
EC —¿Qué porcentaje del presupuesto del Centro Teletón se cubre con ese evento, con esa recaudación en particular?
DG —Casi la totalidad de los fondos que recaudamos provienen del evento. El resto, tenemos algunos ingresos financieros muy menores y tenemos ingresos llamémosles por venta de servicios, pero no llegan al 1 %.
EC —¿A qué le llaman venta de servicios?
DG —El 99 % de los pacientes que se atienden en el centro se atienden de forma gratuita. Pero tenemos una categorización y a partir de determinado monto de ingresos familiares cobramos nuestros servicios. Obviamente nunca les cobramos la totalidad.
RC —Y tenemos una escala.
DG —Tenemos una categorización. Por ejemplo, cobramos el 10 % del costo del tratamiento a aquellas familias que tengan ingresos familiares de aproximadamente $ 85.000, y les cobramos el 75 % del costo del tratamiento a aquellas familias que tengan ingresos superiores a los $ 220.000 mensuales. Eso nos da durante el año un ingreso cercano al millón de pesos.
RC —Una pequeña acotación respecto a la categorización, que también es interesante, porque no es algo de lo que siempre tenemos oportunidad de conversar y es bien importante. Tenemos dos conceptos detrás de esto, el de la solidaridad de aquellos que puedan aportar; porque es una aportación, no es un cobro, con lo cual incluso se evalúan otro tipo de condiciones a la hora de categorizar, no solamente el nivel socioeconómico. Esta categorización está basada en el índice de nivel socioeconómico (INSE), un índice estatal que elabora el Instituto Nacional de Estadística, y la primera categoría que pasa a aportar el 10 % de algunos de los programas –porque un montón de ellos incluso son gratuitos y no importa el nivel de ingresos de la familia– está en lo que en el INSE estima como A+ o alto-alto, con lo cual dentro de ese esquema, de ese puntaje que se da dentro del INSE, estaría el 5 % de la población. Y esto pasa exactamente en Teletón, el 5 % de la población está en una categoría con algún tipo de aportación, con lo cual lo que se refleja en los números es insignificante. Pero sí creemos en la valoración que se hace del servicio en la medida en que hay una categorización, que se conoce cuál es la ayuda que damos entre todos, y aquellos que reciben gratuitamente también saben de esa valoración.
EC —De modo que el 98 % del presupuesto se financia con la recaudación del propio programa, de toda la actividad que rodea a la Teletón anual a comienzos del mes de diciembre. ¿Cuánto juegan las empresas y cuánto juegan los particulares en las donaciones que reciben?
DG —Esa pregunta es muy interesante, llevamos un registro anualmente que es como el termómetro que nos indica cómo se refleja la Teletón en la ciudadanía. Según los datos de la última cuenta pública presentada, el 68 % de los ingresos provienen de empresas y personas. De ese 68 % más de la mitad, casi el 60 %, es de las personas que donan, que hacen su llamado por teléfono el mismo día del programa, el 35 % se compone de un aporte conjunto de empresas y personas, como le llamamos al beneficio fiscal, al beneficio de donaciones especiales, y el 4 % son otros ingresos. O sea que el aporte más fuerte de la ciudadanía siempre proviene de las personas.
EC —¿Y las donaciones de las empresas cómo explican la incidencia de la ley de donaciones especiales? Hace unos meses hubo una discusión, y uno de los exponentes fue el diputado Alejandro Sánchez, del MPP, que advirtió que Teletón no informa correctamente sobre cómo incide esa norma. En particular, dijo, no se explica que de los montos donados hay un amplio porcentaje (75 %, 80 %) que corresponde a una renuncia fiscal que hace el Estado y no a un aporte genuino, directo de las firmas. “Me molesta que digan que una empresa donó $ 100 cuando en realidad dona $ 19 y el resto lo ponemos todos”, decía en declaraciones públicas.
DG —Siempre fuimos claros al respecto, en la cuenta pública siempre lo aclaramos y de hecho este año pasamos a llamar el mecanismo que todo el mundo conoce como donaciones especiales “aporte conjunto de Estado y empresas”. Es una ley que viene de antes, pero fue reglamentada en el 2009, por la cual las empresas que donan a través del mecanismo reciben el 75 % de los recursos donados como créditos fiscales que pueden usar para pagar impuesto a la renta e impuesto al patrimonio y deducen el restante 25 % como un gasto más a efectos de su liquidación del IRAE. Esto tiene como resultado que de cada $ 100 que aportan las empresas ellas hacen un aporte genuino que va del $ 18 a $ 25, según su situación fiscal.
EC —Y por el restante porcentaje para llegar a $ 100 le da una indicación al Estado: “ponga plata en tal lugar”.
DG —Exacto, es un aporte que hace el Estado a través de las empresas, en cierta manera deja que las empresas decidan cuál es el destino de parte de sus impuestos. De hecho, la cuenta en la que se recaudan esos fondos está abierta en el Banco República a nombre del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). El MEF nos libera los fondos luego de validados el aporte y el contrato que la Fundación firma con la empresa.
RC —También es importante decir que todos los fondos que van a este tipo de proyectos están evaluados y aprobados por el propio Estado a través del MEF, que es quien decide cuáles son los proyectos y hasta por qué monto podemos recibir por ese concepto.









