Foto: Jordan Vonderhaar / GETTY IMAGES NORTH AMERICA / Getty Images via AFP
Las secundarias de Columbine y de Parkland, la universidad de Virginia Tech, la escuela Sandy Hook. Son muchos los establecimientos educativos en EEUU cuyos nombres han quedado tristemente asociados a tiroteos masivos.
Esta semana se sumó uno nuevo: la escuela primaria de Uvalde, en el estado de Texas, cerca de la frontera con México.
Un joven de 18 años, de nombre Salvador Ramos, disparó en el rostro a su abuela en su casa, se subió a su camioneta y condujo a alta velocidad, hasta chocarse contra la pared de la Escuela Primaria Robb. Llevaba un rifle de asalto.
Había un guardia armado en el lugar con el que intercambió disparos, otros dos policías llegaron enseguida y también intentaron abatirlo, pero no pudieron.
Ramos entró a un salón de clases y mató a al menos 19 niños y dos maestros. Otros niños quedaron heridos.
El asesino permaneció una hora más dentro del edificio, hasta que un equipo táctico de las fuerzas de seguridad entró y lo abatió.
La de Uvalde es la mayor masacre en una escuela desde que 20 niños y seis educadores fueran muertos en 2012 en la matanza de Sandy Hook, una escuela ubicada en la ciudad de Newport, estado de Connecticut.
Entre esos dos hechos, sucedieron al menos siete tiroteos escolares más, en los estados de California, Michigan, Florida, Kentucky y también en Texas, en aquel caso en la ciudad de Santa Fe.
¿Por qué se repiten tanto masacres de este tipo en EEUU? Lo conversamos con Guadalupe Correa-Cabrera, quien es doctora en Ciencias Políticas, profesora asociada en la universidad George Mason en el estado de Virginia.