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De viaje: Capilla de los Huesos en Évora

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Galería de imágenes enviadas por José Grasso. La iglesia y el Convento de San Francisco de Évora, construidos entre 1480 y 1510, habría sido la primera casa en Portugal de la Orden de los Franciscanos, fundada en el siglo XII.

Fue remodelada a fines del siglo XV, erigiéndose el templo que hoy es una de las más impresionantes iglesias portuguesas. Siguiendo la prédica ascética de los franciscanos, las tres naves originales fueron sustituidas por la única subsistente, cubierta por una bóveda de 24 metros de altura. Pero cuando el rey Alfonso V de Portugal usó el convento durante sus visitas a Évora, la iglesia fue elevada a la categoría de Capilla Real y recibió el título de Convento de Oro, por las riquezas con que la Familia Real lo decoraba.

Sin embargo, alberga en su interior la Capilla de los Huesos, construida en los siglos XVI y XVII, en el lugar del primitivo dormitorio de los frailes, por iniciativa de tres frailes franciscanos que pretendían señalar la brevedad de la vida humana. Está constituida por huesos provenientes de las sepulturas de esa y otras iglesias y cementerios de la ciudad. Las paredes y parte de las bóvedas de la capilla están revestidas de miles de huesos humanos que, en la frase grabada sobre el pórtico de la capilla, ilustran la idea de los monjes fundadores: “Nosotros, los huesos que aquí estamos, por los vuestros esperamos”.

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