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Entrevista central, jueves 14 de julio: Winston Abascal

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EC —Esta semana conversábamos con una de esas instituciones, la Sociedad Uruguaya de Tabacología. El diálogo fue con Amanda Sica.

WA —Sí, ella ha trabajado durante todo este tiempo. Y por encima de todo esto, existió durante el período el apoyo político, fundamentalmente del presidente Tabaré Vázquez. Es extremadamente necesario que haya una decisión política de alto nivel para impulsar estas políticas. Con todo esto es que Uruguay hizo todo lo que ha hecho.

Yendo a su pregunta, Uruguay diseñó en ese período un paquete integral de medidas cuyo eje fueron los ambientes libres de humo. Porque los ambientes libres de humo hacen que se desnormalice la conducta de fumar, dejó de ser normal cuando la gente tiene que retirarse de una mesa, de un restaurante con sus amigos y su familia y salir. O está en el casino y tiene que salir a las 2 de la mañana a fumar en la vereda. La gente empezó a ver que eso no era normal, que había una circunstancia que permitíamos y que el fumar dependía de una conducta adictiva, es decir que el fumador depende de una sustancia. Eso es algo que todos sabíamos, pero era novedoso que el fumador y la opinión pública lo supieran.

Con ese eje luego se incluyeron todas las medidas sobre el empaquetado, sobre la publicidad y demás. Pero consideramos que el eje de esa política eran los ambientes libres.

EC —El choque con Philip Morris ocurre en el año 2008.

WA —En agosto de 2008 Uruguay sanciona una ordenanza ministerial referida a las advertencias, la 514, en la cual aparece un artículo que prohíbe las variantes.

EC —La regulación de la presentación única, RPU, una sigla que aparece para arriba y para abajo en el laudo arbitral del viernes pasado.

WA —Sí, y también la traducción al inglés se ha hecho famosa, SPR (Single Presentation Requirements).

EC —Cada una de las marcas de los productos de tabaco quedó obligada a tener una presentación única. Expliquemos por qué, de dónde salió esta medida.

WA —Esto tiene una evolución histórica de más de 60 años. En el período interguerras, entre la primera y la segunda, se produce el gran boom de consumo de tabaco, la industrialización de tabaco en las cajillas de cigarrillos, que hizo accesible el producto a todo el mundo. Durante la segunda guerra la industria tabacalera aprovechó, no hay película de guerra de esa época en la que no aparecieran soldados fumando, les daban cigarros y chocolate.

En el año 1950, un famoso epidemiólogo inglés, sir Richard Doll, publicó un trabajo de investigación que mostró la relación causal entre fumar y el cáncer de pulmón. Ahí hubo una gran preocupación y se presume que la industria contrató científicos para que dijeran que eso no era correcto, trabajó con los medios de prensa y además fue muy criticado el profesor Doll, que creo que la pasó mal en ese período.

Pero mientras tanto se fue acumulado evidencia científica, y llegado el año 1964, el informe del cirujano general –que es como el ministro de Salud en Estados Unidos–dice que la acumulación de evidencia es tan sólida que concluye que sí hay una relación causal entre fumar y el cáncer de pulmón. Eso provoca un temor generalizado en los consumidores y la industria responde con el filtro. Hasta ese momento muchos cigarrillos no tenían filtro y a partir de ahí lo tienen prácticamente todos. La industria dice que el filtro de carbón va a prevenir el cáncer, porque va a filtrar el alquitrán.

Al poco tiempo se demuestra que con filtro o sin filtro el cigarrillo es igual de dañino. Entonces para esa época, en el año 70, la Philip Morris ya desarrolla los términos light y ultralight. Y no solo eso –que no lo sabíamos, lo sabemos ahora–, desarrolla el código de colores y todo el marketing asociado al empaquetado, coloca los términos light y ultralight y dice que estos cigarrillos son más saludables que los otros. Además consigue que el Departamento de Comercio de Estados Unidos le apruebe que use máquinas para probar que los light y los ultralight tienen menos alquitrán. Porque los cigarrillos light y ultralight tenían un círculo de orificios en la unión del filtro con el tabaco, entonces cuando el fumador aspiraba entraba aire por esos orificios y diluía la corriente.

Nosotros no sabíamos en esa época, y no lo supimos hasta cerca del año 2000, que había un fenómeno que la industria ya había detectado, el fenómeno de compensación. Porque el fumador fuma por una dosis de la sustancia, la nicotina, porque es adicto, entonces si no tiene esa dosis va a fumar más profundamente y va a fumar más. Entonces el negocio calmaba la ansiedad del riesgo y por otro lado vendía más. Y además cambió el tipo de cáncer, apareció un cáncer en la periferia, porque al fumar más profundamente el humo iba muy hasta la periferia del pulmón, entonces apareció un cáncer que era más maligno que el que teníamos. Recién a finales de los 90 la comunidad médica se dio cuenta de esto. Porque con la estrategia de reducción de daños muchos médicos aconsejaban que si no dejaban de fumar por lo menos fumaran los light.

En el año 2000, un grupo de expertos a los que la OMS les encargó un trabajo, empezó a advertir de esta situación. En el año 2002, Brasil prohíbe los términos light y ultralight, fue el primer país en el mundo. Ahí estaban prohibiendo variantes, pero no lo sabían, creían que prohibían solo el término.

Y nosotros prohibimos en el 2006. Yo conocía los estudios de Brasil porque la que dirigió esos estudios es una amiga brasileña investigadora con la cual hemos trabajado mucho, y me dio la información de cómo se habían usado los colores para mantener el engaño. Pero ellos no llegaron a dar un paso más de entender hasta dónde estaba yendo la cosa. En el año 2006 prohibimos los light y ultralight acá.

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