecha, en la medida en que tercerizar la culpa ha sido siempre algo que a los uruguayos les encanta, no ser los culpables de su situación.

EC —Entonces ¿qué cabe esperar?, ¿qué imagina que va a pasar? Ellos se quejan de que en el gobierno no les aceptan reuniones, han pedido reuniones, no hay diálogo.

PC —Ahí me sacás para afuera… ni siquiera sé cómo es la historia de esas reuniones. Lo que yo quisiera es que a las reuniones lleven cosas un poquito mejores que las que escribieron en la proclama, no ir a pívots para los pequeños productores. Si esa es la propuesta y el viraje, muchas de las cosas que van a pedir ya están, y si las que no están son como estas, me parece que nuestro gobierno tendrá que seguir teniendo buenos modales con ellos, pero no mucho más.

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Transcripción: María Lila Ltaif

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