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Con un par de días de diferencia dos países árabes sufrieron catástrofes naturales que dejaron miles de muertos, desaparecidos y desplazados.
El 8 de este mes de setiembre, Marruecos fue sacudido por el peor terremoto en su historia. El saldo, hasta ahora, es de unas 3.000 personas muertas y casi la misma cantidad de heridas de gravedad. Además, según estimaciones de la ONU, hay casi 300.000 personas afectadas por los destrozos de viviendas e infraestructura.
Dos días después, el domingo 10, la tormenta Daniel se abatió sobre el este de Libia y las lluvias torrenciales provocaron el colapso de dos represas, lo que ocasionó una tromba de agua que arrasó a la cercana ciudad de Derna, dejando hasta ahora cerca de 3.300 muertos y 10.000 desaparecidos.
El denominador común de las dos catástrofes ha sido la respuesta deficiente de los Estados, uno, el de Marruecos, afectado por altos niveles de corrupción, el otro, el de Libia, desquiciado por años de guerra civil.
Pero estas noticias no son las únicas que concitan la atención en el mundo árabe en estos días. El pasado sábado se cumplió un año del asesinato de Mahsa Amini, la joven iraní que murió estando detenida por la policía, por haber violado el código de vestimenta para las mujeres que rige en su país. El aniversario dio pie a manifestaciones que fueron reprimidas con dureza.
Analizamos estos episodios y el papel que está jugando en ellos la comunidad internacional.
Conversamos En Perspectiva con Susana Mangana, experta en islam y mundo árabe.
Destaques de la entrevista:
- "Todo ha sido un desatino y esto lo único que que nos hace pensar es que cuando hay tragedias de esta magnitud en países como, España, que sufrió también a Daniel en la en la zona mediterránea y Grecia que en las últimas semanas de agosto y primeras de septiembre también, no ha habido esa cantidad de muertos por la capacidad de respuesta del Estado que es otra".
- "Eso es lo que tenemos que denunciar, que la comunidad internacional está fallando a la hora de exigir controles, no solo a la hora de dar dinero para una cooperación puntual, sino luego. Tiene que haber un monitoreo de cómo se gastan esos dineros, porque de lo contrario solo van a enriquecer los bolsillos de estos señores de la guerra que están pensando en enriquecerse ellos y sus hijos, en controlar un país riquísimo, pero no en brindar servicios a los ciudadanos".
- "En Marruecos la monarquía hace prevalecer los privilegios de una élite financiera y empresarial, pero que tiene desatendida a la población rural en la zona del Atlas y que ahora viven en carpas y van a seguir viviendo allí por muchos meses, incluso años, antes de que puedan reconstruir algún tipo de choza o algún lugar que puedan llamar vivienda".
- "Seguimos haciendo las cosas tan tremendamente mal que realmente estamos habilitando la puerta para que siga habiendo desplazados forzosos internos en los dos países y luego lo que llamamos refugiados climáticos y refugiados económicos que quieren cruzar el Mediterráneo".
- Marruecos: "Dentro del país nadie va a osar criticar la gestión de la crisis por parte de la monarquía y de las autoridades locales, aunque saben que falta infraestructura, aunque saben que no ha habido inversión que debiera haberse hecho hace ya mucho tiempo, pero creo que todavía en Marruecos la monarquía goza de salud".
- Libia: "Quizás esta sea una oportunidad para forjar una mayor unión entre los dos gobiernos que era inexistente, o sea, no se comunicaban. Cada uno gobierna en su zona, intenta arañar cuotas de poder al otro. Quizás ahora con la llegada de esta ayuda internacional y del dinero que han prometido algunos países tengan que coordinarse mejor. Incluso algunos apuntan que podría forjarse otro nuevo gobierno de unidad nacional. Yo creo que hay que ser cauto en estas cosas".
- "La ciudadanía ya ha normalizado la corrupción, ha normalizado no esperar nada de sus autoridades y no es que sean sumisos han demostrado que son capaces de alzarse en contra de los poderes, pero recordemos que lo damnificados están en la ciudad de Derna están demasiado destrozados y en shock todavía como para poder formar un un grupo de oposición al mariscal".
- "Creo que lo que tiene que haber es un cambio en la gestión de la comunidad internacional hacia estos países. No puede ser que sigamos trabajando con líderes que sabemos que incurren una y otra vez en prácticas de corrupción, de corruptela, de clientelismo. El Banco Mundial en eso está fallando, ese buen gobierno del que tanto presumen sus páginas después realmente no se concreta. Libia y Marruecos son experimentos fallidos y podríamos seguir por países africanos".