Mientras la Humanidad toma conciencia del daño irreparable que el sistema de producción y consumo está causando al planeta, desde la audiencia Andrés plantea su inquietud ante un hecho aparentemente menor: la inmensa mayoría de los comercios no venden pilas recargables para quienes quieran contaminar menos.
Tuve que medirme la presión y comprobé que las pilas del aparato se habían agotado. No es para menos: las uso desde hace unos 10 años o más, y una vez cada 15 días las debo recargar para volver a usarlas. Esta vez no quería esperar las cuatro horas que lleva la recarga, de modo que salí a comprar cuatro nuevas. Obviamente, recargables también, porque se reduce infinitesimalmente la contaminación al desecharlas, y además porque también su costo resulta ser infinitesimalmente menor (cuestan más o menos el doble que las comunes pero duran 10 años).
Primero recorrí infructuosamente los quioscos y salones de mi barrio, luego fui hasta un supermercado de las grandes cadenas, y allí pregunté a quienes reponen mercadería, y su respuesta fue en tono asombrado por lo insólito de mi pregunta: no; en esa cadena multinacional y multimillonaria tampoco hay pilas recargables para la venta.
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Hace años que lo sabemos: “El tiempo de biodegradación de las pilas es de más de 1 000 años. Las pilas contienen elementos altamente contaminantes y que no se degradan fácilmente. Se destaca su contenido de mercurio, zinc, cromo, arsénico, plomo o cadmio. A los 50 años de desechada comienza su degradación, pero seguirán siendo nocivos durante más de mil años.
“En términos generales, las pilas al ser desechadas se oxidan con el paso del tiempo por la descomposición de sus elementos y de la materia orgánica que las circunda, lo que provoca daños a la carcasa o envoltura y, por consiguiente, la liberación al ambiente de sus componentes tóxicos a los suelos cercanos y a los cuerpos de agua superficiales o subterráneos. Otras causas de considerable importancia que contribuyen a la liberación de esos componentes son los incendios de los basureros o la quema intencional de basura, lo cual resulta en una liberación significativa de esos contaminantes al aire”. (Artículo completo en Wikipedia)
No es algo que ignoremos. Incluso el envase advierte que no se las debe arrojar a la basura, sino devolverlas al comercio donde fueron compradas. ¿En serio? ¿En el quiosquito de la cuadra? ¿Y qué hace con ellas el quiosquero? ¿Te acordarás de llevarlas al supermercado que está a 12 cuadras de tu casa donde las compraste?
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Ya hace tiempo conocemos estudios que demuestran la desaparición catastrófica de especies vegetales y animales en todo el mundo. En Uruguay, los apicultores denuncian la muerte de colmenas como consecuencia del uso de agroquímicos. Informes científicos advierten que las abejas polinizan más del 70% de las 100 especies de cultivos que abastecen el 90% de los alimentos del mundo y más de 25.000 especies de plantas con flores, por lo cual sin estos insectos la actividad agrícola prácticamente desaparecería.
Debe ser difícil contemplar los intereses inmediatos de agricultores, apicultores, ganaderos y pescadores, y todos esos con los intereses a largo plazo de la Humanidad.
Pero ¿será tan difícil encontrar, si no una solución, al menos una forma de disminuir el daño que nos estamos provocando con el uso de las pilas? ¿Será imposible prohibir la importación y venta de pilas no recargables? ¿O premiar y castigar económicamente según que el producto sea beneficioso o peligroso, por ejemplo cobrando un IVA diferencial?
Desde comienzos de este año, el movimiento #FridaysforFuture saca a las calles a jóvenes de casi 2.000 ciudades en más de 100 países. Allí se congregan miles de personas para exigir un cambio en el sistema de desarrollo mundial, de modo de no perjudicar al ambiente que viene siendo diezmado por la sobreexplotación de los recursos naturales.
La percepción de los participantes es que los gobiernos no hacen lo suficiente para frenar los estragos del calentamiento global, que ya se empiezan a reflejar con cambios extremos de temperaturas y una mayor manifestación de fenómenos meteorológicos agresivos como huracanes.
Tal vez este viernes quieran agregar a su plataforma reivindicativa la consigna “Por pilas recargables”.
Andrés Mariani
Vía correo electrónico
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