Sanguinetti
Sturla está «ignorando la historia» al decir que hace 100 años hubo «un plan para descristianizar al país»
El sábado en la Misa de Gallo en la Catedral Metropolitana el arzobispo de Montevideo, cardenal Daniel Sturla, pidió a los cristianos que «no se queden introyectando dentro suyo ese balde laicista que hace 100 años le han puesto a este país. Con un dogma que es que lo religioso, si es católico sobre todo, tiene que quedar en el ámbito de la conciencia individual. Esa es la negación de lo que es el cristianismo»
En entrevista con En Perspectiva, el ex presidente Julio María Sanguinetti opinó que Sturla incurre en un «error» al «plantear esos debates de modos sesgado y torcido». «La laicidad no es estar en contra de las religiones sino que el estado es imparcial hacia ellas, que es totalmente distinto», aseguró .»Decir que acá hace 100 año hubo un plan para descristianizar el país, en una especie de cosa diabólica, es ignorar totalmente la historia. Hubo un país que resolvió que iba a tener ley de divorcio y la Iglesia de le época estaba en contra. Había una Iglesia dominante que impartía códigos morales, que subordinaba a la mujeres, se opuso al divorcio, a las escuelas mixtas de un modo violento», agregó Sanguinetti.
«Me parece bien que la Iglesia católica haga campaña en la Navidad porque es una gran institución social, pero no mezclemos los tantos. Una cosa es la convicción religiosa y otra cosa es la relación Estado con religión. Además está en la Biblia: A Dios lo que es de Dios y al Cesar lo que es del Cesar», finalizó.
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10 Comentarios
Muchas de las reacciones expresadas durante estos días parecen demostrar que Sturla tenía razón. Respeto a que alcanza con mencionar ciertos temas para que surja, como un resorte, una actitud crítica hacia lo católico.
Sanguinetti dice que no existió un plan para descristianizar el país. ¿Qué fueron entonces originalidades tales cómo inventar una Semana de Turismo coincidiendo con las fiestas principales del cristianismo, o nombrar como Día de la Familia o Día de las Playas a fiestas cristianas? Me temo que a ningún país occidental se le ocurrió cambiarle el nombre a la Navidad. Pero sí al batllismo de principios de siglo. Si eso no es un intento de descristianizar, en todo caso lo será de un laicismo dogmático, y no de laicidad.
El resumen de la entrevista que incluye En Perpectiva va al tono: «dios» escrito con minúscula, y «César» con mayúscula…
Un nombre propio se escribe con mayúscula y, ocasionalmente, un cargo público: César es ambas y dios no.
Genial¡¡¡ Sr. Alejandro Bluth.
Parece Pedro que no comprendió las palabras de Julio, justamente se refiere a una separación de la Iglesia del Estado. Por lo que partiendo de esa premisa, es bastante lógico que las principales festividades Cristianas sean llamadas por un nombre «laico». Porque le pregunto, tiene más derecho denominarse Navidad que sol invictus o alguna otra fiesta previa al propio critianismo? La iglesia católica debería, en lugar de sentirse discriminada, sentirse orgullosa que sus principales festividades son festejadas en todo el país, mientras que otras religiones o culturas no poseen tal beneficio.
si para separar iglesias de estados fuera necesario modificar los nombres de las festividades cristianas que las sociedades han hecho tradicionales, casi todos los países occidentales se han equivocado, .
Comparar la relevancia para nuestra sociedad de la Navidad con la fiesta del sol invicto me parece poco pertinente. Utilizamos habitualmente en español denominaciones romanas para los meses y los días de la semana, y me parece que a quienes no creemos en la existencia de Marte o Mercurio no nos molesta. Porque, justamente, son para todos tradicionales. Siguiendo su criterio tal vez sería conveniente modificar tales denominaciones para no ofender a quienes, por ejemplo, tenemos escasa simpatía por Saturno.
Ese es exactamente el problema. Que para muchos millones de personas monoteístas, pero sería lo mismo si fuéramos pocos, «Dios» es el nombre que habitualmente le damos al dios en el que creemos. Seguramente usted no escribe yahvé, krishna, alá, jehová o quetzacoatl con minúscula, aunque no crea en la existencia de estas entidades. Es el mismo caso. La frase que cita Sanguinetti la dice Jesús en el Evangelio y no refiere a un dios en términos vagos, sino al que los judíos de la época consideraban el único dios, o sea a quien llamamos en español, por lo común, «Dios».
Esta realidad se refleja, por ejemplo, en la prensa por lo menos occidental, que usted seguramente conoce más que yo. Difícilmente se escribe «dios» en las publicaciones cuando se refiere a este específico dios. Con la excepción, claro, de El Día de cierta época, que, como todo suceso excepcional, nos resulta fácil de recordar.
Pero si no lo convence el argumento anterior existe otro muy relevante. Sanguinetti está realizando una cita del Evangelio. Como usted sabe cuando hacemos citas corresponde que respetemos estrictamente el texto original. Y no conozco ninguna versión del Evangelio que en este pasaje escriba «dios» en lugar de «Dios».
El nombre de un día feriado tradicional no cambia un país. La educación mixta y el divorcio se ubican dentro de un contexto de auténtico progresismo de nuestra Republica.
Chapeau para Sanguinetti.
En este caso su argumentación es más que sólida. Es irrefutable.
“Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”
Pese a su origen evangélico, “Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”, es enarbolado como verdadera bandera por el LAICISMO.
Pero lamentablemente, sin comprender bien su origen, toma las palabras textuales y las emplea a su conveniencia.
Limitarse a dar al César lo que es del César, sin reconocer a Dios lo que es de Dios, significará indefectiblemente dar al César lo que es de Dios.
En general, el tema se resuelve restringiendo a Dios, al ámbito de la vida privada, y tratar de poner una mordaza a quienes profesan una religión.
Pero esto implica presuponer que a Dios no le interesa la vida pública, lo cual, si le preguntamos a Dios, nada más lejos de la realidad.
Al menos, no es a los cesaristas que les corresponde decidirlo. Más bien sucede al contrario: la religión significa un culto y un compromiso público con Dios y su pueblo, sobre todo el oprimido y excluído.
No puede no haber un poder espiritual; o se niega esa dimensión, como hace la religión laicista de la modernidad, o se le reconoce a Dios y su pueblo.
Siendo respetuoso del derecho de César y aún más aún por el derecho de los oprimidos por César.
deseándo que comprendan el verdadero mensaje cristiano, sobre todo en nuestro tiempo,
los saluda fraternalmente,
marie
Claro que hubo un plan. Basta leer el discurso de asuncion de Batlle…
1/3/1911
«Yo, José Batlle y Ordóñez, juro por Dios y estos Santos Evangelios, que desempeñaré debidamente el cargo de Presidente que se me confía; que protegeré la Religión del Estado, conservaré la integridad e independencia de la República, observaré y haré observar fielmente la Constitución».
Hizo una pausa, para continuar con inquebrantable voz:
«Permitidme que, llenado el requisito constitucional, para mí sin valor, a que acabo de dar cumplimiento, exprese en otra forma el compromiso solemne que contraigo en este instante. Juro por mi honor de hombre y de ciudadano que la justicia, el progreso y el bien de la República, realizados dentro de un estricto cumplimiento de la ley, inspirarán mi más grande y perenne anhelo de gobernante».