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Entrevista central, miércoles 26 de julio: Alba Negrín

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AN —En relación con los primeros, vinculados al narcotráfico, no son mi tema, son un poco más políticos, pero creo que, por ejemplo, en cuanto a competir con el narcotráfico, puede haber sorpresas positivas o negativas, creo que hay que esperar. Es posible que, dada la garantía del producto y su calidad, efectivamente haya una competencia con el narcotráfico, sobre todo si la ciudadanía comprende la importancia de tener un producto con una calidad certificada, aunque sea un producto que puede tener cierta peligrosidad, porque no existe ninguna sustancia química exenta de riesgos. Me parece que poder acceder a este tipo de producto con estas características, si la ciudadanía comprende los beneficios que tiene para sí misma, su salud e incluso su seguridad, va a cambiar la relación de fuerzas en cuanto a la adquisición en el mercado ilícito.

EC —¿Y cuáles podrían ser los efectos negativos de la ley? Concretamente se ha planteado que disminuye la percepción de riesgo del consumo de marihuana.

AN —Es posible, pero hay que tratar de trabajar para que eso no sea así. Es muy humano que no le veamos el peligro a algo que tenemos muy cercano a nosotros o a algo que integra las prácticas habituales de uno, creo que la marihuana, sin esta ley, igual tenía una baja percepción de riesgo.

EC —Claro, pero estando ahora el Estado de por medio “habilitándola”, ¿no puede producir el efecto de que más jóvenes se vuelquen a consumirla?

AN —En realidad, hay que trabajar mucho en prevención y la preocupación sobre los adolescentes y los menores de edad, que quedarían fuera de la ley…

EC —Quedan fuera de la ley, entonces, si los menores y adolescentes ahora entienden que hay más espacio para la marihuana, pueden pasar un par de cosas, que se larguen a consumir y que lo hagan en contacto con el narcotráfico, porque a ellos no se les va a vender en las farmacias, no pueden ser autocultivadores, etcétera.

AN —Sí, quedan fuera de la ley y son un grupo vulnerable por definición, los adolescentes corren muchos riesgos en nuestra sociedad. Sufren vulnerabilidad psicológica, como vemos por ejemplo en el número de suicidios adolescentes, también son un grupo de riesgo en cuanto al embarazo adolescente o a quedar fuera del sistema educativo, porque ser pierde la etapa adecuada para estudiar y progresar. Me parece que si los consideramos vulnerables y los queremos proteger, tenemos que hacerlo de una manera integral y global, no solamente pensando en las sustancias, creo que hay que protegerlos en todas sus áreas vitales.

EC —Es uno de los flancos más delicados de todo el espectro de consumidores a partir de esta ley, justamente porque ésta no les permite obtener la marihuana por las vías legales.

AN —Eso es así, pero hay que trabajar lo suficiente en prevención con ellos, ir a los espacios adolescentes en los aspectos sanitarios.

EC —Escuchemos uno de los avisos de la campaña que la Junta Nacional de Drogas lanzó hace unas semanas:

[Audio campaña]

El cannabis altera la percepción, los sentidos y los reflejos. Limita la capacidad de concentración y la memoria. Puede provocar enfermedades. En niñas, niños, adolescentes y embarazadas, su consumo es especialmente riesgoso. Su consumo puede provocar problemas psicológicos. Estos son los riesgos que genera el consumo de cannabis. Sin embargo, regular su mercado significa decirle NO al narcotráfico. No a las bocas de venta. No al lavado de dinero. No a la criminalización del usuario. No a la violencia. Regular es ser responsable. Regulando mejoramos la salud pública, reduciendo los riesgos y daños asociados al consumo.

[Fin del audio]

¿Cómo ve usted una campaña así?

AN —Bueno, parece un discurso a veces paradójico, pero en realidad en este tipo de campañas se ponen sobre la mesa los efectos que tiene el consumo y se señalan claramente las situaciones y poblaciones de riesgo. Eso es algo que antes tampoco se había hecho, este discurso publicitario extendido creo que es importante. Más allá de que con la legislación en drogas muchas veces había incongruencias, porque con las sustancias psicoactivas, como la marihuana o la cocaína, no es ilegal su consumo, pero sí su compra o entrega. Creo que siempre hay puntos que para la ley son incongruentes, pero pensándolo desde los aspectos médicos, y toxicológicos en particular, no hay ninguna sustancia que no tenga riesgos, hay que promover el uso seguro de las sustancias y esta ley camina en ese sentido.

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