
EC —¿Algún ejemplo en ese sentido?
LB —Pensemos en todo lo que es el agregado de valor a los productos que ya produce Uruguay y que básicamente exporta como materia prima. Esto sería motivo de crear otras instituciones mixtas, con la Universidad, con los institutos tecnológicos, para generar valor a partir de eso. La carne, la leche, los derivados tecnológicos, todo lo que tiene que ver con la agricultura, todo lo que tiene que ver con lo alimentario, todo lo que tiene que ver con la explotación de nuestros suelos y de nuestras riquezas naturales, de nuestra flora… Cuando uno piensa en una economía basada en conocimiento las posibilidades son muchísimas. Todo es cuestión de organizar por un lado los recursos humanos que van a generar esa inteligencia y ese diferencial en un mercado global y por otro lado las empresas, el mundo empresarial, que viene a invertir y a sacar un provecho, un impacto socioeconómico de esa inteligencia. Eso es lo que hay que casar hoy: la inteligencia disponible en las nuevas generaciones con el mundo empresarial que ponga esto en un mercado para beneficiar a la sociedad, para generar puestos de trabajo y para generar finalmente el círculo virtuoso del conocimiento, que es investigación, innovación y luego una producción avanzada tecnológicamente.
EC —¿Esa es una de las líneas de trabajo que tienen en preparación si piensan en los próximos 10 años del Instituto Pasteur?
LB —Ahora, como tenemos mucho conocimiento a ser valorizado y muchos jóvenes que no tienen perspectivas laborales, hemos puesto junto con la Agencia de Investigación e Innovación (ANII) una incubadora, que es relativamente modesta y que permite que estos jóvenes doctores hagan sus emprendimientos y tengan becas por uno o dos años […] empresas chiquitas, que vayan valorizando ese conocimiento y que le den una perspectiva […].
EC —De eso hablaba el doctor Dighiero, las startups en biotecnología. ¿Podrías mencionar algún caso concreto?
LB —Ya tenemos casi 10. Tenemos en el terreno de la levadura cervecera, en el diagnóstico molecular, en la genómica, en cosmética, en salud animal. Hay una variedad de pequeños emprendimientos.
EC —De algunos ya hemos conversado, hemos tenido ejemplos y entrevistas en En Perspectiva.
LB —Exactamente. Algunos han recibido premios internacionales, distinciones, otros están colaborando con cosas de las que el Uruguay no disponía y ahora dispone. Obviamente estamos haciendo de referentes, de orientadores y les damos acceso a la alta inversión en tecnología que tiene el Institutito y al know how, que no es poca cosa y los hace muy competitivos regionalmente. Nos gustaría que esto se expandiera en mayor número y que se equilibrara con la producción de conocimiento y con la inversión tecnológica que es necesaria año a año.
EC —¿Quedó algo por decir, algo de lo que se viene hoy, esta mañana, ahí?
LB —Solamente resta agradecer. Tenemos mucha expectativa, tenemos un mensaje del director del Instituto Pasteur de París, que va a presentarse con ocho o diez estudiantes uruguayos que están haciendo el posdoctorado en Francia. Este director nos mandó un video acompañado de la pequeña comunidad que representa muy modestamente la semilla del futuro científico, la nueva generación de científicos. El Instituto Pasteur de París ha colaborado formando casi una decena de estos jóvenes que cuando regresen al país van a superacelerar todo este proceso.
EC —¡Éxitos en la celebración y en lo que viene!
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Transcripción: María Lila Ltaif









