Foto: En Perspectiva
El fallecimiento del arquitecto Mariano Arana, ocurrido ayer, abre varias lecturas a proposito de su vida y su obra.
Lo más visible en los últimos años fue su carrera política: como intendente de Montevideo en dos períodos (1995-2005), como senador, como ministro de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente y, al final de su carrera, como edil.
Pero antes de todo eso estuvo su trabajo como docente en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de la República.
Y, como un derivación de aquella etapa, hubo un hito particularmente destacado que fue, en la década de 1980, la creación del Grupo de Estudios Urbanos (GEU). En plena dictadura, aquella iniciativa creó conciencia en la población sobre la importancia de la protección del patrimonio edilicio de Montevideo y logró frenar la destrucción de inmuebles emblemáticos, como el viejo Hotel Colón, hoy sede de Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Uruguay.
Pero además se convirtió de hecho en una modalidad alternativa de resistencia al gobierno de facto. Los documentales creados por el GEU donde se denunciaba la destrucción de verdaderos monumentos históricos, trascendieron los círculos de la arquitectura para exhibirse en todo tipo espacios, como clubes de barrio, parroquias, escuelas y asociaciones culturales, donde congregaba a centenares de personas que se quedaban a las discusiones abiertas que se organizaban al final de cada proyección.
Rescatamos aquel trabajo de Mariano Arana, que tanto impacto tuvo y que, entre otras cosas, lo catapultó al conocimiento público.
Para eso conversamos En Perspectiva con uno de los integrantes de aquel Grupo de Estudios Urbanos: el arquitecto y docente Andrés Mazzini, hoy miembro de la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación.