Entrevista con el diputado Pablo Abdala (Alianza Nacional, Partido Nacional).
EN PERSPECTIVA
Martes 07.06.2016, hora 8.36
EMILIANO COTELO (EC) —En el oficialismo destacan el acuerdo que se alcanzó entre el Poder Ejecutivo y el Frente Amplio (FA) para presentar el proyecto de ley de Rendición de Cuentas y subrayan la “importancia del diálogo” que se instrumentó en estas últimas semanas. Estuvimos conversando sobre eso con el diputado del Partido Socialista Gonzalo Civila. Pero mientras tanto, la oposición denuncia que lo que se prepara es “un severo ajuste fiscal”.
Ayer, por ejemplo, el Honorable Directorio del Partido Nacional emitió un comunicado muy crítico con las medidas impulsadas por el equipo económico, ahora en acuerdo con la fuerza política. Para profundizar en este enfoque, estamos con el diputado Pablo Abdala, de Alianza Nacional, Partido Nacional (PN).
Parece claro que, sea cual sea el diagnóstico de cómo se llegó al déficit fiscal que están mostrando las cuentas públicas últimamente, es necesario corregir esos números, achicar ese rojo. El Gobierno se ha propuesto mejorar los números en US$ 460, US$ 500 millones. A esos efectos se dio a conocer un primer paquete hace 15 días y ayer una corrección, una versión nueva de esa misma serie de medidas.
¿La fórmula de ayer para usted implica una mejora con respecto a la original?
PABLO ABDALA (PA) —Implica una mejora aparente, porque en los hechos se corrige o modifica la propuesta original con relación a un determinado segmento de los contribuyentes, a una determinada franja, que es la que va de $ 33.400 a $ 50.100 y después se divide la franja siguiente. Pero me parece que eso no cambia la evaluación y la conclusión de que –nosotros lo expresamos con el término de severo ajuste fiscal– estas medias van a afectar la vida de la población y particularmente la de quienes viven de su ingreso fijo. Porque la enorme mayoría de los trabajadores, de acuerdo a lo que interpretamos y a lo que el ministro anunció, va a pagar más impuestos, ya sea por la vía de la suba de las tasas, de la reducción de las deducciones –esa es una perspectiva que no hay que perder– o por ambas vías combinadas.
Además, el ajuste fiscal o la propuesta de medidas tributarias que el gobierno viene manejando desde hace 15 días no se agota en el incremento del Impuesto a la Renta de las Personas Físicas (IRPF) y el Impuesto de Asistencia a la Seguridad Social (IASS). Porque a veces parece que perdemos la noción de que esto también incluye, por ejemplo, un aumento a las rentas de capital que se aplica a todos los alquileres. Hay una suba de 10 % a 12 % del IRPF aplicado a rentas de capital que incluye el pago de un arrendamiento, y esto va a afectar no solo el pago del alquiler de una vivienda suntuosa, sino también el de una vivienda modesta. Y en Uruguay hay muchos trabajadores que no son propietarios y pagan alquiler.
También hay que incluir en el análisis las medidas vinculadas con el sector empresarial, que el ministro soslayó ayer porque las dio por anunciadas y confirmadas hace 15 días. Esas medidas no van a afectar solo al gran capital, a las grandes empresas o a las multinacionales, van a afectar también a las empresas medianas y relativamente pequeñas que dan trabajo a otros uruguayos por la vía de las medidas que ya se anunciaron. Por ejemplo, la eliminación de los fictos y el aporte por lo real o la imposibilidad de arrastrar las pérdidas por determinados ejercicios, que hasta ahora se podía hacer, cuando los primeros resultados de un emprendimiento empresarial eran negativos, por lo tanto no se pagaba Impuesto a las Rentas de las Actividades Económicas (IRAE) ni tampoco IRPF. De acuerdo a lo que dispuso el Gobierno ahora habrá que pagar por la mitad de esas utilidades. Eso va a afectar también a empresarios que, más allá de que tengan la condición de empresarios, son de una extracción socioeconómica equivalente a la de cualquier trabajador medio.
Es en esa perspectiva que decimos que este conjunto de medidas es negativo y es recesivo. Porque obviamente, en la medida en que va a implicar menor poder de compra y menor poder de gasto y de consumo de cientos de miles de uruguayos, va a afectar la economía, el comercio, va a afectar los ciclos económicos productivos y comerciales, que con este tipo de medidas se retraen.