Camile Saint-Saëns compuso El Carnaval de los animales en febrero de 1886 en Austria.
La Música del Día por Fernando Medina:
1 – "El Acuario"
Como el Bolero de Ravel, El Carnaval de los Animales de Saint Saëns no nació, quizá, para perdurar, salvo que la historia del arte enseña que las intenciones de los creadores no necesariamente son tenidas en cuenta después por el destino de sus obras. Esta fantasía zoológica en forma de suite nació apenas como una broma o divertimento, pensados para un día como hoy, precisamente, martes de carnaval. Fue interpretada por primera vez el 3 de marzo de 1886 en París.
El artista detrás de la obra es el francés Camille Saint Saëns, que junto a Bizet es tal vez el más importante compositor de la segunda mitad del siglo XIX en Francia. Saint Saëns vivió una vida larga, de todos modos; murió ya bien entrado el siglo XX, en 1921, a la edad de 86 años.
El Carnaval de los Animales, publicado de manera póstuma, en 1922, es claramente una de sus obras más apreciadas por el gran público, junto a su Danza Macabra, su maravillosa ópera Sansón y Dalila y su Sinfonía n. 3, con su imponente movimiento final, con órgano. De las catorce piezas que integran El Carnaval de los Animales, ninguna supera en popularidad, acaso, a esta, la séptima, llamada El acuario. Ampliamente difundida por el cine y la televisión —la escuchamos, por ejemplo, en La bella y la bestia, la película de Walt Disney—; cuerdas, dos pianos, una flauta solista crean una particular atmósfera de ensueño, en la que se destaca, luego, el sonido de la armónica de cristal, un llamativo instrumento hecho de copitas o vasos de cristal, inventado, dicen, por Benjamin Franklin en el siglo XVIII y que por lo raro que es, en general termina siendo sustituido por una celesta, el instrumento que escuchamos, por ejemplo, en la famosa
Danza del Hada de Azúcar de Tchaikovsky.
Esta mañana escuchamos El Acuario con instrumentación original, con armónica de cristal, por la excepcional Kanneh Mason Family.
2 – "El Cisne"
Cuando les dije que El acuario era tal vez la más popular de las catorce piezas que integran El Carnaval de los animales, dudé, ya que no olvido que también existe El cisne, la penúltima de las piezas de esta obra y quizá sin discusión, la más hermosa. Contiene una de las melodías más inspiradas y reconocibles de Saint Saëns, en forma de andantino y encargada al violonchelo, que en la partitura original está acompañado por los clásicos dos pianos de este Carnaval –después, no queda lo que no se ha hecho con El Cisne; arreglos, transcripciones para casi todos los instrumentos—.
Dicen que Saint Saëns, que como les contaba más temprano compuso esta obra como una broma y no quería que se lo identificara con ella, en público únicamente aceptaba interpretar esta partecita del Carnaval, la única que consideraba digna del resto de su espléndida y vasta producción. En la versión elegida, el solista es el genio del cello Yo-Yo Ma.
Recomendado por Germán de Tres Cruces.