El cantante, compositor y pianista estadounidense Billy Joel llevó su histórica residencia en el Madison Square Garden a su fin el jueves 25 de julio con un concierto con localidades agotadas.
Después de interpretar clásicos como “New York State of Mind”, “The Entertainer”, “Allentown” y “The Downeaster Alexa”, Joel invitó al cantante de Guns N’ Roses, Axl Rose, para un mini-set de covers y duetos.
En esta la presentación número 150 en el famoso escenario de Nueva York repitió la particular práctica de Joel de no vender entradas de primera fila, una decisión que fue parte esencial de sus presentaciones durante esta residencia. En una entrevista con Billboard en 2014, el artista explicó que esta medida buscaba asegurarse de que los boletos fueran adquiridos por auténticos fanáticos. “Nunca vendemos las primeras filas, reservamos esas entradas en casi todos los conciertos. Durante años, los revendedores conseguían las entradas y revendían las primeras filas por cantidades ridículas de dinero”, aseguró.
Esta estrategia surgió de su frustración al ver a individuos ricos, a quienes él se refería como“cadena de oro”, ocupando esos espacios preferenciales sin mostrar entusiasmo. “Me harté un poco de eso, ¿quiénes diablos son estas personas? ¿Dónde están los verdaderos fans? Resulta que los verdaderos fans siempre estaban en la parte de atrás de la sala, en los peores asientos”.
Para remediar esta situación, el equipo de Joel selecciona a los fans de la parte trasera del estadio y los traslada a las primeras filas. Este método, aunque conlleva una pérdida financiera significativa, ha resultado gratificante para el artista. “Son el mejor público, los que más ruido hacen, los más entusiastas”, aseguró.