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Entrevista central, viernes 14 de agosto: Eduardo Sáenz de Cabezón y Rocío Ramírez

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Entrevista con el matemático Eduardo Sáenz de Cabezón, de Big Van, Científicos sobre Ruedas, y la bióloga Rocío Ramírez.

Vea el video de la entrevista

EN PERSPECTIVA
Viernes 14.08.2015, hora 8.12

EMILIANO COTELO (EC) —Si hablo de ciencia y comedia, de nerds y humor, de teoremas y gags, seguramente la primera referencia que surge es la famosa serie de televisión The Big Bang Theory

Sin embargo, el doctor Sheldon Cooper y sus amigos no son los únicos científicos sobre la Tierra capaces de entretener, divertir y divulgar la ciencia al mismo tiempo. De hecho, por estos días contamos entre nosotros con un ejemplo muy exitoso, llegado desde España y que tiene un nombre bastante parecido, aunque se escribe diferente: Big Van, Científicos sobre Ruedas.

(Audio presentación Big Van, Científicos sobre Ruedas)

Buenas tardes, muchas gracias por estar aquí. Muchas gracias también al espectáculo que nos habéis ofrecido hasta ahora, que ha sido maravilloso verlo para nosotros…

(Fin audio)

EC —Este colectivo de científicos lleva ya algunos años rodando por España, alternando el aula y el laboratorio con los escenarios de stand up. Ahora están en nuestro país participando en el Science Slam Festival Uruguay, en el que capacitan a científicos uruguayos en el arte de la divulgación científica.

Nos pareció que valía la pena conocerlos, y por eso recibimos a uno de los fundadores del grupo, el matemático Eduardo Sáenz de Cabezón, y a una académica uruguaya que se ha animado a participar o a intentar participar en esta experiencia, la bióloga Rocío Ramírez.

¿Cuándo llegaron?

EDUARDO SÁENZ DE CABEZÓN (ES de C) —Llegamos el martes por la mañana… ya no recuerdo si era el lunes o el martes, tengo un poco de lío, pero llegamos a principios de esta semana por la mañanita. Ya directamente nos fuimos a recorrer la rambla, ver la agradable lluvia, el bonito viento, y después nos dedicamos ya de lleno al Science Slam todos estos días.

EC —En el comienzo presentemos esta experiencia que está teniendo lugar en estos días acá, que empezó el 12 de agosto y termina mañana. ¿Qué es el Science Slam Festival Uruguay?

ROCÍO RAMÍREZ (RR) —Es un evento único, sobre todo para nosotros que estamos acá en este paisito. Es una oportunidad de conocerlos a ellos y también para todos los académicos de acercarse al arte de la divulgación científica de una forma práctica y divertida. Y también de participar en un concurso –ahí todos estamos intentando llegar a algo– para copiarlos un poco a ellos de la mejor forma.

EC —Tú estás concursando.

RR —Sí, estoy concursando. Pero es mucho más de aprendizaje, de intercambio que de competencia en sí. Como que el concurso es una excusa para aprender y para quebrarnos un poco, en el mejor de los sentidos, para soltarnos, salir del mundo académico y lanzarnos al público y a la sociedad.

EC —Estos encuentros tienen su origen en Gran Bretaña, donde existe ya cierta tradición de festivales que mezclan el humor y la divulgación. Por lo que he leído, allí fue donde Eduardo hizo sus primeras armas.

ES de C —Allí fue. Hay dos formatos que están más presentes en el mundo, uno es el Science Slam, que es este, y el otro se llama FameLab. FameLab es un concurso de monólogos científicos que comenzó en el Reino Unido como en 2005 y a partir de 2008 se abrió a otros países, se abrió internacionalmente. España comenzó a participar en el año 2013, ahora mismo participan como 30 países de todo el mundo. Entonces en el año 2013 tuve la oportunidad de ganar la edición española y participé en el festival internacional, que es maravilloso. Por cierto, no hay ningún país latinoamericano participando de momento, quizás el primero sea Uruguay…

ES de C —¡La pelota que nos queda! A partir de aquella experiencia se plantearon la posibilidad de crear el grupo, la troupe, le pusieron The Big Van Theory…

ES de C —Sí. Vimos que el formato nos agradaba, era muy directo el monólogo científico, mezclar humor con ciencia en directo con el público. Nos gustaba, le veíamos posibilidades, entonces nos decidimos a lanzarlo a bares, discotecas, teatros, un poco a lo loco. Al principio llamábamos a gente: “¿Te importaría que hagamos esto en tu bar?”. La gente nos miraba un poco raro, pero lo comenzamos a hacer y casi al principio empezaron a llamarnos ya de teatros, de bares, y fue un éxito inmediato. Nos desbordaba realmente.

EC —¿Es posible hacer humor con la ciencia sin perder el rigor?

ES de C —Sí. En nuestro caso, al principio, como tiene que ver con la serie, nos gustó mucho una pregunta que nos hizo un periodista una vez, que decía: “Entonces vosotros utilizáis la ciencia para hacer reír”. Y dijimos: “Exactamente al contrario, utilizamos el humor para divulgar ciencia”. Es un poco al revés de lo que hace la serie, que nos encanta, por cierto, nos gusta mucho, pero se trata de eso. Nosotros nos basamos en trasmitir un contenido científico, riguroso, relevante y que pueda ser útil para la sociedad, y para que en la gente se despierte un poco el interés por las ciencias. Y nos envolvemos dentro de esa caparazón de humor para hacerlo más cercano, más digerible y más democrático de alguna forma, que no haga falta tener una formación en ciencia para tener ese interés. Se hace muchísima divulgación y muy buena en muchos formatos. Lo nuestro es un poquito un trampolín a esa divulgación más profunda que se hace en otros ámbitos.

EC —Y decidieron ponerle al grupo The Big Van Theory, que se parece mucho, engaña un poco. La serie es The Big Bang Theory y ustedes son The Big Van, o sea la teoría de la gran camioneta. Obviamente, de algún modo es un tributo.

ES de C —Sí, hay tres razones por las que escogimos ese nombre. La primera es la teoría del Big Bang, que es una de las dos grandes teorías que todo el mundo identifica con ciencia, la teoría de la evolución y el Big Bang. Cuando dices “la teoría de la evolución”, “la teoría del Big Bang”, ya sabes que son dos grandes marcos científicos. Esa es una, rápidamente identificable con ciencia.

Luego cambiamos el Bang por Van, como la furgoneta, por ir de un sitio a otro recorriendo como los titiriteros, como los cantantes la geografía en nuestro caso de España, los teatros. Y luego también era un guiño a la serie, por esa identificación entre ciencia y entretenimiento. La ciencia no tiene por qué ser divertida –es apasionante–, pero el acercamiento a la ciencia sí puede ser divertido. Entonces tomamos ese papel.

EC —Pero después le cambiaron el nombre. Por lo que vimos en la página de Facebook, ahora el nombre es Big Van, Científicos sobre Ruedas. ¿Qué ocurrió?

ES de C —Pues que no queremos andar hablando en todas las entrevistas de nuestra relación con la serie. [Risas.] Entonces para que no se identifique de una manera tan directa, lo modificamos.

EC —No es que hayan tenido algún reclamo, por ejemplo, que pudo haber pasado.

ES de C —Nada que podamos hablar aquí. [Risas.]

EC —Algo hubo.

ES de C —Sí, algo hubo.

EC —Vamos a escuchar algún ejemplo del tipo de monólogos que ustedes hacen.

Video: Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología

(Audio monólogo)

Un diamante es para siempre. Ehhh… depende de lo que uno entienda por siempre. ¡Un teorema, eso sí que es para siempre, siempre! El teorema de Pitágoras. ¿Eso es verdad? Eso es verdad aunque se haya muerto Pitágoras. El teorema de Pitágoras es verdad aunque se hunda el mundo. Aunque no haya final española en la Champions, el teorema de Pitágoras es verdad. Allí donde se junten dos catetos y una buena hipotenusa, el teorema de Pitágoras funciona a tope. Los matemáticos nos dedicamos a hacer teoremas, verdades eternas. No siempre es fácil saber qué es un teorema y qué es una mera conjetura. Hace falta una de-mos-tra-ción.

Imaginaos que tenemos un campo grande, enorme, infinito, la típica parcela vasca de tamaño medio. La queremos cubrir con piezas iguales, sin dejar huecos. Podemos usar cuadrados, podemos usar triángulos; círculos no, que dejan huequillos. ¿Cuál es la mejor pieza para hacerlo? Pappus de Alejandría en el 300 antes de Cristo dijo que lo mejor era usar hexágonos, como hacen las abejas. Pero no lo pudo demostrar, se quedó en una conjetura. ¡El mundo se dividió entonces entre pappistas y antipappistas! Hasta que 2.300 años después, Thomas Heigls de-mos-tró…

(Fin audio)

EC —Este es uno de tus éxitos, ¿no?

ES de C —Este fue el primer monólogo que hice y con el que gané el concurso FameLab, y lo sigo haciendo. Creo que lo he hecho como 300 veces o más, sin exagerar. Ha evolucionado un poco desde aquella primera vez; esta que habéis puesto es la final de FameLab en España.

EC —Vale la pena verlos. Porque no solamente es voz, hay además utilización de objetos, eventualmente gráficas, proyecciones, ¿no?

ES de C —No. Es un poco lo que estamos haciendo en el taller de formación aquí. Nuestros espectáculos se basan fundamentalmente en la palabra en directo.

EC —Pero yo te he visto con más elementos.

ES de C —Los objetos que uno pueda llevar que apoyen el discurso o que muestren lo que estamos hablando. Pero huimos de proyección y del uso de medios audiovisuales. Creemos que la palabra directa es mucho más poderosa que cualquier otra cosa y eso potenciamos.

EC —¿Cuánto duran estos monólogos?

ES de C —Normalmente entre tres y cinco minutos, algunos un poco más. Y el espectáculo completo es una hora. Más un turno de preguntas que abrimos en directo al público y que en nuestra experiencia es lo más divertido.

EC —¿En qué lugares hacen estas presentaciones? Algo ya mencionamos, pero ¿efectivamente se presentan en bares?

ES de C —Sí, hemos actuado en bares.

EC —¿Es una atracción nocturna?

ES de C —Sí. Hemos actuado en bares, en discotecas, hace poco me tocó actuar en Cataluña entre un big box y una DJ, y yo estaba ahí en la discoteca por la noche con esto. Teatros también, estamos fijos en un teatro en Barcelona y en otro en Madrid, y vamos recorriendo otros teatros más pequeños de España. Museos de ciencia, universidades, y algo que hacemos mucho es ir a centros educativos.

EC —Se dirigen a públicos muy distintos. En algunos casos públicos que ya tienen un interés en la ciencia, en otros no.

ES de C —En otros no.

EC —Cuando van a un boliche, a una discoteca, es a lo que salga.

ES de C —Eso es.

EC —Y el público ese, el del lugar, supongamos una discoteca, ¿sabe que ustedes van a estar, sabe de qué van a hablar, o es todo sorpresa?

ES de C —Hay de todo. Ha funcionado mucho el boca a boca entre nosotros, entonces hay mucha gente que dice: “Mirá, es una cosa de monólogos científicos, sé que no tiene buena pinta, pero vete que te va a dar […] que yo los he visto”. Entonces sí, tenemos un público muy muy variado. Ahora mismo andamos metidos en un proyecto nuevo que llamamos Ciencia en los Márgenes. Vamos por ejemplo a prisiones, a centros de personas sin hogar, hablamos de ciencia con ellos, porque entendemos que también es parte de la sociedad y de la cultura que queremos trasmitir.

EC —Lo que ustedes organizan una de esas noches no es un simposio sobre el tema tal…

ES de C —No.

EC —… se van sucediendo en el monólogo y van abordando temas muy distintos. Es como una ensalada de cuestiones científicas bien contadas.

ES de C —Efectivamente. El esquema del espectáculo es una pequeña presentación, más humorística. Nos vamos sucediendo un monologuista tras otro, como cuatro, cinco, seis monólogos de diferentes temas. En nuestro grupo hay biólogos, físicos, matemáticos, ingenieros, y se van sucediendo los temas uno detrás de otro. En el grupo en realidad somos 17, porque queríamos un número primo…

EC —¡Tenía que ser primo, obviamente!

ES de C —Claro, estábamos muy descontentos siendo solo 12, entonces al final 17 es el número que tenemos. Pero en cada espectáculo actuamos cuatro o cinco personas.

EC —¿Qué diferencia hay entre uno de ustedes y un profesor?

ES de C —Somos profesores algunos de nosotros. El profesor tiene un público delante o tenemos un público delante que está forzado a estar ahí, que en principio tiene un interés –aunque no siempre eso está garantizado–, y tienes, además de despertar el interés, tienes la obligación, o el estudiante tiene el derecho de formarse en la materia a la que está yendo con todo rigor. Entones ahí sí, aunque yo personalmente en clase pueda utilizar en momentos el humor o este tipo de estrategias para despertar el interés por los temas, luego viene la parte árida, la parte metodológica o metódica, que no es menos apasionante, aunque sí que es verdad que a veces la cosa cuesta y se pone difícil y el profesor es el que está ahí.

EC —Está claro que ustedes no ponen pruebas, no ponen exámenes…

ES de C —¡Pero es una idea! [Risas]

EC —… no colocan juicios, notas al público. ¿O sí?

ES de C —No, de momento no, pero…

EC —No entregan certificados ni diplomas…

ES de C —No. [Se ríe]

EC —¿Viven de la profesión, de esta profesión de monologuistas?

ES de C —Ahora mismo hay cuatro personas del grupo que viven de ello, y una persona que digamos hace la infraestructura, una persona que tenemos contratada para la secretaría de todo lo que está pasando en torno al grupo. Esa es una de las cosas por las que más contentos estamos, porque una idea y un echarse para adelante a hacer las cosas que te vienen a la cabeza ha redundado en que hoy haya cuatro personas que pueden vivir de esto.

EC —Viven exclusivamente de eso. En el caso tuyo no…

ES de C —No.

EC —Tú al mismo tiempo continúas con tu tarea de científico de verdad, en serio.

ES de C —Sí, sí. [Risas] No es que mis compañeros sean menos científicos, pero sí, mi labor cotidiana es la investigación en matemáticas y la docencia.

EC —Entonces tienes una opción por el multiempleo, digamos, algo de eso.

ES de C —Sí, creo que tengo una opción por la multilocura y entonces trato de llevar las tres locuras a la vez.

EC —En esta época estás de vacaciones en tu actividad académica.

ES de C —Sí.

EC —… pero cuando empieza el año en serio ¿también hacés las dos cosas?

ES de C —Sí. Como somos 17 no todos vamos a todos los espectáculos. Yo tengo clases todos los días, voy a las actuaciones que no coinciden con los días en que tengo clase o las que me tocan muy cerca geográficamente. Y el resto las va haciendo el resto del grupo.

***

EC —¿Se puede medir la Tierra con un palo de esos para sacar selfies? ¿Qué es más romántico: regalarle a tu pareja un diamante o un teorema? ¿Qué es más fácil: aprender el número atómico del boro o el nombre del arquero titular del Real Madrid?

Con este tipo de reflexiones pierden la cabeza los miembros de Big Van.

***

EC —Esa experiencia que ustedes desarrollaron en Europa ha generado una reacción en cadena en distintos lugares, en especial en América Latina, por ejemplo en México, donde hubo un festival en el que ustedes participaron, en Colombia, y en Argentina. ¿Qué tal ha funcionado este intercambio?

ES de C —Ha funcionado perfectamente. Por un lado nosotros aprendemos un montón de la gente con la que nos vamos encontrando. Se trata más de compartir que de enseñar. Nosotros compartimos nuestra experiencia, y en todos los países hay una experiencia previa, entonces la compartimos.

En Medellín, Colombia, hay un museo maravilloso llamado Parque Explora, y allá ya hay un grupo de monologuistas científicos a partir de los talleres que empezamos a dar, se fueron formando; Homonologus se llaman. En Buenos Aires hay un grupo de stand up que se estuvo presentando hace 15 días en Tecnópolis y en algún bar también. En México fuimos a la Feria del Libro de Guadalajara del año pasado con un libro que editamos, y allí se hizo un Science Slam también, formación para científicos en las artes escénicas para divulgación, y empieza a salir un grupito también. Y aquí, por lo que estamos viendo en el taller, hay muchísimo talento y confío en que va a salir un grupo creo que mejor que el nuestro… [Risas.]

EC —¿Cómo llegan los Big Van a Uruguay, Rocío?

RR —Con una alegría bárbara. Estamos todos muy contentos. De hecho, hace meses que varias personas se habían inscrito para el taller y estaban con muchas expectativas, ya diciendo “esto va a estar buenísimo”, “no me animo, tengo miedo, pero lo quiero hacer”, “son unos genios”. Es una oportunidad única que esperamos poder aprovechar. Y sería genial armar un grupo de uruguayos.

EC —Tengo entendido que la iniciativa provino de la Unesco acá en Montevideo y terminó plasmándose a partir del apoyo de la Agencia Nacional para la Investigación y la Innovación (ANII).

RR —Sí. La ANII ha hecho muchas apuestas en los últimos años a promover la divulgación científica, y tiene un llamado anual en general para proyectos de divulgación científica en Uruguay. Unesco increíblemente se presentó con esta idea maravillosa, la ANII le aprobó el proyecto y lo apoyó económicamente. Suena raro, porque decís la ANII, Unesco… Pero gracias a estas sinergias es que se logran estas cosas. Es un proyecto supernovedoso. Si bien ha habido muchos proyectos en Uruguay, el formato lo hace espectacular.

EC —Rocío es bióloga y tiene un máster en Comunicación Científica de la universidad catalana Pompeu Fabra. Trabaja en comunicación en el Instituto Clemente Estable. Entonces, ¿cómo es que estás dando ahora este salto?

RR —[Se ríe] Antes de recibirme de bióloga empecé a tratar de saltar hacia la comunicación científica gracias a los pioneros en el Uruguay, a algunos profesores de Facultad de Ciencias –como Ernesto Blanco, que tiene programas en la tele ahora– que fueron profesores míos. Ahí como que me enamoré de esa pata científica. Y de a poco empecé a hacer algunas actividades como podía, porque había muy poca cosa hace 10, 15 años acá. Y decidí hacer un máster profesional porque quería trabajar en comunicación científica. Y tengo mi veta escénica también, me gusta mucho cantar, voy a ver si la puedo poner en práctica.

EC —Vamos agregando ingredientes…

RR —Sí, me gusta mucho cantar, he cantado y creo que hay que animarse a hacer estas cosas, porque siempre llegan mucho más. Cuando la comunicación se hace con elementos artísticos o emotivos, cuando emociona, logra trasmitir sensaciones, sentimientos y sobre todo la pasión, además del contenido y el rigor, que es fundamental para tener credibilidad, esa es la clave del éxito. Ahí podés comunicar realmente, porque hay mucha cosa pero es muy difícil llegar.

EC —Eduardo, ¿ustedes han ensayado esto de que en las presentaciones también exista el canto, la música?

ES de C —Uno de los matemáticos canta, […]. Yo no canto; bueno, canto, pero el mundo se iría de la órbita, entonces prefiero no hacerlo, por seguridad general, por compartir con la gente del mundo que todavía tenemos. Santi canta y tiene una canción sobre el teorema de Fermat que utiliza en uno de los monólogos. Y ahora uno de los finalistas del último FameLab en España, que muy probablemente se va a incorporar al grupo, se llama Manuel y hace coplas sobre los planetas, la muerte de las estrellas. Es maravilloso, es hilarante.

EC —Ahí directamente la presentación es en verso.

ES de C —En verso y con música.

EC —Rocío, ¿para qué quieren desarrollar esa movida, esta tendencia acá en Uruguay?

RR —Hay muchísimos motivos por los cuales hacer esto tiene mucho valor. Básicamente por qué comunicar ciencia o por qué acercar la ciencia a la sociedad y democratizar el conocimiento.

EC —Para empezar, supongo que lo que buscan es romper barreras, tirar abajo barreras, que la mayoría de la sociedad deje de pensar que eso es algo inaccesible, árido.

RR —Sí. Y la barrera también se da al revés, los científicos tienen que romper la barrera y animarse a integrarse a la sociedad, no solo haciendo proyectos de investigación vinculados al sector productivo, sino también acercándose a las realidades sociales y a los intereses y a los miedos, los mitos y las controversias que hay en torno a la ciencia y la tecnología, porque hoy en día está moldeando nuestra vida en forma acelerada.

EC —Por un lado buscan comprensión mutua entre la sociedad y los científicos, los científicos y la sociedad.

RR —Sí, acercamiento, interacción.

EC —¿Buscan también que haya más científicos?

RR —También. ¿Por qué no? Sí. Una de las patas de la comunicación científica es generar vocaciones. Sobre todo en algunos países del mundo, pero creo que en Uruguay también. Hay iniciativas muy buenas, como los clubes de ciencia, que tienen muchísimos años de trayectoria. Pero los motivos son muchos. El motivo que a mí más me gusta –más allá del práctico y el necesario, como la parte de responsabilidad social que siempre le veo– es el disfrutar de la vida. Cuando tú podés conocer el mundo a través de la ciencia encontrás un goce particular, el goce del conocimiento y de comprender lo que tenés enfrente, y de maravillarte pero con entendimiento. Será porque a mí me pasa, pero me encantaría poder contagiar eso, la maravilla de saber por qué el olor a frito es una reacción química, o el olor a lluvia, por ejemplo –hay un artículo en internet que leí como tres veces–, ya tiene nombre la molécula.

EC —Muy interesante eso de disfrutar de la vida o trasmitir, contar el disfrute que tú sentís cuando hacés ciencia. O sea, no sos una nerd horrible.

RR —En mi caso para nada, porque incluso dejé la ciencia.

EC —Ellos en sus presentaciones se meten con el tema de los nerds. Lo hacen por ejemplo en este monólogo.

(Audio monólogo)

Y si sois frikies seguramente también habéis sido empollones en el instituto y en la universidad. Nosotros también. Yo he sido un empollón todo el instituto y toda la universidad. Y nuestro primer mensaje es: empollones, estamos con vosotros; frikies, estamos con vosotros.

Ser empollón y ser frikie es bueno, no es malo. No dejéis que os digan en el instituto que es malo. No tiene nada de malo saberse los nombres, las identidades secretas de los vengadores y de los X-Men y no saberse quién es el portero titular del Real Madrid –que ahora mismo no lo tiene claro nadie tampoco–. No tiene nada de malo saberse el número atómico del boro y no tener ni idea de qué pinta tiene un sujetador de la 95, caso que sepa lo que es un sujetador, que yo no lo aprendí hasta los 30.

No tiene nada de malo, esa es una cosa que os voy a decir. Eres empollón durante todo el instituto, las tías no te miran. No es tu culpa, son ellas, todas, todas. He hablado para los chicos frikies; también hay chicas frikies, también están fuera de […]. Así que cuanto antes […], mejor. Más tiempo para estudiar y para jugar al Minecraft, que […].

(Fin audio)

EC —Hay varias preguntas de la audiencia. Por ejemplo: “Entiendo que esas actividades seguramente son muy divertidas, pero ¿realmente los asistentes aprenden algo?”.

ES de C —Sí, es la reacción que tenemos normalmente. Y es nuestra intención, cuando redactamos un monólogo tratamos de ponernos en el lugar del público que nos va a escuchar y decimos: ¿cuál es la idea o cuáles son las dos o ideas que quiero que se lleve una persona que escucha esto, mientras se lo está pasando bien o mientras está entretenida? ¿Qué es lo que quiero que al final del monólogo se lleve? Y en torno a esa idea o dos ideas estructuramos todo el texto del monólogo. Y sí es verdad que luego –lo vemos mucho en el turno de preguntas– se despierta una curiosidad por los temas que hemos tratado y quizás no es el 100 % de los casos –yo soy matemático y hay que mantener el rigor–, pero un porcentaje muy alto de la gente sí que se lleva cosas nuevas.

EC —Pablo consulta: “¿Hoy por hoy tú cómo te sientes, más científico o más humorista?”.

ES de C —Hoy por hoy es hoy al cuadrado. Me siento las dos cosas, pero si he de decir, me siento más científico. Sería un poco arrogante de mi parte decir que soy un humorista como tal. Me siento más científico.

EC —Majo quiere saber si en el grupo puede haber abogados.

ES de C —Lo estamos consultando con nuestros abogados y esperamos poder meter alguno. No tenemos restricción del tipo de conocimiento que se trasmite, venimos del mundo de las ciencias experimentales y lógicas todos, pero si hemos dejado entrar ingenieros, ¿no vamos a dejar entrar abogados o sociólogos o psicólogos? Sí, ¿por qué no?

EC —No es cuestión tampoco de generar roces o enfrentamientos con algunas profesiones.

ES de C —No no no no, somos un grupo muy inclusivo.

EC —Pregunta Roberto si conocen el librito Todo lo que sé de ciencia lo aprendí mirando a Los Simpson, de Claudio H. Sánchez. Dice que es imperdible.

ES de C —Ah, pues no lo conocía y agradezco la referencia. Sí que conozco Las matemáticas en Los Simpson, de Simonds Singh, y es muy interesante. Así que le echaremos un ojo a ese libro.

EC —Y por supuesto tengo varias preguntas como la de Marta de Colón, que dice: “Me encantó. ¿Dónde van a estar?”. ¿Se los puede escuchar, se los puede ver en directo?

ES de C —Sí…

RR —Yo en particular quiero recomendarles –no sé qué palabra poner–, tienen que ir sí o sí, es imposible que vayan y no se mueran de risa. Esto es imperdible de verdad. Tienen que ir. Vamos a estar todos en el Mercado [Agrícola], porque es la final del concurso, pero ellos en particular van a estar hoy en el Planetario, y creo que va a haber otro espectáculo también.

EC —Tengo acá la programación de hoy en el Planetario: de 17 a 21 horas visita libre a Ciencia Viva; de 17 a 18 Amores y Zodíaco, a cargo de Marta Ramos.

RR —Es una uruguaya que […] astronomía, que tiene su propio monólogo. La conocimos por suerte ahora. Y luego van a estar ellos.

EC —De 18 a 19.30 los Big Van, Científicos sobre Ruedas.

ES de C —Y el sábado estaremos en el Mercado Agrícola.

EC —Esa es la última posibilidad, mañana en el Mercado Agrícola de Montevideo. La cosa empieza a las 14 con la apertura de stands científicos de Uruguay, exposición de afiches, de 15 a 16 Las cartas mágicas, teatro científico para niños, con Lucía Calisto, de Uruguay. Y de 18 a 19.30 será la función final de Big Van. Pero antes, Rocío…

ES de C —… el plato fuerte…

EC —… de 16 a 18, gran final del concurso de monólogos científicos del Science Slam Festival Uruguay.

RR —Si quieren ir a reírse de lo mal que lo hacemos… [Se ríe]

EC —Durante dos horas, de 16 a 18, se puede ver a los que se presentan.

RR —Se puede ver a los uruguayos que nos presentamos, que somos 50. No sé si todos vamos a presentar.

ES de C —No, por la mañana habrá una clasificatoria para que en la final haya unos 10 monólogos de la gente de Uruguay, que va a ser una destilación de lo mejor. Así que yo les recomiendo de verdad que vayan.

EC —¿Quiénes juzgan, quiénes integran el jurado?

ES de C —El jurado está formado, hasta donde yo sé, por una persona de Unesco, probablemente sea Ernesto Fernández, que es un poco alma mater de que estemos aquí; por la verdadera alma mater de que estemos aquí y de que Science Slam se haga, que es Marga Gual, una científica española también, aunque trabaja en EEUU y está en la Asociación Internacional de Jóvenes Científicos, y probablemente esté uno de los miembros de nuestro grupo Big Van.

EC —Alguno… No se nos ocurre quién puede ser.

ES de C —No lo tenemos claro, lo echaremos a la pajita más corta.

EC —¿Y el público? ¿El público también puede votar?

ES de C —Pues creo que Science Slam tiene un formato en que el grupo interviene en la votación. Así que si tienen algún familiar que va a participar, todos ahí.

***

EC —¿Qué viene después de la actividad de mañana, después de ese concurso? ¿Qué va a pasar entre Uruguay y los Big Van? ¿Qué va a pasar en Uruguay?

RR —Esperemos que pasen muchas cosas…

EC —¡Una gran detonación!

RR —[Se ríe] Estaría genial. El contacto está hecho, y tenemos a Ernesto [Fernández], de la Unesco, que es un gran entusiasta y promotor en toda América Latina, por lo menos, de la ciencia. Es como el embajador de la ciencia en América Latina. Esperemos poder armar algo con Marga y con Ernesto para continuar.

ES de C —Después de un Big Van viene la expansión del universo, y en esta expansión entra el Uruguay de lleno. Y de verdad, no lo digo por estar aquí y ser educado, de verdad que en el taller estamos viendo mucho talento, sería una pena que eso no continuara. Uno de los objetivos del taller es precisamente crear lazos entre los científicos locales que tienen este interés y esta pasión. Porque la pasión realmente mueve muchas cosas que a lo mejor si solamente pensaras racionalmente no harías. Así que es uno de los objetivos, y yo confío en que va a haber monologuistas científicos aquí y en que se le va a dar un tono nuevo a la divulgación también en Uruguay.

EC —Rocío, suerte mañana. Eduardo, suerte también en lo que sigue, en lo que viene.

ES de C —Tenemos muchos proyectos por delante, así que la vamos a necesitar.

Vea el video de la entrevista

Video: TEDx Talks

***

Transcripción: María Lila Ltaif

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