En teoría, uno se acerca a la jubilación o ya está en edad de jubilarse, y se encuentra con mayor libertad, pero eso no para todo el mundo es positivo.
Algunos encuentran esa libertad abrumadora, extrañan a los hijos que se van del hogar o pasan de los hijos a los nietos sin escalas y sienten que les faltó espacio. Otros, simplemente se aburren. Esa franja etaria, los mayores de 50 años, una etapa que podríamos llamar “la madurez”, implica varios desafíos.
En ellos se centran los nuevos talleres con fines terapéuticos con los que está trabajando la psicóloga Beatriz Angulo. En lugar de una terapia individual, la idea es que varias personas compartan sus experiencias. Y que, juntos, se encaminen hacia una reinvención, por eso el taller se llama: “+50, reinventándonos”.
Para saber qué forma puede tener esa reinvención, recibimos a Angulo.
