
EC —¿Eso cómo se lauda?
PM —Justamente, creo que hay gente que no es rehabilitable, ciertamente, pero no sabemos quiénes son. Ese es el otro tema, la ciencia todavía no ha avanzado lo suficiente para determinar con precisión –que es lo que Estado requiere para tomar decisiones– dónde está el límite entre la capacidad de rehabilitación y una situación que no tiene retorno. Uno siente que hay casos que no. Incluso los familiares de esta persona que mató a Brissa dicen que no tiene posibilidad de rehabilitación.
EC —Sí, y se quejan de que se lo haya liberado en su momento.
PM —Exacto. Pero el Estado, dijo Chediak el otro día, el presidente de la Suprema Corte de Justicia, tiene por mandato constitucional la obligación de rehabilitar o de intentar rehabilitar a todos los delincuentes. Por lo tanto esa es una tarea insoslayable. Además uno toma medidas definitivas y después avanza la ciencia puede haber modificaciones. Pero creo que hay que darles a los ciudadanos las mayores garantías posibles con respecto a la amenaza que suponen este tipo de perversiones. En el fondo esa relación con la monstruosidad es real, hay monstruos entre nosotros. Cosa que es tremenda y que es lo que genera en la gente el pánico y que enseguida la lleva a pedir la muerte, la cadena perpetua. Creo que tenemos que resistir esa reacción instintiva, pero tenemos que profundizar los mecanismos preventivos y generar las condiciones para que el Estado, en sus distintas manifestaciones… El proceso que se vivió con el último sujeto, el del caso de Brissa, deja al descubierto fallas en nuestros procedimientos.
EC —Sí. Pero… ¿y ustedes? Ustedes los parlamentarios ¿no están también en omisión de algún modo? Porque estamos discutiendo sobre si se reacciona en caliente o no, pero ¿no había una omisión del sistema político? Este problema no es nuevo.
PM —No, claro.
EC —¿Qué se hizo después de haber pasado por experiencias anteriores en esta materia? Da la impresión de que el Poder Legislativo estuvo distraído con otros asuntos.
PM —Es cierto. Creo que todos tenemos responsabilidad en esto, que todos tenemos que asumir. También hay que asumir otra cosa: que toda sociedad, con los regímenes ideológicos, políticos, punitivos que sea, las que tienen pena de muerte, las que tienen cadena perpetua, las que tienen penas más benévolas, las que son de una orientación ideológica y las que son de otra, todas tienen monstruos de este tipo conviviendo y todas han sufrido y sufren cada tanto la aparición de estas situaciones y se les salen de control. Hay una realidad que hay que asumir, que es que es muy difícil evitar que estos brotes de monstruosidad ocurran. ¿Hicimos todo lo posible? Probablemente no, seguramente no.
EC —Sin que esto implique salir en defensa del senador Lacalle Pou, es un hecho que ahí tenemos un caso de alguien que presentó un proyecto hace varios años, el registro, la idea del registro, que ahora el presidente Vázquez dice que le parece bien, a usted mismo le parece bien, pero ha dormido en el Parlamento.
PM —Totalmente. Esa es una responsabilidad que asumimos, yo asumo por lo menos. No fue planteado en este tiempo, estuvo como tantos proyectos que se presentan, que algunos se cree que tienen validez, pero eso requiere de voluntad política, requiere de acuerdos mayoritarios y también requiere de impulso. Y a veces esos impulsos quedan superados porque la realidad de la agenda lleva a que tengan prioridad otros.









