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¿Por qué países occidentales redujeron la compra de petróleo ruso? ¿Qué riesgos puede suponer esta medida? Análisis de Luciano Magnífico (Exante)

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Foto: Freepik

EMILIANO COTELO (EC): En las últimas semanas, el mercado internacional de petróleo continuó siendo un escenario central en la disputa entre Rusia y Occidente por la guerra en Ucrania.

La semana pasada, la Unión Europea interrumpió oficialmente sus compras de crudo ruso por vía marítima, medida que había sido anunciada en meses previos. Además, el bloque europeo, en conjunto con el resto de los países del G7 y Australia acordaron que, si otros hacían compras por mar, regiría un tope de precio.

¿Cuál es la lógica de las medidas aplicadas por los países de Occidente? ¿Cuáles son los riesgos? ¿Qué movimientos mostraron los precios del petróleo a nivel internacional tras estos anuncios? Les proponemos conversar sobre este tema en los próximos minutos con el economista Luciano Magnífico, de Exante.

ROMINA ANDRIOLI (RA): ¿Te parece si empezamos repasando cuál es el objetivo de los países occidentales con la aplicación de esta serie de medidas?

LUCIANO MAGNÍFICO (LM): Perfecto. El objetivo principal de todas las medidas que se han aplicado es reducir los ingresos que obtiene la economía rusa por las exportaciones de petróleo y por ende, evitar que continúe financiando con estos su invasión en Ucrania.

Como sabemos, Rusia tiene una dependencia importante de lo que es la exportación de crudo y otros productos energéticos, por lo que si se venden esos bienes a precios más bajos, a priori los ingresos deberían ser menores. Para contextualizar, un cuarto de las exportaciones rusas corresponde al petróleo crudo.

Por ende, es claramente un sector sensible para la economía rusa y es en eso en lo que han puesto el foco los países occidentales.

RA: Por lo que decís entonces, suena extraño que los países occidentales no apliquen medidas más agresivas sobre Rusia, ¿por qué no impedir directamente las ventas de petróleo ruso en los mercados internacionales?

LM: Desde el inicio del proceso de imposición de sanciones a Rusia, los países occidentales han enfrentado un dilema. Por un lado y como decía antes, está la intención de evitar que Rusia siga teniendo recursos para mantener la invasión en Ucrania.

Sin embargo, si se corta la oferta de petróleo de Rusia, es probable que se genere una suba abrupta de los precios del crudo y que esto tenga a su vez, un impacto inflacionario sobre los propios países occidentales. Esto como hemos visto a lo largo de 2022, tiene consecuencias económicas muy importantes y por ende, también reduce el apoyo popular a las sanciones sobre Rusia, lo que limita el accionar político.

RA: Queda claro, ¿te parece si volvemos ahora a las últimas medidas que se aplicaron? Emiliano recién planteaba una síntesis, pero creo que vale la pena repasarlas en detalle.

LM: En mayo, los países de la Unión Europea decidieron prohibir las importaciones de petróleo por vía marítima provenientes de Rusia, con aplicación a partir del pasado 5 de diciembre. Esta medida alcanza a unos 2 millones de barriles diarios, que representan el 40% de las exportaciones de petróleo de Rusia previo al inicio del conflicto.

De forma adicional y como decía Emiliano, la Unión Europea, el resto de los países del G7 y Australia restringieron las compras de petróleo ruso por vía marítima de otros países que se concreten por encima de un cierto umbral de precios. En concreto y tras largas negociaciones entre los países involucrados, se dispuso que este tope sea de US$ 60 por barril de petróleo. De este modo, se prohíbe a los bancos financiar la compra y venta de petróleo ruso; a las compañías de seguros, asegurar las cargas de los buques; y a los puertos, descargar los cargamentos, en caso de que el petróleo esté siendo comercializado a precios superiores a los fijados por la nueva normativa.

Los oyentes quizás se pregunten por qué aplicar la prohibición únicamente sobre las compras por vía marítima. Esto es básicamente por la credibilidad que debe tener la medida. En ese sentido, una proporción muy importante de las empresas de estos rubros tienen sede en países de Europa Occidental. Por tanto, estos países tienen la capacidad de asegurar el cumplimiento efectivo de la disposición.

RA: ¿Por qué se fijó el tope en US$ 60 por barril?

LM: Sobre este tema hubo muy largas negociaciones como decía. Por un lado, había países como Polonia (o como la misma Ucrania como parte interesada fuera del colectivo de países) que pretendían aplicar un máximo de alrededor de US$ 30 por barril, lo que está en torno a lo que se estima es el costo marginal de producir un barril de petróleo (entre US$ 20 y US$ 45 por barril). El riesgo de aplicar un tope tan exigente es que quita incentivos a que Rusia continúe ofertando su petróleo en los mercados internacionales, con los efectos que comentaba recién sobre los precios.

Por el otro lado, había países que querían imponer un precio más cercano a los US$ 70 por barril, lo que está por encima incluso de los precios a los que está vendiendo Rusia a compradores como China e India (que acceden a un descuento importante en relación a otras referencias de crudo). Por lo tanto, una medida de ese tipo no tendría ningún impacto sobre la economía rusa y por ende, sería directamente ineficaz.

En ese marco, el tope efectivamente fijado de US$ 60 por barril tiene la intención de “asfixiar” un poco más a la economía rusa, pero manteniendo claros incentivos para que ese petróleo siga siendo ofertado en los mercados internacionales. De todos modos, tras la entrada en vigencia de las medidas, autoridades rusas han establecido que no venderán petróleo a los países que se plieguen a este tope y que incluso, evalúan recortar la producción de petróleo.

RA: ¿Por qué es tan importante la amenaza de que Rusia pueda eventualmente reducir fuertemente sus exportaciones? ¿No hay otros países exportadores que pudieran incrementar sus niveles de producción y por ende, compensar la eventualidad de que el petróleo ruso saliera del mercado?

LM: Bueno, ahí tenemos una serie de elementos operando simultáneamente.

Por un lado, los países de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (u OPEP) han venido mostrando su rechazo al pedido de Estados Unidos y sus socios de incrementar los niveles de producción y compensar la incidencia del petróleo ruso.

Esto tiene distintas razones. Por un lado, hay países con restricciones operativas para incrementar su producción en el corto plazo. Por otra parte, varios de estos países pretenden permanecer neutrales en el conflicto, por lo que no quieren atentar contra la situación económica de Rusia, considerando además que es un país allegado a la organización.

Por otra parte, Estados Unidos ha venido liberando petróleo de sus reservas estratégicas hacia el mercado internacional a lo largo de todo el año, pero las mismas ya se ubican en sus niveles más bajos en cuatro décadas.

Por tanto, la expansión de la oferta parece estar comprometida, al menos en el corto plazo. No olvidemos, además, que no es “poco” lo que habría que sustituir. Rusia exportaba hasta el año pasado entre 4 y 5 millones de barriles por día, lo que representa alrededor de 10% de los saldos exportados.

RA: ¿Y cómo reaccionó el mercado a estas últimas medidas? ¿Hubo movimientos abruptos de precios en las referencias que solemos mirar desde Uruguay?

LM: En un principio y tras lo que fueron los comentarios de autoridades rusas de que evaluaban medidas de respuesta a estas sanciones, se temía que pudiera existir un aumento importante de precios en todas las variedades de petróleo.

Sin embargo, los precios del petróleo no subieron en las últimas semanas. De hecho, las cotizaciones de las variedades Brent y West Texas cayeron en el último mes y continuaron la tendencia bajista que traían de meses previos. Por ejemplo, el crudo Brent se ubicó ayer en US$ 83 por barril, mostrando una caída de más de 30% respecto a los picos de US$ 120 por barril alcanzados a mediados de año o de casi 20% en relación a los niveles de inicios de noviembre.

RA: ¿A qué se atribuye estos movimientos en las cotizaciones?

LM: Por un lado, la no suba de los precios puede estar asociada a que las que comentamos son medidas que vienen discutiéndose desde hace muchos meses, por lo que es probable que ya estuviera contemplado el escenario actual.

Por otra parte, también se han venido recortando sistemáticamente las proyecciones de crecimiento para la economía mundial. Esto tiene como correlato una perspectiva de menor crecimiento también de la demanda de crudo, lo que genera un impacto bajista sobre los precios.

Asimismo y yendo a un elemento más específico, según la prensa especializada el tiempo transcurrido antes de la oficialización del tope de precio para la compra de petróleo ruso también dio un margen para que algunos gobiernos como los de China o India, que son compradores del petróleo ruso, busquen alternativas al uso de empresas de servicios marítimos y de seguros europeas. Por tanto, Rusia tampoco se vería “obligada” a dejar de exportar porque ya tendría una demanda amplia de otros países no alineados.

RA: Para ir cerrando, ¿qué impactos pueden registrarse a nivel de los precios en Uruguay?

LM: En primer lugar, debemos recordar que el Precio de Paridad de Importación (o PPI) que calcula la URSEA como insumo para la fijación de precios de combustibles por parte del Poder Ejecutivo, no sigue exactamente lo que es la evolución del crudo a nivel internacional.

Sin embargo, en la medida de que el petróleo tendió a caer en las semanas más recientes y a que el tipo de cambio también cayó en el mismo período, es de esperar que la próxima estimación de PPI arroje un descenso.

De todos modos, habrá que esperar a la decisión del Poder Ejecutivo, en la medida que el procedimiento actual habilita la decisión discrecional, más allá del uso de la evolución del PPI como insumo.

Habiendo dicho eso, en el caso en que Rusia finalmente decida cortar las exportaciones de petróleo, lo cual como comentamos no luce como un óptimo desde el punto de vista económico, es probable que veamos un incremento de los precios del petróleo en los mercados internacionales. Eso a su vez, podría generar una presión alcista sobre los precios de los combustibles a nivel interno, aunque como decía, no lo vemos actualmente como el escenario más probable.

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