Desde la audiencia, Germán comenta su experiencia pagando un taxi con tarjeta de crédito y el avance técnico que le permitió autorizar la transacción y recibir la constancia en su correo.
Estoy en Nassau [Bahamas] en viaje de trabajo; llegué hoy y pagué el taxi del aeropuerto con tarjeta de crédito. Hasta ahí, nada fuera de lo común.
Lo novedoso para mí fue que la señora taxista tenía un accesorio diminuto (HW) conectado a un teléfono móvil para leer la banda de la tarjeta. La aplicación (SW) permite al cliente confirmar la transacción y firmar (sí, con la uña o con la yema del dedo, sobre la pantalla del teléfono). Al poco rato, ¡Voilà!, tengo el recibo en mi casilla de correo.
Asunto arreglado, no se hable más de los POS en Uruguay.
Germán Gavagnin
Vía correo electrónico
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