EC —¿Eso qué quiere decir?
LV —Un familiar mata a un niño; una madre, un padre.
EC —Porque estamos hablando de muertes dolosas. Está la otra situación, la de los accidentes en la casa, por ejemplo con un arma, con un revólver.
LV —Eso es culposo, no lo tomamos.
EC —Pero también existe y tiene un peso importante.
LV —También existe y tiene un peso. Nosotros estábamos muy centrados en violencia intrafamiliar y queríamos ver cuántos niños, niñas y adolescentes morían en Uruguay por violencia intrafamiliar, porque es la manifestación más extrema de violencia intrafamiliar. Para conocer ese dato miramos los homicidios culposos. Y en los cinco años estudiados, que no son los últimos cinco, hay más o menos 30 homicidios que tienen que ver con violencia intrafamiliar.
RA —Ustedes no cuantifican estas situaciones que hemos vivido en esta semana, ni el caso del niño de Maldonado, Felipe Romero, que fue abusado y muerto por su entrenador de fútbol, con quien tenía una relación de mucho tiempo y de cercanía.
LV —Como violencia intrafamiliar no.
RA —No aparece ahí. Y no hay una estadística que permita cuantificar, ver si estamos ante un fenómeno más preocupante que en otros momentos. Como se dieron dos casos en una misma semana, como que estamos más conmovidos y eso nos puede llevar a pensar que la situación es peor, más preocupante que la que se daba en otro tiempo. Pero eso no está cuantificado.
LV —No está cuantificado. Es una de las cuestiones que hay que empezar a visibilizar. Sí son casos –si bien todavía no hay una conclusión sobre si hubo abuso o no, no sé si eso está comprobado– relacionados con el abuso sexual. Y del abuso sexual sabemos que el año pasado el Sipiav (Sistema Integral de Protección a la Infancia y a la Adolescencia contra la Violencia) atendió más de 400 niños, niñas y adolescentes por abuso sexual. También sabemos, porque lo muestran las estadísticas de Uruguay y se sabe en el mundo, que en los casos de abuso sexual 9 de cada 10 abusadores son personas del entorno.
EC —Ese sería el caso de Valentina en Rivera.
LV —Todavía no sabemos si lo es en el caso de Brissa.
EC —El responsable en el caso de Valentina en Rivera no era un familiar, pero sí era alguien muy cercano con quien existía hasta cierta confianza.
LV —Y en el caso de Felipe.
EC —En el caso de Felipe en Maldonado obviamente también.
LV —No sabemos si Brissa había tenido contacto antes con el señor.
EC —Sí, más temprano se lo preguntamos al fiscal Juan Gómez y él decía que es de los temas que todavía se están investigando.
RA —Tampoco sabemos cuánto tiempo se dio esta situación en caso de ser un abuso. En los otros casos está claro, por lo menos en el de Felipe Romero, que llevaba bastante tiempo.
LV —Sí. Uno de los datos que presentamos en el informe, que para mí es de los más impactantes, es el dato que presenta regularmente el Sipiav de la cronicidad que se detecta en estas situaciones. Los datos del Sipiav muestran que el 80 % de las situaciones de violencia, abuso, etcétera, que se detectan en los niños ya son situaciones crónicas, con abuso reiterado.
EC —No fue una única vez.
LV —Eso muestra que estamos llegando tarde, que es necesario trabajar antes, prevenir estas situaciones.
RA —Ustedes detectaron que en general es alguien próximo a la familia. ¿Qué pudieron determinar de cómo procede esta persona que se vincula, que genera confianza con el niño para generar un vínculo?
LV —Está estudiado el perfil de la persona –la mayoría, no todas, porque siempre hay casos que se salen de la norma–, en general es gente conocida, que tiene un vínculo de confianza con el niño, puede ser familiar o no, como el entrenador de fútbol, y ejerce cierto dominio sobre los niños y las niñas. Procede primero ganándose la confianza, y también median amenazas: “no cuentes, no digas nada”. Ahí una de las cuestiones que se debaten mucho es que hay que escuchar bastante más lo que dicen los niños y no pensar que inventan cuestiones que es imposible que inventen a determinada edad. Todos sabemos lo que un niño de cinco, seis años conoce. Pero está todo ese debate sobre si hay que tomar en cuenta la palabra del niño, si inventa, si miente. Sobre las cuestiones de abuso sexual los niños no inventan, es muy difícil que inventen. Yo no soy psicóloga, no hago pericias, pero todos los técnicos dicen que hay que tomar muy en cuenta la palabra de los niños.
