Recibimos la siguiente carta de un oyente acerca de la inclusión de personas con discapacidad, motivado por el recital de Marc Anthony en el Estadio Centenario del jueves 14 de marzo de 2016, al que asistió con su hermana en silla de ruedas.
Hace muchos años que con mi hermano seguimos a Marc Anthony. Fuimos a verlo en Santiago de Chile y también las dos veces anteriores que vino a Montevideo. Siempre disfrutamos mucho de sus conciertos. Es una linda experiencia, que garantiza un concierto de calidad; lleno de luz y color. Pero esta vez fue diferente, porque fuimos con mi hermana de 30 años en silla de ruedas.
Todo comenzó hace un mes cuando compramos las entradas. Sería su primera vez en un concierto de su artista preferido. Sabíamos que no todos los lugares ofrecen acceso para silla de ruedas y, dado que teníamos que viajar desde Young, Río Negro, fuimos precavidos. Con anticipación compramos las entradas. En Abitab nos dijeron que los organizadores nos garantizarían el acceso y que nos ubicarían en el lugar que pagamos o, en su defecto, en uno mejor; no había un lugar específico para sillas de ruedas. Compramos unas que nos ubicarían en el medio de la tribuna.
Llegamos a Montevideo la noche anterior. Nos preparamos temprano y una hora antes nos dirigimos al Estadio Centenario, donde era el concierto, y fuimos a la puerta 12 para hacer el ingreso. Lo normal hubiera sido que nos indicaran nuestros lugares y disfrutar del espectáculo de murga previo que ya había comenzado, pero no fue así. Ahí comenzó nuestra peripecia.
Nos enviaron a la puerta 15, apta para acceder con sillas. Llegamos y, para nuestra sorpresa, nos ubicaron en un lugar periférico con escasa visión del escenario. Allí había otras tres personas en la misma situación. Se les veía en su cara el disgusto. Indignados pedimos ser reubicados en nuestros asientos. En cuestión de minutos llegaron inspectores de la intendencia y personal de la productora. Nadie nos ofreció una solución. Nos indicaron que ese era el lugar previsto para los discapacitados, no importaba si habían pagado las entradas más caras o las más baratas, serían ubicados indefectiblemente en ese lugar. Nos sentimos estafados y humillados cuando hicimos nuestro justo reclamo.
Se nos plantean muchas preguntas respecto a la inclusión de las personas con discapacidad. ¿Era necesario someternos a ese mal momento? ¿Acaso no tenemos el mismo derecho a disfrutar de un concierto que las personas “normales"? ¿Tan difícil es resolver la situación de las cuatro personas que fueron en silla de ruedas ¿Por qué si pagamos por una ubicación tuvimos una mucha peor? ¿Solo por ir con una persona discapacitada? La productora debe dar la cara además de devolver el precio de las entradas y pedir disculpas a las cuatro personas a las que trataron como una raza de gente inferior.
Emprendimos nuestro regreso a Young felices porque, con mucha voluntad, pudimos finalmente disfrutar del concierto. Esperemos que nuestra mala experiencia sea útil para poner en la mesa el tema de la inclusión de las personas con discapacidad.
Cristian Martínez
Vía correo electrónico
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Foto: Marc Anthony durante su presentación en el marco de la gira Marc Anthony Live, Estadio Centenario, Montevideo, jueves 14 de marzo, 2016. Crédito: Nicolás Celaya/adhoc Fotos.