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Entrevista central, martes 2 de agosto: Enrique Canon

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EC —Esa es la caída en algunos casos.

ECa —En algunos casos. ¿Cuánto puede incentivarse alguien con ese resultado? Siguiendo el hilo de razonamiento, se desincentivan en forma importante –puede suceder, no está descartado– un conjunto de funcionarios que han sido los que han encabezado la reestructura, que forman ese equipo –esa es una de las buenas noticias, hay un equipo de aduana–. En el conjunto de la estructura empieza ese desánimo. Además, 543 funcionarios de Aduana, más de la mitad de los funcionarios, van a perder en el próximo mes entre $ 4.000 y $ 12.000 de su salario. Entonces, ¿cuál será el impulso a su trabajo, su esfuerzo, su empeño, y cuáles no serán las tentaciones para volver a prácticas que hoy están bastante olvidadas en la Aduana? Hay un conjunto de funcionarios que son la base de la Aduana, que son la mayoría, que son probos, honrados, honestos y que no van a caer ni nunca cayeron en esas tentaciones, pero las condiciones que se plantean son efectivamente esas. Esa es la pesadilla.

EC —Los acuerdos de gestión caen también, en principio, si se va a la aplicación literal de la sentencia del TCA. Este era un punto que objetaba el sindicato, era una de sus principales objeciones. Con este sistema –decían– se podía bajar de categoría a personal jerárquico en caso de que no cumpliera con al menos el 70 % de las metas establecidas. ¿Por qué se lo había introducido? ¿Cuál era su importancia?

ECa —Era la contrapartida. Yo no estoy dispuesto, ni estaré, nunca estuve, ni lo están los impulsores de la reforma del MEF, a dar un incentivo económico de este porte, que es importante, sin contrapartida. Y la contrapartida es un acuerdo de gestión, que además es potente, es medible, es evaluable, y efectivamente se evalúa, no solo por mí, sino por un tribunal, por un elegido de los funcionarios, cuya elección se procesó, y por un representante del MEF. Al final de los 15 meses en cada uno de los casos deviene esa evaluación; el sindicato, a pedido suyo, fue invitado a ese tribunal, no tiene voto pero puede presenciar y tiene voz, de manera de hacerlo lo más transparente posible. Están todas las garantías dadas para que sea una cosa seria.

El acuerdo de gestión es la piedra angular de la piedra angular, es la contrapartida que se le exige a un funcionario, a un servidor público, por una remuneración que es importante en función de su responsabilidad. Y si no la cumple, efectivamente –este es el principio–, vuelve a su cargo y la función se deriva a otro. No hay ningún demérito en eso, simplemente no tuvo las capacidades para cumplir. Finalmente es el funcionario para la función, el servidor público al servicio del comercio exterior, del ciudadano y del trabajo uruguayo, en el caso del comercio exterior.

EC —¿Cómo se resuelve este punto en la redacción alternativa que ustedes están preparando contrarreloj para llegar al 16 de agosto?

ECa —En primer lugar, el propio TCA deja, conforme a derecho, la posibilidad de que –en otros organismos ha sido así– esas funciones de conducción se puedan mantener en forma transitoria, para luego –según entiende el TCA– no lesionar la carrera funcional y en un plazo determinado proveer los concursos para que se asignen por concurso esos cargos de conducción, con las mismas remuneraciones y los mismos acuerdos de gestión. Es lo que decía de blindar la reforma, eso no se puede perder.

EC —En el esquema alternativo que ustedes están implementando estos cargos de máxima responsabilidad van a proveerse ahora por concurso.

ECa —Ahora no, en un plazo determinado que no puedo decir hoy.

EC —Pero van a incluir los acuerdos de gestión.

ECa —Definitivamente. No hay vuelta atrás en este sentido, yo no sería responsable para con la ciudadanía si dijera “le voy a conceder a un funcionario, aunque sea por concurso, por cualquier tipo de concurso, una remuneración de este porte y no le pido nada a cambio”. Esa es la patología de la Aduana y de otros institutos del Estado, conceder contra nada. No estoy dispuesto a hacer eso, no lo voy a hacer. Voy a conservar, en la medida de mis posibilidades, junto con el equipo de Aduana y con el equipo del MEF, lo mejor de esta reestructura, que posibilitó que estemos donde estamos.

EC —¿Qué riesgo implica o qué diferencias implica, con respecto a lo que ustedes procuraban, el hecho de que esos cargos, que hasta ahora eran de designación del director nacional de Aduanas en base a confianza, en el esquema que va a terminar armándose terminen siendo nombrados por concurso?

ECa —Contra esos riesgos no hay vacuna. Ni la designación directa, porque el director –yo o cualquier otro– se puede equivocar, o un funcionario puede tener una tendencia hacia determinado lugar y luego desviarse. De manera que garantías absolutas no hay. Pero pondremos todos los filtros en los concursos para que efectivamente accedan a esos cargos de dirección no solo quienes estén más capacitados, no solo los más honrados, sino aquellos de más confianza del director nacional. Nadie puede acusar a un director nacional de querer tener a la gente de su confianza.

Video de la entrevista

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Transcripción: María Lila Ltaif

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