Foto: Twitter Oficial de UPM Uruguay
Ya estamos cerca de la inauguración de la segunda planta de UPM, en Pueblo Centenario, Durazno.
Cuando eso ocurra, Uruguay será uno de los cinco mayores productores de celulosa en el mundo.
Paralelamente, el avance de la computación y los teléfonos celulares está haciendo bajar el consumo del papel que antes se destinaba a diarios, revistas, facturas, boletas, expedientes, etc.
Entonces muchos de ustedes pueden preguntarse, ¿cómo se justifica que se siga plantando arboles y se instalen plantas de celulosa cada vez más grandes en Uruguay?
Este debate es muy interesante y lleva a analizar qué relación existe hoy entre el desarrollo y el consumo de madera, celulosa y papel.
Los productos derivados de la madera y la celulosa son muy variados y el papel de impresión, que es el primero en el que solemos pensar, es sólo uno de ellos. Este es el que tiene un consumo a la baja y por el cual creemos que el papel tiene cada vez menos consumo mundial.
Sin embargo, muchos de los productos que se generan a partir de la celulosa y de la madera actualmente tienen una demanda creciente. Por ejemplo, aquellos que buscan sustituir a elementos como el plástico u otros derivados del petróleo.
A nivel mundial hoy la madera es un punto de partida para cambiar la matriz productiva actual y revertir varios problemas climáticos. Y Uruguay, como nuevo país forestal, tiene una oportunidad única para formar parte de ese nuevo desarrollo.
Estas consideraciones no son mías, sino que están en un correo electrónico que nos escribió el ingeniero químico Rodrigo Coniglio, docente de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de la República, que se encuentra en Alemania completando un doctorado en Ciencias Naturales e investigando estas nuevas tendencias. Conversamos En Perspectiva con él.