
EC —Son datos interesantes, los testigos están encerrados y no pueden escuchar ni ver lo que está pasando en ese momento con los otros testigos.
WA —No podíamos tener contacto entre nosotros en ese período. Uno tiene que tener las coronarias bien sanas…
EC —Lo fusilan a preguntas.
WA —Sí, además las preguntas en general cambian continuamente de tópico, creo que la estrategia es que uno no pueda tener un hilo de razonamiento. Cuando uno comienza a explicar, le cambian la pregunta y van a otro lugar, y vuelven y van. Y a veces los árbitros también intervienen y preguntan. Es una cosa que acá en Uruguay, al no haber juicio oral, uno no sabe cómo es.
EC —Es muy desgastante, pone a prueba las coronarias.
WA —Muy desgastante, porque uno tiene la responsabilidad de estar defendiendo al país. Y por supuesto, los errores ahí son complicados, si uno comete un error en lo que declara o algo, después es muy difícil volver atrás con estos temas.
EC —¿Pese a ese mal trance, al final de esa instancia la delegación uruguaya salió optimista?
WA —Sí, al final éramos optimistas porque habíamos tenido una buena participación tanto los testigos de hecho como los expertos que había llevado Uruguay. En ese caso, me interesa decir que el profesor Santiago Pereira Campos y la profesora Andrea Barrios, que nos defendieron en los aspectos de negociación de justicia y de propiedad intelectual, tuvieron una participación muy destacada. También es de señalar que tuvimos el apoyo permanente del doctor Miguel Toma, que estuvo con nosotros, y del embajador Carlos Gianelli, que junto con el estudio de abogados nos dio un soporte muy grande.
Viajamos a Washington en dos oportunidades, estuvimos alrededor de 10 días cada vez, una vez un poco más. En ese tiempo estuvimos trabajando con el equipo de abogados en Estados Unidos para definir y darles el contenido técnico de los temas, porque no lo tenían, manejaban todo lo demás. Rápidamente entendieron cuál era la visión que teníamos desde el punto de vista técnico, y a su vez nos dieron toda una información y pusieron a nuestra disposición una cantidad de documentos y cosas que no teníamos que ellos manejaban. Ese estudio tiene alrededor de 100 abogados, además de técnicos en diferentes áreas, en economía, en derecho internacional, en marketing. Es una cosa muy grande, cuando uno va a un litigio de esta magnitud tiene que tener un respaldo jurídico de ese porte.
EC —Yo decía que usted ha sido uno de los protagonistas de todo este proceso. Fue director del Programa de Control del Tabaco entre 2005 y 2015, es decir, durante la instrumentación de las medidas, incluyendo aquellas que desembocaron en el litigio. Como estamos hablando de una historia larga, capaz que vale la pena ordenar un poco la información, cómo fue todo este proceso.
En primer lugar, el Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco se ratifica durante el gobierno del doctor Jorge Batlle.
WA —Exactamente.
EC —Ahí se da el puntapié inicial y se toman algunas primeras medidas. El acelerador se aprieta en 2005. En el primer año del gobierno del doctor Vázquez se aprueban una serie de decretos que en 2008 son reforzados y reafirmados en la Ley 18.256. A partir de esa ley se incluyen la prohibición de fumar en lugares cerrados públicos o privados, la limitación de la publicidad retail en puntos de venta y la prohibición de toda otra forma de publicidad, promoción y patrocinio de los productos de tabaco incluso en eventos deportivos.
A su vez, la ley estableció la obligación de incluir advertencias sanitarias, con imágenes o pictogramas que describieran los efectos nocivos del consumo de tabaco y que deberían ocupar al menos el 50 % de la superficie del empaquetado. Por otro lado, se prohibió que en los paquetes y etiquetas de los productos de tabaco se promocionaran estos productos de manera falsa, equívoca o engañosa. Esto último tiene que ver con lo que eran las variedades light.
WA —Sí, y los diseños de marketing usados tradicionalmente. Había estudios con respecto a cómo esos diseños pueden hacer cambiar la percepción del riesgo en el consumidor.
EC —De todos modos, estas que acabo de repasar no son las medidas que precipitan el litigio. ¿Cuáles son? Vamos a lo que molestó a Philip Morris.
WA —Una acotación. En primer lugar, en el año 2005 se crea en el ámbito del MSP el Programa Nacional de Control del Tabaco como punto focal de estas políticas del MSP. Desde entonces hasta el 2015, es decir por 10 años, estuve yo como director y la doctora Ana Lorenzo estuvo como asistente técnica del programa. Eso es una fortaleza, que durante tanto tiempo haya estado la misma gente.
En segundo lugar, nosotros nos apoyamos en una comisión asesora integrada por instituciones del Estado y de la sociedad civil, también trabajó mucha gente en forma honoraria. Ahí estaban la Facultad de Medicina, el Sindicato Médico, la FEMI, las comisiones honorarias de Lucha contra el Cáncer, la Cardiovascular, el Congreso de Intendentes, la Junta Nacional de Drogas.









