
EC —El MAHN es una institución imponente en el paisaje de Nueva York. Estoy seguro de que muchos uruguayos la visitaron, en el lado oeste del Central Park, para enfrentarse por ejemplo con los esqueletos gigantescos de dinosaurios o ballenas. Es una institución muy antigua, se fundó en el año 1869. ¿Cómo la defines tú?
ALP —Es una institución no gubernamental, sin fines de lucro y por cierto no partidaria también, realmente independiente y privada, que se ha dedicado a la investigación y a la difusión de la ciencia, especialmente la evolución, la zoología y la antropología. Es un lugar fascinante para trabajar. Hay miles de personas que trabajan ahí, nos visitan 5 millones de personas por año actualmente, y tiene un montón de laboratorios, además algunas colecciones impresionantes. Tenemos 33 millones de artefactos y especímenes en las colecciones del museo.
EC —Puede resultar sorprendente algo que dijiste al pasar: no es una institución estatal, es privada. ¿Cómo se financia entonces?
ALP —Se financia como muchas instituciones privadas de EEUU, con una mezcla de ingresos de las visitas, un fondo que se estableció y que sigue creciendo, las donaciones filantrópicas y becas competitivas que otorga el gobierno federal a través de la Fundación Nacional para las Ciencias, que sería como el Conicyt uruguayo.
EC —Hablemos de la muestra. En algunas declaraciones públicas tú has dicho: “Este museo se dedica a entender lo que es la vida en la Tierra, por qué es tan diversa, cómo podemos protegerla y hacerla sustentable. Y Cuba es una pieza central si uno quiere comprender la evolución de la vida en el Caribe”. Entonces, ¿cuándo y cómo nace la idea de esta exposición sobre Cuba?
ALP —El museo viene trabajando con científicos cubanos desde hace más de 100 años. Es algo que quizás no está tan claro, pero esperamos que con la exposición y con algunas otras publicaciones que vamos a sacar este año quede más claro. El museo viene colaborando con diferentes científicos cubanos regularmente y de hecho diría que en promedio ha hecho cada tres años una expedición o trabajo de campo en Cuba con cubanos.
EC —Eso ocurrió en todos estos años, incluso mientras las relaciones estaban rotas entre EEUU y Cuba.
ALP —Sí, con algunas pausas, con algunos años en los que quizás hubo menos actividad que en otros, pero sin duda desde los 60. Por ejemplo, en los 80 hubo un grupo conjunto de científicos del museo y cubanos y algunos otros, que fueron los que vieron por última vez al carpintero real en Cuba, que no se sabe si está extinto.
EC —El carpintero real es un pájaro.
ALP —Sí, uno de los carpinteros más grandes que existen, que está extinto en EEUU y que por última vez fue visto en Cuba. Así seguimos trabajando.
EC —Pero si ya existía esa relación, y por lo visto fluida, pese a todo, ¿por qué se toma la decisión de esta muestra? ¿Cuánto tiene que ver con ella el deshielo en la relación bilateral?
ALP —Empezamos a planificarla antes del deshielo, pero sí se relajaron las restricciones de viaje. Los líderes del museo viajaron y visitaron el Museo Nacional de Historia Natural en La Habana, yo participé en ese viaje, y creo que eso de alguna manera creó la chispa de la idea y a partir de ese momento se empezó a planificar. El museo de La Habana tenía mucho interés, empezamos a planificarlo y fue en esas etapas iniciales cuando se hizo el anuncio de Obama y Castro.
EC —Ustedes estaban en eso antes del anuncio, antes de diciembre de 2014.
ALP —La idea existía. Por supuesto que eso le dio más ímpetu y más empuje, como quien agarra una ola.
EC —En este nuevo contexto la muestra tiene otro valor, otro significado, otra utilidad.
ALP —Sí. Tratamos de abordar temas contemporáneos, porque es una muestra temporaria. El museo tiene muchas muestras permanentes que no caducan nunca, pero también tiene muestras temporarias; por ejemplo, hemos hecho muestras sobre temas del agua y su conservación, sobre el cambio climático. Se trata de abordar temas contemporáneos para educar a nuestro visitante en ellos.
EC —En particular procuran que el público y sobre todo el de EEUU aporte contexto a los titulares, pueda ir más allá de lo que en las noticias lee, ve, escucha a propósito de Cuba en estos días.
ALP —Sí, y me parecía que eso para el tema de Cuba era fundamental. Entonces cuando me invitaron a ser cocuradora de la exhibición eso para nosotros fue desde el principio realmente una prioridad. Que la gente quizás como punto de entrada se encontrara con la Cuba que ellos esperan o con los clichés que han visto, especialmente en este país: la política, los coches antiguos, la música, la arquitectura. Pero más allá de eso, ¿qué hay? Si quieren entender por ejemplo quiénes son los cubanos, ¿podemos ayudarlos? Si quieren entender cómo Cuba es biológicamente tan única y tan importante, ¿cómo podemos trasmitir esa información?
EC —¿Cómo fue el trabajo con tus colegas en estas condiciones?
ALP —Fue bien interesante. Ya teníamos un memorando de entendimiento, un acuerdo con el Museo Nacional de Historia Natural de La Habana, de Cuba, desde el 2009. Pero era muy general, y en el 2015 empezamos a tratar de elaborar uno más detallado, que logramos firmar este año. En enero trajimos a varios colegas del museo de Cuba a trabajar con nosotros, a darnos charlas, a participar en las reuniones, y junto con el Departamento de Exhibiciones del museo, en el que trabajan más de 40 personas, desde diseñadores gráficos hasta diseñadores de exhibiciones, escritores, etcétera, empezamos a pensar cómo hacerlo, cómo organizarlo en una galería. Nos llevó más de seis meses llegar a cómo iba a ser la exhibición, trabajando con los colegas. Los colegas cubanos nos ayudaron a decidir cuáles son los temas principales en temas de biodiversidad, en temas de naturaleza, que tienen que estar presentes.
EC —¿Cuántas veces viajaste tú directamente a Cuba?
ALP —Yo he viajado unas siete veces desde el 2012. Ha sido bien interesante.
EC —En particular para la preparación, ahora mismo, en esta etapa, ¿qué ventajas te trajeron las nuevas condiciones?
ALP —Como no había viajado antes, no tengo un punto de comparación personal. Pero creo que ha sido más fácil, por ejemplo había más vuelos chárter, yo todavía no fui en un vuelo comercial, porque esos empezaron hace poco. Miento, una vez sí me tomé un vuelo comercial. Pero es un poquito más fácil obtener las visas, obtener los permisos, incluso obtener las visas de trabajo del lado cubano. Creo que eso ayudó mucho. Por ejemplo el año pasado, hace un año, hicimos una gran expedición científica para documentar y estudiar la biodiversidad del parque Humboldt, que queda en el extremo este de Cuba. Fue un emprendimiento mayor, llevamos casi 18 personas y muchos equipos, llevó mucha logística.









