
EC —¿Cómo se define eso? ¿Cuándo un país pasa o no a integrar esa clase?
GR —En general son países que o están en la mira de un TLC o que tienen un TLC. Los chinos en eso son muy prolijos, se lo van diciendo a uno cuando uno está llegando a esa meta.
EC —¿Puede ser una novedad de este viaje en particular?
GR —Creo que se va a discutir abiertamente eso. Sería bueno que de este viaje se pueda venir con eso, pero creo que la mira es a muy largo plazo. El programa de China es un programa a largo plazo que tenemos que hacer, no somos inmediatistas, no creemos que en los próximos seis meses ocurra una cosa increíble.
EC —¿Y en cuanto a negocios?
GR —Hay muchas inversiones que los chinos podrían estar haciendo en Uruguay. Somos el país de América del Sur que menos inversiones ha tenido, ninguna, algún frigorífico que ha comprado. Ecuador tiene grandes negocios de inversión con China, Argentina tiene grandes inversiones, Brasil. Nosotros no hemos tenido ninguna inversión que no sea la parte de los frigoríficos semiprivados, porque son del gobierno también.
EC —¿Cuáles podrían darse? ¿Conoce alguna en particular?
GR —Tenemos que llevarle al gobierno las ideas de lo que queremos. Queremos ferrocarriles, queremos infraestructura de caminos, queremos infraestructura de puertos, queremos minería. El gobierno chino nos puede facilitar todo eso y lo puede financiar inclusive.
EC —El gobierno tiene la expectativa de entusiasmar a inversores chinos en algunas de las obras de infraestructura que están pendientes en nuestro país. Ese es uno de los puntos en la agenda.
GR —Correcto.
EC —Pero durante el gobierno anterior, el de José Mujica, este asunto también se habló, se habló mucho de la posibilidad de que empresas chinas invirtieran en el sector ferroviario, y después aquello quedó en la nada. ¿Usted sabe por qué?
GR —Quedó en la nada y el gobierno chino está bastante frustrado por eso, porque se lo había tomado muy seriamente y había puesto gente de calibre para negociar. Yo no estaba ahí, pero creo que también tiene mucho que ver con el sistema de licitaciones que tenemos nosotros. En otros países los chinos consiguen licitaciones privadas, por lo cual invierten el dinero y además hacen el trabajo, a veces incluso con personal chino, en otros lugares. Nosotros limitamos esas cosas.









