
EC —Los sueldos de los intendentes son fijos, están determinados por las juntas departamentales.
J de H —Por eso, son públicos y notorios, los fija cada gobierno al irse, o sea que no es un tema que sea negociable. Pero puede ser un elemento de información que las consultoras consideran relevante, es un tema técnico de ellas en todo caso.
EC —Una de las interpretaciones es que el PG les va a pagar un sueldo a esas personas para que trabajen como candidatas.
J de H —No, no, cero, absolutamente, en ese sentido no.
EC —La actividad política de estas personas va a ser honoraria.
J de H —Exactamente, como es siempre.
EC —Cuando sean elegidos van a poder continuar con su actividad privada.
J de H —Y sí, cuando uno es candidato puede incluso superponer su actividad con la campaña, de hecho todos los candidatos lo hacen. Así que eso para nada es excluyente.
EC —Quedó mencionado más temprano que pese a que las consultoras realizan un filtro, la palabra final la tienen las autoridades del PG.
J de H —Lógicamente, la elección del candidato la hace el partido, sus autoridades, después la convención, porque hay que conocerlo directamente. Es un proceso de preselección en el que estas firmas nos van a ayudar a determinar los mejores nombres.
EC —Entonces en esa etapa final el criterio ya pasa a ser político y eventualmente ideológico…
J de H —El criterio pasa a ser que uno sienta que tiene más sintonía con el que vaya a ser el candidato. Capaz que son personas que uno termina conociendo por otras cosas, o no, o son personas que a uno lo impresionan por sus antecedentes o por su carácter. Pero va a ser una decisión a partir de los nombres que estas empresas nos seleccionen. Lo que no va a haber es alguien que entre por la ventana sin haber pasado por este proceso.
EC —Pero una vez que seleccionan al candidato, ¿qué le piden? ¿Lealtad política?
J de H —Todos los candidatos tienen que tener lealtad política a su partido.
EC —Pero ¿pueden terminar eligiendo a alguien que esté identificado plenamente con el Frente Amplio, porque ha sido un militante de toda la vida, por ejemplo?
J de H —Puede ser perfectamente, si esa persona viene a trabajar para nuestro partido. Eso pasa permanentemente, hay puertas de vaivén, no muy frecuentes pero las hay a todo nivel entre los partidos.
EC —Macron aplicó el criterio de paridad de género. ¿Ustedes también van a ir por ese lado?
J de H —Lo hablamos con las consultoras y nos dijeron que sería discriminatorio poner eso a priori. Yo incluso era partidario de determinar cierta preferencia por ciertas edades y me dijeron que eso no es conveniente. Desde el punto de vista profesional las firmas nos asesoraron que no era conveniente poner ningún tipo de limitación de género ni de edad. Así que veremos la gente que se presenta y así saldrá. No se va a discriminar ni en un sentido ni en el otro.
***
EC —Tengo una cantidad de mensajes de los oyentes. Evidentemente es una propuesta revulsiva esta. Hay varios que plantean lo mismo, esto que viene en el mail de Diego: “Más allá de las competencias técnicas de los candidatos, ¿no es necesario que cuenten con votos? ¿Y si la consultora elige a un fenómeno en administración pero sin encanto electoral para captar votos?”. La innovación podría fracasar ahí.
J de H —Por eso en la etapa final vamos a ver, entre las personas que hayan sido preseleccionadas por las consultoras, quién es el que tiene más empatía y más carisma y el que llena más los requisitos también políticos, más allá de los profesionales que las firmas hayan analizado. Pero también hay un tema de concepto, ¿quién tiene más carisma, Cristina Kirchner o Mauricio Macri?
EC —Buen ejemplo para la discusión…
J de H —¿Por qué siempre hay que poner al que grita más fuerte en un atril y golpea el atril y vamo’arriba y no sé cuánto y esto y lo otro? ¿Por qué no empezar a modernizar y tener la expectativa de tener un país con una dirigencia diferente, con otro nivel, con otra forma de comunicarse?









