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Entrevista central, jueves 6 de octubre: Gabriel Rozman

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EC —Esta es la segunda visita del presidente Tabaré Vázquez z China, estuvo en su primer mandato. ¿Qué características especiales aparecen en esta ocasión?

GR —Aparece que estamos muy bien posicionados porque estamos en el Consejo de Seguridad de las Naciones y nos sentamos al lado de China allí, porque es un país que está situado entre dos países que han tenido terremotos políticos y económicos y China nos ve como un país estable. Hay que aprender a leer las hojas de té cuando uno está en China. Por ejemplo, nos han mandado un embajador joven, muy dinámico, que llegó hace poco y que realmente está convencido de que este país tiene que hacer negocios con China. Cuando le mandan un embajador dinámico y joven, es una señal de que China está interesada en el país.

EC —¿En un país tan chico?

GR —Un país tan chico pero estratégico. Estoy seguro de que China tiene mucho interés en el Mercosur, porque tiene convenios estratégicos con los países que están en el G-20, Brasil, México y Argentina. Pero nos ve a nosotros como un país estable desde donde espero que podamos tener y tratar de atraer a empresas chinas como una base.

EC —Yo dije en la introducción que China es desde años el primer destino de nuestras exportaciones. ¿Cuáles diría que son las principales características de esa corriente, de ese vínculo de ida y vuelta?

GR —Son productos primarios en general, lana, soja, algo de celulosa, carne, leche.

EC —Eso es básicamente lo que exportamos.

GR —Sí.

EC —¿Y lo que importamos?

GR —Importamos maquinaria, productos eléctricos, cosas para la industria… Importamos sobre todo valor agregado, automóviles, y exportamos productos primarios. Tenemos la posibilidad de cambiar y exportar cosas de mucho más valor agregado.

EC —¿De qué depende que demos un giro en esa materia?

GR —Depende de nosotros, tenemos que cambiar hasta la mentalidad de los empresarios que quieren exportar a China. Si alguien que hace vinos quiere exportar 1.000 cajas de vino a China, a China no le sirve, si queremos exportar a China nuestros empresarios tienen que empezar a pensar en grande. Cuando me dicen “quiero exportar a China”, digo “no, piense en una provincia, ni siquiera una provincia, piense en una ciudad”, una ciudad como Wanyo, Shenzhen, en el sur, que tienen 11, 12, 15 millones de habitantes, y cuando uno quiere exportar se necesitan productos. Y después se necesitan productos de calidad, porque hay una franja en China, que es de millones y millones, 40 millones, 50 millones de personas, que están en una clase alta, que compran productos de calidad. Usted va a China y ve a Louis Vuitton, ve todas las marcas grandes, compran calidad.

EC —¿Cuáles son las oportunidades que vislumbra a partir de ese cuadro que describió recién? Mencionaba alimentos refinados, de buena calidad; por ejemplo vinos, aceite de oliva, lácteos supongo. ¿Qué más?

GR —Lácteos casi se cae de maduro, porque hay falta de lácteos confiables. Por ejemplo, los chinos van a Hong Kong, que les queda muy cerca, pero los restringen a llevar dos litros de leche por persona, porque se les acaba la leche en Hong Kong, hay mucha demanda de leche. Y Nueva Zelanda lo está explotando muy bien. ¿Por qué no podemos nosotros explotar eso también? Podemos explotar servicios, podemos explotar servicios audiovisuales, trismo; en la delegación de empresarios va Buquebus, tratando de atraer turismo chino, que es muy bueno para nosotros. Ni le digo los de software, tenemos muchísimo software que podríamos comerciar en China.

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