Por Eduardo Rivero ///
Mi inolvidable amigo Jorge Galemire, que de guitarras y guitarristas sabía un montón, en un mediodía de almuerzo en su casa puso en mis manos un DVD de alguien a quien yo no conocía llamado John Mayer.
—Mirá esto y después me contás —dijo escuetamente.
—¿Es joven? ¿Es bueno? —pregunté.
—No se puede creer. Tiene menos de 40, es un “songwriter”, pero lo que toca es alucinante —respondió con un gesto que parecía repetir “después me contás”.
Y después le conté, claro, tras el impacto de ver su show en vivo de 2005.
Descubrí a un interesantísimo compositor, un excelente vocalista, con una voz algo aguda con un cierto toque de “negritud” propia de quien ha escuchado mucho rhythm and blues, y un guitarrista tanto acústico como eléctrico de un inmenso virtuosismo y una elegancia excepcional.
Un treintaeñero largo, dicho sea de paso, con cara de adolescente, de esos que hacen suspirar a la platea femenina.
A los de mi generación, tan marcados por los dioses de la guitarra como Eric Clapton, Jimi Hendrix, Jeff Beck o B.B. King nos encanta descubrir un nuevo dios para agregarlo a ese Olimpo personal tan especial. John Mayer merece largamente formar parte de ese grupo de elegidos.
Con los años me adentré en su discografía y me fui enterando de ciertos pormenores peculiares y hasta pintorescos de una vida más que movida.
Baste decir que las marca de guitarras Fender y Martin han desarrollado modelos de guitarras en su homenaje, que tiene una colección de más de 200 guitarras, que también colecciona relojes de alta gama, que tiene una fundación benéfica llamada Back to You dedicada a fomentar las artes entre los sectores sociales más desfavorecidos, y que fue novio de señoras del nombre y el porte de Jennifer Love-Hewitt, Jessica Simpson, Kate Perry, Taylor Swift y Jennifer Aniston. Mayer, además de notable músico, es un inspirado autor de textos de comedia realizando presentaciones en formato stand up, y como si no bastara con todo eso, ha sido columnista regular en la prestigiosa revista Esquire.
Con una vida tan agitada, no llama la atención que su propia música haya tenido alternativas y saltos estilísticos cambiantes, como en efecto ha ocurrido.
John Mayer nació en la hermosa y aristocrática Bridgeport, estado de Connecticut el 16 de octubre de 1977.
Como tantos niños de su generación, fue alcanzado por el impacto del filme Back to the Future del director Robert Zemeckis, especialmente de la fantástica escena en la que el personaje de Marty McFly toca el clásico de Chuck Berry Johnnie B.Goode con una banda en un baile de la década de 1950. En el momento en que McFly (Michael J. Fox) agrega al tema de Berry un solo de guitarra metalera típico de los 80, John Mayer decidió que sería guitarrista.
Esa decisión se vería impulsada aún más cuando un vecino le obsequió una versión en cassette de audio de uno de los clásicos álbumes del gran Stevie Ray Vaughan. El destino de John estaba ya escrito a partir de allí.
Siendo apenas adolescente completó sus estudios en el Berklee College of Music y formó su primera banda llamada Lo-Fi Masters. No pasó mucho con ese intento inicial, pero al iniciar su carrera solista, sus dos primers discos, Room for Squares (2001) y Heavier Things (2003) ya fueron múltiple platino demostrando que Mayer había llegado para quedarse. En 2003 ganó el primero de sus numerosos premios Grammy en la categoría “Mejor performance vocal pop masculina”.
Esos primeros discos estaban basados en el rock acústico, pero poco después su música tendría un vuelco en dirección al blues, llegando a tocar junto a leyendas del género como B.B.King, Buddy Guy y Eric Clapton.
A la altura de su disco en vivo de 2005 había formado el John Mayer Trio y otra vez dio a su música un giro inesperado con una vuelta al pop marcada por el álbum Battle Studies.
En febrero de 2007 ocupó por primera vez la portada de la revista Rolling Stone, quien lo bautizó como "El nuevo dios de la guitarra" y asimismo como “Slowhand Jr.”, haciendo referencia al clásico apodo “Slowhand” de Eric Clapton.
Si bien John Mayer ha tocado guitarra eléctrica de forma permanente, en lo personal lo prefiero como guitarrista acústico, una modalidad donde parece dominar todos los secretos del instrumento y hasta inventar unos cuantos secretos nuevos.
En 2010 comenzó un período de retiro de la música activa, seguramente potenciado por ciertos duras controversias con medios de prensa por sus declaraciones controversiales. También sufrió en las cuerdas vocales un granuloma, lo que provocó que su regreso a la escena se demorase más de lo pensado.
En 2012 estuvo de nuevo bajo los reflectores y editó Paradise Valley. Seguramente por haberse mudado al hermoso estado de Montana, en el corazón de los EEUU rurales, la música de ese disco muestra fuerte influencia del country and western.
Recientemente, interesado por la música de la legendaria banda de los 60 Grateful Dead, tomó contacto con Bob Weir, miembro fundador de la banda y juntos han llevado adelante una gira mundial titulada Dead and Company que aún se mantiene activa. La gira ha sido notablemente recibida por público y crítica, al punto que la revista Billboard la describió como “mágica”.
Recientemente participó del disco de dúos Partner de Barbra Streisand cantando junto a ella el viejo standard del American Songbook escrito por Harold Arlen y Johnny Mercer: Come Rain or Come Shine. Recomiendo escuchar esa versión que demuestra la vigencia vocal de Streisand pero asimismo la versatilidad de Mayer.
En cualquier momento se anuncia la edición del nuevo disco en el que John Mayer lleva trabajando desde hace más de un año y al que ha definido como “un álbum profundamente personal”. Mientras tanto, sus discos y temas como Love on the Weekend, Your Body is a Wonderland, Heartbreak Warfare, Gravity, Daughters o Who You Love ya forman parte de lo que podríamos llamar “lista de nuevos clásicos” del rock.
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Urquiza esq. Abbey Road es el blog musical de Eduardo Rivero en EnPerspectiva.net. Actualiza los miércoles.
Video: johnmayerVEVO
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